MADRID, UNA SEMANA DESPUÉS DE FILOMENA

Los 2.000 rescates de Resiste España: Rafa, de cazador profesional a ángel de la guarda

Rafa es cazador profesional, estaba de vacaciones y decidió volver a Madrid a colaborar con su 4x4

Han ayudado a diálisis, partos, caídas, traslados de médicos y enfermeros... y hasta residencias caninas bloqueadas por la nieve

Madrid se recupera a gran velocidad de una nevada excepcional, pero sigue habiendo calles inaccesibles para un coche normal

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Rafa es cazador. Cazador profesional. Convirtió su pasión en su vida y hoy tiene una empresa que organiza cacerías en España y en los cinco continentes. Rafa estaba de vacaciones el fin de semana pasado en Santander, vio la nevada que aplastó Madrid y no lo dudó: se vino a ayudar con su 4×4. Rafa y un grupo de amigos cazadores como él se organizaron en torno a Resiste España, la asociación que preside Nacho Trillo. Han llegado a tener hasta 400 voluntarios y 200 todoterreno en los peores días de absoluta incomunicación en Madrid. Incluso ahora, una semana después, siguen teniendo numerosas llamadas de auxilio de personas que necesitan ayuda porque hay calles y barrios donde el hielo hace imposible entrar con un coche normal.

Pamela es una de ellas. Hace más de un año tuvo un accidente de tráfico que le destrozó una rodilla y la espalda. La llegada del Covid y el confinamiento anularon la operación prevista en el Hospital La Paz. Luego vinieron más retrasos al no ser una cirugía urgente. El lunes tenía una nueva cita, pero la nevada volvió a anularla. La cita de hoy es un… ahora o nunca y aquí es donde Rafa entra en acción. Pamela acudió a Resiste España porque su calle es una pista de patinaje donde no circulan ni los coches. Lleva encerrada una semana en su casa.

8 de la mañana. Cuatro grados bajo cero. Rafa aparece con un 4×4 cuyas ruedas superan la altura de la rodilla. Es, claramente, el vehículo de un cazador. Lleva de todo: pala, hacha… «Llevo hasta crampones. Nunca pensé que los usaría en Madrid», cuenta alguien acostumbrado a cacerías en montañas durísimas de Estados Unidos o de ex repúblicas soviéticas. «Ha sido una nevada excepcional. Nadie está preparado para esto». Hay que tener un corazón muy noble para hacer lo que hizo Rafa: sustituir unas cómodas vacaciones en Santander con su pareja y venirse a Madrid a ayudar visto lo que estaba cayendo. «Han sido jornadas durísimas de 15 y 20 horas seguidas, casi sin dormir o sin comer. Realmente, ha sido agotador». Pero lo dice con el convencimiento de que su sitio era este.

Resiste España ha realizado más de 2.000 rescates en esta semana. «Hemos tenido de todo. Partos, muchas personas con diálisis, gente mayor sin comida, hemos llevado medicamentos a casas bloqueadas y hasta hemos ido a residencias caninas que se habían quedado aisladas. Y hemos ayudado a muchísimos sanitarios a llegar a sus hospitales y centros de salud y luego recogerlos para devolverlos a sus casas». Conforme han ido pasando los días y la nieve convirtiéndose en hielo, las caídas han sido lo peor. «El otro día, unas enfermeras que llevamos y luego recogimos del Hospital de Parla nos dijeron que habían tenido 600 urgencias por caídas en un solo día». Rafa las recuerda con especial aprecio «porque sabían que llevábamos todo el día sin comer y nos trajeron de su propia comida del hospital».

Con este panorama, sin que, probablemente un taxi o un VTC pudiera recogerla, para Pamela, hoy, Rafa es su ángel de la guarda. Conforme avanzamos hacia su casa, el panorama de árboles destrozados durante kilómetros y kilómetros es desolador. «El 60% de los del Retiro y el 70% de los de la Casa de Campo han resultado afectados», dice con verdadera pena. La naturaleza es su vida.

En la calle de Pamela los coches siguen donde estaban el viernes que llegó Filomena. Tan sólo transita a esta hora de la mañana con cadenas un camión del Ayuntamiento desde el que Manoli lanza sal a la calzada para que los peatones que se atrevan puedan andar por ahí porque las aceras siguen cubiertas de nieve. «Ha nevado demasiado. Es tremendo», dice Manoli mientras esperamos a Pamela. «Son todas las calles de la ciudad afectadas. Vamos haciendo lo que podemos». Un vecino se acerca para que le den sal para la puerta de su negocio. Manoli y su compañero le llenan la bolsa.

«Era tal la demanda de auxilios -relata Rafa- que nos organizamos en tres grupos de whatsapp: solidario, sanitarios y emergencias para cada una de las misiones. Nos coordinaban Nacho Trillo e Íñigo Jordana entre otros». Y realmente han sido muy efectivos, aunque siempre hay desalmados. «Ha habido algún caso de rotura de cristales o pinchar ruedas por llevar en el parabrisas el cartel de Resiste España». Nacho Trillo fue censurado en TVE porque su mascarilla llevaba la bandera de España. Pero Rafa no entiende de política. «Yo hago esto porque lo siento. Porque me siento bien ayudando».

Recogemos a Pamela. Estudiante de Medicina. Hoy no va a La Paz a hacer prácticas precisamente. Rafa le coge las muletas y la sube al 4×4 en volandas. En el trayecto Pamela no tiene suficientes palabras de agradecimiento. «Sin Rafa, hoy no hubiera podido ir y hubiera perdido de nuevo la cita. Necesito una infiltración en la espalda también para el dolor». De camino, encontramos a Manoli de nuevo que sigue esparciendo sal por la ciudad desde la parte trasera del camión en una suerte de equilibrismo entre la mano con la que se agarra al arnés y la otra con la que dispara sal. La Paz tiene los accesos despejados, pero está cercada por toneladas de nieve. Así, todo Madrid. Al llegar a Urgencias, lo primero que impresiona es ver a los sanitarios con sus buzos y sus EPIs anti Covid. De pronto, recordamos que la nieve se derretirá, pero que la pandemia seguirá. Es como haber llegado a la Zona Cero, aunque nos confirman que están recibiendo, sobre todo, en estas horas, caídas por el hielo.

Rafa le ayuda a llegar hasta donde podemos: la misma entrada de Urgencias. Allí la perdemos de vista entre batas blancas y sanitarios que parecen sacados -con su EPIs- de una película de ciencia-ficción. «Si necesitas algo, nos llamas», le recuerda Rafa a Pamela. «Misión cumplida», dice Rafa con verdadera satisfacción. Esboza -a través de la mascarilla- una sonrisa.

Rafa, como sus amigos cazadores, y las decenas de voluntarios de Resiste España, han hecho esto por puro altruismo. Las malas lenguas convertidas en la basura habitual que llena las redes sociales han insinuado que hacían negocio. «Por favor, dilo», nos pide. «No es verdad». Tranquilo Rafa. Hay gente que nunca entenderá lo que habéis hecho estos días mientras Madrid se hundía en la nieve.

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