C’s amenaza al PP en sus bastiones históricos: récords de afiliación en Valencia, Madrid y Murcia
La amenaza de Ciudadanos al PP empieza a tomar una forma real. De las expectativas tras el triunfo de Inés Arrimadas en Cataluña, al ingente crecimiento de la afiliación, uno de los medidores para el partido de sus ambiciones electorales. Los datos que maneja la formación de Albert Rivera -y que se recogerán en su informe de afiliación, el próximo 10 de marzo-certifican un riesgo real para los ‘populares’ en algunos de sus enclaves históricos y estratégicos, como la Comunidad de Madrid, Murcia, Comunidad Valenciana o Andalucía.
En esta última, los datos van además acreditados por la encuesta de intención de voto, conocida esta semana, y que sitúa al partido ‘naranja’, con el 19,8 por ciento de los apoyos, en segunda posición y a más de un punto del PP.
La percepción del auge de Rivera por los territorios ha encendido las alarmas de los dirigentes autonómicos de Rajoy, que reclaman al partido medidas de calado para competir por su voto tradicional, ahora en fuga. A eso se añade el temor de que algunos concejales puedan sentirse tentados a incorporarse en las listas de Ciudadanos para 2019. Y todo, en pleno proceso de confección de las candidaturas, uno de los retos inmediatos del PP.
El crecimiento de Ciudadanos no deja lugar a dudas. Según fuentes de la formación, cada día reciben 50 nuevas inscripciones, lo que se traduce en más de 3.000 desde que Inés Arrimadas ganó las elecciones catalanas. Las cifras son destacadas en algunas comunidades como, además de Cataluña, Andalucía o Murcia.
En esta última, el partido rentabiliza la presión al PP para la dimisión de Pedro Antonio Sánchez, imputado por varios delitos de corrupción. El caso, en abril pasado, generó una de las mayores crisis institucionales para los ‘populares’, y enrareció las relaciones con Ciudadanos, que condicionó el apoyo al Gobierno regional-plasmado en un acuerdo de investidura-a la marcha de Sánchez.
En crecimiento similar se encuentran la Comunidad Valenciana y la de Madrid. La primera es un problema para el PP, que se juega recuperar el poder que perdió en 2015, cuando fue derrotado en la Generalitat y las tres capitales de provincia. El partido quiere un cartel potente, que hasta ahora se le resiste, sobre todo por la negativa de Esteban González Pons a ser candidato a la alcaldía de Valencia. Pons trasladó a Rajoy su disposición, aunque aseveró también su preferencia por permanecer en Bruselas, donde concurrirá previsiblemente como líder de la lista europea del PP. La candidatura de la Comunidad estará liderada por Isabel Bonig, presidenta del PP autonómico.
Rajoy ha tratado de alejar el ‘fantasma’ de Ciudadanos de sus encuentros con los barones, a los que reclama un cierre de filas para afrontar los procesos del próximo año. Pero los miedos sobrevuelan, como ocurrió en la comida de trabajo que los líderes autonómicos mantuvieron en Génova el pasado 12 de febrero.
El reto: las zonas rurales
Ciudadanos dedicará sus próximos meses a consolidar su implantación territorial. La falta de arraigo en las distintas autonomías es un problema asumido por el partido, de origen catalán.
Por eso, la organización interna, en manos de Fran Hervías, será uno de los puntales de su estrategia. Los puntos fuertes del partido siguen siendo las grandes ciudades y los votantes de edad media y perfil urbano. En consecuencia, otra de las prioridades será catapultar a la formación en las zonas rurales y en su votante tradicional, el gran caladero del PP.
En las últimas semanas, Hervías ha llevado a cabo un ‘tour’ por Andalucía para evaluar las posibilidades en la región, en vistas también a un posible adelanto electoral.
La formación ha registrado un crecimiento importante en la región, por encima del 30 por ciento, por ejemplo, en la provincia de Sevilla, la cuarta con más inscritos de toda España. El partido, según datos de Organización, ha capilarizado ya cerca de la mitad de municipios sevillanos.