Simeone y su pleno ante Osasuna
Los navarros han perdido siempre en Madrid con el Cholo como técnico rojiblanco
En el club asumen que deberán ganar los dos partidos que quedan para ser campeones
100% de victorias. Éste es el registro del Cholo Simeone ante Osasuna, un rival que nunca ha sido capaz de puntuar en Madrid en la última década, exactamente desde que el argentino se sienta en el banquillo rojiblanco. Su último resultado positivo fue un empate a cero en agosto de 2011, con Gregorio Manzano como técnico atlético. Los navarros son el penúltimo escollo que le queda al equipo para ser campeón de Liga. En el club asumen que será necesario que ganen los dos partidos que faltan porque no creen que el Real Madrid cometa ningún error.
Lo cierto es que el Atlético puede ser campeón de Liga matemáticamente este domingo si gana a Osasuna y el Madrid no sale victorioso de San Mamés, pero hay pocos que tengan fe en esa carambola. Más bien la creencia general pasa por la necesidad de sumar los seis puntos que faltan para garantizar el título, y por ahí la primera final es el domingo ante un rival que está en tierra de nadie en la clasificación, pero al que ya costó muchísimo doblegar en el partido de la primera vuelta en El Sadar, en una de las pocas ocasiones esta temporada en las que brilló el portugués Joao Félix, autor de los dos primeros goles. El uruguayo Torreira cerró la cuenta atlética después de que el croata Budimir, cedido por el Mallorca, redujera peligrosamente diferencias en el minuto 79.
Escarmentado por el enorme sufrimiento que tuvo que soportar ante la Real Sociedad el pasado miércoles, el líder no quiere la menor confianza el próximo domingo y, desde luego, su objetivo es no llegar con agobios al final del partido. Por eso en su manual está escrita con letras mayúsculas la necesidad de arrancar muy fuerte, exactamente igual que ante los donostiarras, pero esta vez tratando de no desaprovechar las oportunidades. El Atlético pudo haber disfrutado de un choque muy cómodo si hubiera estado acertado ante Remiro, pero falló una ocasión tras otra y eso le penalizó hasta el punto de que estuvo cerca de dejar escapar una victoria que en el descanso parecía imposible que se le fuera a escurrir de entre las manos. En este sentido todas las miradas señalan al uruguayo Luis Suárez, que no marca desde marzo, y que está estancado en 19 goles. La efectividad del pichichi rojiblanco es un arma esencial para doblegar la resistencia de Osasuna.
Y es que los navarros visitan un feudo que, con Simeone en el banquillo, se les ha dado especialmente mal. El año pasado perdieron 2-0, con goles de Saúl y Morata, aunque es cierto que resistieron con el empate hasta el minuto 67; en 2017 cayeron 3-0, con dos goles de Carrasco y otro de Filipe Luis, en un partido en el que nunca tuvieron opción y en el que además pudieron sufrir un castigo más duro, ya que primero Carrasco y luego Thomas fallaron dos penaltys en la recta final. En la temporada 2013-14, en la que el Atlético se proclamó campeón, fue cuando estuvieron más cerca. Fueron derrotados 2-1, con doblete de Diego Costa, pero Oriol Riera redujo diferencias antes del descanso y en la segunda parte tuvieron opciones de empatar. Un año antes, con arbitraje de Mateu Lahoz, sucumbieron en el Calderón 3-1, con tantos de Miranda, Raúl García y Falcao, y esa fue la primera vez en la que se encontraron frente a frente con Simeone, que llega al partido del domingo con un balance intachable ante el penúltimo rival que le separa del título: cuatro partidos jugados en Madrid, cuatro victorias, 10 goles a favor y dos en contra. Los números desde luego están ahí, pero de nada servirán las estadísticas si sobre el terreno de juego el equipo no está, por lo menos, a la misma altura que ante la Real Sociedad, y ese es sin duda el objetivo.