‘Tenemos la negra’ con un Gobierno que es como una ‘tortura china’

Sánchez

Como por definición y por experiencia todo lo que hace este Gobierno es para salir corriendo, su última pretensión de acabar con frases populares del tipo «es un trabajo de chinos» o «tengo la negra», por considerarlas racistas y rayanas en el delito de odio, nos parece una solemne estupidez. Así que, sin ánimo de herir la sensibilidad de nadie, no vamos a pasar por el aro del sanchismo y, por supuesto, su campaña de 120.000 euros para erradicar este tipo de «lenguaje» nos parece un dispendio propio de un Ejecutivo que ha perdido el sentido de la realidad.

Dice el Ministerio de Igualdad que lo que pretende es «poner de manifiesto los estereotipos y prejuicios racistas interiorizados» y que se reflejan en la forma de comunicarse. «Existe racismo en la forma en la que utilizamos el lenguaje, y que pone de manifiesto los estereotipos y prejuicios racistas interiorizados: la utilización de expresiones como vivimos como gitanos o no seas gitano como referencia a la falta de higiene; parecemos gitanos, por ejemplo, cuando hay muchas personas de una misma familia en una sala de espera en un hospital; tengo la negra para referirse a la mala suerte; te han engañado como a un chino o trabajo de chinos, trabajar como un negro», exponen los pliegos del contrato licitado por el departamento de la ministra Ana Redondo.

Dice el Ejecutivo que no podemos caer en el «complejo del salvador blanco», evitando presentar un mensaje condescendiente y paternalista. «Se deben evitar visiones victimistas o de lástima, que contribuyan a reforzar estereotipos y sitúen a las personas racializadas en posiciones de inferioridad. Asimismo, se debe evitar, en todo caso, culpabilizar de cualquier manera a las personas racializadas de la discriminación racial o étnica y de la violencia racista.

También se debe evitar una representación heroizante de las personas racializadas, de manera que parezca que, para ser merecedoras de derechos, tengan que ser personas modélicas, excelentes, excepcionales, etc. en comparación con lo que se exigiría a una persona blanca», exponen. Pues bien: reivindicamos nuestro derecho a oponernos al asfixiante intervencionismo de un Gobierno que nos dice hasta como tenemos que hablar. Que nadie vea atisbo de racismo alguno, pero que con Sánchez «tenemos la negra» y que este Ejecutivo es una «tortura china» resulta una obviedad.

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