Día negro en Andalucía: dos niños asesinados, un parricidio y una mujer tiroteada por su ex
Infausto domingo en la región, con tres crímenes y cuatro víctimas mortales en 24 horas
Jornada negra en Andalucía. En menos de 24 horas la región ha vivido un asesinato machista, con una mujer tiroteada en Pizarra (Málaga) por su ex; un nuevo caso de violencia vicaria, con dos niñas muertas a manos de su padre en Alboloduy (Almería); y un parricidio en Vélez-Málaga (Málaga), donde una mujer ha fallecido apuñalada por su propio hijo.
Los tres crímenes han tenido lugar a lo largo de este pasado domingo, aunque la muerte de la madre y el asesinato de las dos pequeñas no han trascendido hasta este lunes. Tanto el padre que ha matado a sus hijas como el hombre que ha asesinado a su ex pareja se han suicidado. El parricida, que tiene problemas mentales, también se ha autolesionado con el arma del crimen. Las víctimas de Alboloduy son dos niñas de 2 y 4 años, la madre muerta en Vélez rozaba los 60 y la mujer asesinada en Pizarra tenía 48 años.
Asesinato machista en Pizarra (Málaga)
El funesto 17 de marzo arrancaba con un nuevo asesinato por violencia de género, esta vez en el municipio malagueño de Pizarra. De madrugada, a las 00:30 horas, un hombre de 49 años mataba a tiros a su ex pareja, de 48, en plena calle. Luego se suicidaba de un disparo. Ambos tenían dos hijos en común.
El suceso ha tenido lugar en la calle Lealtad, en el centro de Pizarra, donde la víctima residía junto a sus hijos, de 16 y 23 años. Según relataron a Efe varios vecinos, la mujer estaba volviendo de un cumpleaños con su hija mientras su ex, que vivía en Málaga y había ido al pueblo en moto, la esperaba con dos armas de fuego en una esquina de la calle de su casa. Tras disparar a su antigua pareja en el pecho, la hija de ambos salió corriendo. Él fue a la casa de la mujer, donde estaba su otro hijo, que no le abrió la puerta a pesar de las patadas que el hombre propinó al portón. Tras ello, huyó del lugar de los hechos y se quitó la vida.
Los vecinos avisaron a la Policía Local de los disparos, pero a la llegada de los agentes la mujer ya estaba muerta. Falleció en el acto. Otro tiro fallido acabó impactando en la fachada de una vivienda, a unos 40 metros del lugar del crimen.
El Ayuntamiento de Pizarra, que ha decretado tres días de luto, ha informado de que la víctima y su agresor llevaban una década separados y la mujer había iniciado ahora los trámites del divorcio. No existían denuncias previas por violencia de género. Gracia era natural de la vecina localidad de Álora, aunque residía en Pizarra desde hacía mucho tiempo.
Parricidio en Vélez-Málaga
En la misma provincia, ya por la mañana, un hombre de 37 años apuñalaba a su madre, de 59, y a su hermano, de 34, en el municipio de Vélez-Málaga. Eran las 09:30 horas. El crimen tenía lugar en el domicilio familiar, en un bloque de viviendas de la calle Domingo Heredia.
La mujer, ensangrentada, salió al rellano de la escalera para pedir ayuda a los vecinos, que llamaron al 112 alertando de una pelea con tres heridos. La víctima fue apuñalada en el pecho, con afección a los pulmones. Luchó por su vida durante diez horas, pero acabó muriendo sobre las 19:30 en el Hospital Regional de Málaga.
Además de atacar a su madre, el presunto agresor también apuñaló a su hermano pequeño y se autolesionó con la misma arma. La intervención de esta segunda víctima, que medió para arrebatarle el cuchillo, evitó males mayores. La familia, según detalla SUR, ya venía percibiendo un cambio de comportamiento en el parricida durante los últimos días.
La Policía Nacional ha detenido al presunto homicida, que padece una enfermedad mental. Se encuentra bajo custodia policial en el hospital mientras los investigadores tratan de esclarecer lo ocurrido.
Un padre mata a sus dos hijos en Almería
Ya por la noche, sobre las 22:30 horas, una mujer alertaba a las autoridades de que había encontrado los cuerpos sin vida de sus hijas, de 2 y 4 años, en un cortijo en la pedanía de Las Alcubillas de Alboloduy (Almería), donde habían pasado el fin de semana con su padre, que tras el doble crimen se ha quitado la vida.
La Guardia Civil ha indicado que en base a los primeros indicios la hipótesis más probable es que la causa de la muerte sea por la ingesta de algún tipo de veneno, aunque habrá que esperar a la autopsia de los tres cadáveres para confirmar la presencia de sustancias tóxicas.
La madre, de 23 años y nacionalidad rumana, estaba incluida en el sistema Viogén. El hombre fue detenido en mayo de 2022 tras una denuncia de la mujer, que estando embarazada habría sufrido algún tipo de violencia física. El padre, también rumano, contaba con una orden de alejamiento en vigor respecto a la madre de las pequeñas, pero no respecto a sus hijas.
Fuentes de la investigación han confirmado que los hechos tuvieron lugar en el interior de un cortijo situado en una zona diseminada entre los municipios de Gérgal y Alboloduy. Cuando la Guardia Civil y el 061 llegaron al inmueble, encontraron tres cuerpos: un adulto y dos niñas de corta edad. Los facultativos no pudieron hacer más que certificar el fallecimiento de todos ellos.
Las dos niñas estaban con él en virtud del régimen de visitas acordado por un juez, mientras que el padre estaba a la espera de juicio, señalado para el 10 de abril, acusado de malos tratos y de amenazas a la madre de las pequeñas.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el régimen de visitas fue acordado en sentencia de marzo de 2023 por la autoridad judicial y establecía que el padre podía estar con sus hijas sábados y domingos de cada semana, entre las 12:00 y las 18:00 horas.
El TSJA ha trasladado que ella «se negó a denunciar en varias ocasiones» y solicitó el «levantamiento de las medidas cautelares», si bien el juzgado «continuó con la causa a petición de la Fiscalía».
La alcaldesa de Alboloduy, Sonia María Guil, ha señalado que el cortijo en el que se han producido los hechos es el lugar en el que supuestamente se instaló el progenitor cuando la pareja se separó. Previamente, habían residido en la cercana localidad de Gérgal, donde la Guardia Civil «ha estado muchas veces» por los presuntos episodios de violencia machista. «Él era un maltratador de los peores. Sabemos que era violento, que se separaron, que tenían una orden de alejamiento, que ella se fue a Abla -pueblo vecino- porque encontró trabajo con sus dos hijas y él se quedó en Las Alcubillas», ha relatado.