Ayuso: «Aprobaremos un proyecto de ley para blindar la educación frente al experimento Celaá»
Isabel Díaz Ayuso insiste en su entrevista con OKDIARIO en el deseo de frenar a toda costa el impacto de la Ley Celaá: «Aprobaremos un proyecto de ley para blindar la educación frente al experimento Celaá y defender la libertad”, apunta. La presidenta de la Comunidad de Madrid, además, suma a su lista de objetivos el de defender a capa y espada el español, tras la decisión del Gobierno de eliminarlo como lengua vehicular en las escuelas: “Es un derecho constitucional y esa es una batalla que daremos también allá donde haga falta”, añade.
PREGUNTA.-¿Qué va a hacer la Comunidad de Madrid para frenar el otro gran ataque, el de la Ley Celaá?
RESPUESTA.- Este Gobierno va a presentar un proyecto de ley en la Asamblea de Madrid para blindar la educación. Vamos a ver cómo acaba al final el experimento Celaá para ir nosotros detrás, porque vamos a ir hablando con la sociedad civil constantemente, con los ciudadanos. Ha llegado el momento de organizarnos y hablar con los ciudadanos, con las asociaciones, con la gente crítica que no quiere que le cambien el país por la puerta de atrás, que quiere seguir eligiendo en libertad el colegio de sus hijos. Gente que no se va a quedar resignada viendo cómo nos roban el país por la puerta de atrás, y lo transforman y, además, de una manera cada vez más acelerada y en el momento más difícil para España. O sea, en mitad de una crisis económica, de una pandemia con todas las preocupaciones de los ciudadanos, esa hoja de ruta no ha parado de crecer. ¿La Ley Celaá la pedía alguien? Con los problemas que tienen ahora mismo las familias en Madrid y en España. ¿Esta ley de verdad funcionará para algo? Los jóvenes de ahora, además, tienen otros problemas completamente distintos que muchos tienen que ver con la dispersión, con los problemas de las nuevas tecnologías. Tienen nuevos retos. ¿Esa ley venía a solucionar algún problema de ese tipo?
P.-¿La eliminación del español es admisible de la enseñanza vehicular?
R. -En absoluto. Es un derecho constitucional y ésa es una batalla que daremos también allá donde haga falta. Pero, además, de manera persistente, machacona, hasta que desgastemos psicológicamente al último diputado del grupo parlamentario que haga falta. La libertad, la unidad de España, el español, son principios y son derechos que tienen los españoles por ser españoles, no por dónde han nacido. Y nadie se los puede arrebatar.
P.-Hasta ahora hemos visto utilizar los poderes autonómicos para revertir lo que realmente marca la Constitución. Los desafíos a través de las comunidades han servido para ir contra derechos absolutamente extendidos y generalizados de todos los españoles, como es la utilización del español o la elección de la educación en castellano para tus hijos. El poder autonómico se ha usado hasta para intentar montar un golpe de Estado. ¿Es el momento de utilizar las facultades de la Constitución para lo contrario, para defender esos derechos fundamentales?
R.- Desde luego lo es para no cambiar absolutamente nada de lo comprometido sobre el Estatuto de Autonomía y la Constitución. Aquí lo que ocurre es que hay algunos presidentes autonómicos que han entendido el Estado de las autonomías como la gran oportunidad para fabricar un país. Porque cuando uno está en el camino de esa fábrica y como buen nacionalista, busca siempre echar las culpas fuera, crear el sentimiento de agravio. Nosotros somos más, mejores, y ellos nos lo quitan. Ha sido un negocio constante y rotundo durante muchos años. Además, el Partido Socialista ha precipitado esta situación cuando ha gobernado con ellos, véase cuando estuvieron de manera nefasta durante una legislatura con el BNG en Galicia, o como está pasando actualmente en Navarra, o como ha pasado en Cataluña mucho tiempo, o ahora en Baleares o en Mallorca. Lo que hacen es fabricar un país para generar un sentimiento, dividir socialmente, crear españoles de primera y de segunda, y perpetuarse. Si yo soy más mallorquín, o yo soy más catalán, y el otro es peor catalán, de peor clase, pues los empleos tendrán que ser para mí, aunque yo haya hecho una obra nefasta, pero me la van a subvencionar. Ha sido un absoluto negocio con los impuestos propios. Nosotros tenemos una autonomía fiscal para regular más o menos tributos. Tenemos tres impuestos, de los cuales uno está bonificado cien por cien. Y dos propios, frente a los quince de Cataluña. Han puesto impuestos por todas partes, fabricándolos. Y eso es un negocio que va caminando para seguir fabricando esa identidad. Y ése es un gran problema que tenemos ahora. Afortunadamente no pasa en todas las comunidades, pero cada vez más.