Almería mira a Marruecos: dispara un 971% la compra de pimiento y un 3.193% la de sandía en 10 años

Mientras los agricultores colapsan carreteras en señal de protesta y Europa lanza dos alertas en menos de un mes por fresas procedentes de Marruecos infectadas con hepatitis A, un informe revela que las empresas de Almería han disparado la importación de productos marroquíes en la última década. En el periodo 2013-2024, la provincia ha aumentado un 971,5% la compra de pimiento al país vecino, un 523,1% la de tomate y un 3.193,3% la de sandía.

Además, en los últimos diez años ha crecido también un 53,3% la llegada de pepino a Almería desde Marruecos, según un reciente informe elaborado por Hortoinfo con datos procedentes del servicio estadístico Estacom (Icex) del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, y con códigos del Arancel Integrado de las Comunidades Europeas (Taric). Por contra, bajaron las compras de calabacín (-11,2%), melón (-13,1%) y judía verde (-19,7%).

En millones de euros, el producto por el que las empresas almerienses más han pagado a Marruecos en 2023 ha sido la judía verde, con 35,63 millones. Completan el podio el pimiento (23,84 millones) y el tomate (18,83 millones). Por detrás se sitúan las importaciones de sandía (10,9 millones), pepino (8,26 millones), calabacín (5,4 millones), melón (4,04 millones) y berenjena (77.024 euros).

En toneladas, el producto de Marruecos más importado en 2023 por las empresas de Almería ha sido el pimiento, con 19.280 toneladas (el 23,37% del total de hortalizas y frutas); seguido de la judía verde, con 15.680 toneladas (el 19,01% del total); la sandía, con 14.130 toneladas (el 17,13%); y el tomate, con 12.740 toneladas (el 15,45% del total). Completan la lista el pepino (6.460 toneladas), el calabacín (5.650 toneladas), el melón (3.460 toneladas) y la berenjena, de la que sólo llegaron a Almería 94 toneladas procedentes de Marruecos.

Reetiquetado de frutos rojos

Además, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Andalucía alertó días atrás de que el tejido productivo agrario de frutos rojos de Huelva «está en peligro» y su marca «amenazada» por un «entramado de empresas españolas, y sobre todo francesas, participadas con fondos de inversión a través de entidades financieras y también participadas por algunas cadenas de distribución, que han montado un entramado comercial en la provincia» onubense y que traen productos de Marruecos «reetiquetándolos» como producto originario de Huelva.

El secretario de Organización de COAG Andalucía, Eduardo López, denunció que esta práctica se está llevando a cabo «para hacer negocios sucios utilizando productos de fuera y vendiéndose como producto de Andalucía y de Huelva». «Se aprovechan de un sistema fronterizo frágil. Hay un auténtico descontrol con las importaciones que vienen especialmente de Marruecos y entran por el puerto de Algeciras. Vienen a reetiquetar el producto sobre todo a Huelva, y también a Almería o Granada, pero se hace en todas las provincias de Andalucía», advirtió.

De su lado, la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía ha anunciado que va a «intensificar» el Plan Especial de Control de Reetiquetado y Trazabilidad que «tiene en marcha» en la comunidad desde el año 2020 a fin de «perseguir y sancionar las prácticas desleales que se puedan producir al realizar alteraciones relativas al origen o la trazabilidad en las etiquetas de productos importados que llegan» a la región.

La Consejería que dirige Carmen Crespo ha informado de que el «aumento» de los controles que realiza el Gobierno andaluz «se ha iniciado ya» en la presente campaña en el sector de las frutas y hortalizas, donde se ha puesto el foco «especialmente» en los productos que proceden de terceros países, es decir, de zonas productoras no incluidas en la Unión Europea.

Con esta vigilancia «más exhaustiva», la Junta quiere «evitar» que el sector hortofrutícola de la región «se vea perjudicado por prácticas desleales y falsificaciones en origen». Desde el Gobierno andaluz señalan que van a «intensificar» estos controles y se va a «estudiar» la posibilidad de «endurecer» las sanciones a empresas que no cumplan con la normativa vigente. Los técnicos de la Consejería de Agricultura ya han realizado más de 1.300 controles encaminados a comprobar que el etiquetado de los alimentos cumple con la normativa relativa a trazabilidad y, por tanto, se indica su origen tanto en las etiquetas como en los documentos administrativos.