El sabotaje de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 pone en jaque a Europa Occidental
Tensión máxima en Europa tras quedar inutilizadas las dos fuentes principales de gas natural
Rusia acusa a Estados Unidos de sabotaje y mañana se reúne el Consejo de Seguridad de la ONU
Polonia, a través del gasoducto Baltic Pipe, inaugurado esta semana, queda como principal suministrador
Tuit [borrado] del eurodiputado polaco Radek Sikorski: "gracias, USA"
Alemania y los países nórdicos acusan a Rusia de sabotear los dos gasoductos Nord Stream
Varias explosiones sucedidas en el Mar del Norte durante esta semana, en aguas danesas y suecas, han dejado inutilizadas las dos principales fuentes de suministro de gas del Oeste de Europa, los gasoductos Nord Stream 1 y 2, aunque sólo el primero estaba en uso. Las tuberías situadas bajo el Mar Báltico, propiedad de la empresa rusa Gazprom, proveían de gas natural a varios países del continente, aunque su principal cliente era Alemania, que quien después suministraba el servicio al Este de Europa. El incidente se produjo un día antes de que Polonia y Noruega abrieran un nuevo gasoducto de 850 kilómetros, el Baltic Pipe, que transporta el gas a través de Dinamarca. Existen acusaciones cruzadas sobre la autoría del sabotaje. Mañana se reúne el Consejo de Seguridad de la ONU a petición de Rusia, que no sólo no acepta que la identifiquen como culpable, sino que señala directamente a Estados Unidos, sobre todo después de que en febrero Joe Biden prometiera públicamente poner fin al Nord Stream 2, el segundo gasoducto, pese a que se encontraba bajo la jurisdicción de Alemania.
Pres. Biden: «If Russia invades…then there will be no longer a Nord Stream 2. We will bring an end to it.»
Reporter: «But how will you do that, exactly, since…the project is in Germany’s control?»
Biden: «I promise you, we will be able to do that.» https://t.co/uruQ4F4zM9 pic.twitter.com/4ksDaaU0YC
— ABC News (@ABC) February 7, 2022
Hasta esta semana existía sólo una forma de que Alemania, el país más grande de Europa Occidental, se nutriera de gas por la forma tradicional: el gasoducto Nord Stream, que entró en funcionamiento en 2011, procedente de Rusia, sumergido a 80 metros de profundidad y construido con tubos de acero ultrarresistente de 12 metros de largo, 1′2 metros de diámetro, 15 centímetros de grosor y 24 toneladas de peso cada uno. El Nord Stream, con capacidad para suministrar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año, se complementó en 2021 con un segundo gasoducto, el Nord Stream 2, con el mismo flujo, pero que fue cancelado en febrero de 2022 por el canciller Olaf Scholz en respuesta a la crisis ruso-ucraniana, por indicación de Estados Unidos, que se convierte ahora en la principal fuente de suministro de gas a través de barcos cisternas capaces de transportar gas natural licuado (GNL).
El sabotaje del Nord Stream, que provocará unas vertidos de 150.000 toneladas de metano, equivalente a 30 millones de toneladas de Co2 (dióxido de carbono), no sólo es ya un desastre ecológico, sino que amenaza seriamente con poner aún más al límite la tensa situación geopolítica en Europa. El gobierno de Ucrania ha calificado la acción como «un ataque terrorista de Putin», mientras que Rusia, que ha invertido 20.000 millones de euros en los dos gasoductos, no sólo niega las acusaciones, sino que acusa a Estados Unidos.
Además de favorecer el suministro de GNL procedente de Estados Unidos -aunque existen otras fuentes, como Emiratos Árabes o Turkemistán-, el incidente del Mar del Norte pone en situación de ventaja a Polonia a través de su nuevo gasoducto Baltic Pipe, que sería ahora el principal distribuidor de Europa del Oeste. Radek Sikorski, eurodiputado polaco, publicó un tuit sorprendente que no tardó en borrar, pero que ha sido recogido por diferentes medios: Thank you, USA.
Mientras una mancha blanco de metano se extiende cada vez con más rapidez sobre el Báltico -hoy mismo se ha detectado una cuarta fuga en Suecia-, la Comisión Europea ha abierto una investigación, pero la crisis energética que va a provocar este sabotaje será enorme. Alemania da por perdido el Nord Stream «para siempre» y su vicecanciller Robert Habeck advierte que «si es necesario sabemos defendernos». Por supuesto el precio del gas se ha disparado en países como Holanda o Gran Bretaña, que dependían del servicio del Nord Stream y que ahora deberán contratar con el gasoducto polaco o con los barcos cisterna estadounidenses cuya ganancia -sorpresa- ha aumentado en esta semana en un 20%. En Moncloa el gobierno de Sánchez también compra la culpabilidad rusa. «Putin juega a la provocación permanente», ha dicho hoy la vicepresidenta tercera Teresa Ribera. Aunque España compraba también gas ruso, su principal fuente de suministro sigue siendo el gasoducto argelino Medgaz.