La polémica de los cines AMC: ¿está bien cobrar de más por mejores asientos?
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Las salas de cine han tenido que luchar desde hace más de dos décadas, contra varios inconvenientes que han mermado su capacidad de atracción. Primero fue la llegada de internet que desencadenó la piratería y, desde hace unos 8 años han tenido que subsistir con el auge del streaming. Por ello, poco a poco, la industria de la exhibición ha intentado amoldarse para ofrecer una experiencia añadida a acudir al patio de butacas. Por el 2009 se puso de moda el 3D pero este terminó por resultar una incomodidad más que un añadido y en Estados Unidos, se implementó el formato IMAX para aquellos que deseaban ver las grandes superproducciones de Hollywood. El intento de captación pasó además por el lujo de espacios especializados con asientos amplios y servicio de restaurante o esa atracción de feria llamada 4DX. El último intento de rascar la cartera del espectador ha llegado de la mano de la cadena de cines AMC, quienes desde hace poco cobran un extra de 2 dólares por mejores asientos. Una acción que por supuesto, no ha hecho nada de gracia a la comunidad cinéfila.
La respuesta negativa sobre todo, se ha visualizado en las redes sociales, donde la gente ha criticado duramente a la cadena por hacer que asistir a las salas sea algo “más complicado y desagradable”. No es la primera vez que AMC se enfrenta a un escrutinio por parte del público, ya que en 2022, la cadena jugó con el aumento del precio de las entradas aprovechando la llegada de The Batman al cine.
Esta nueva forma de cobrar más por los asientos de los cines AMC, se parece bastante al paso que dieron las aerolíneas, cuando decidieron comenzar a cobrar más por aquellos asientos que o bien tenían más espacio para estirar las piernas o simplemente estaban próximos a la ventanilla. Sin embargo, este plan llamado Sightline por la franquicia, no ofrece ninguna ventaja de comodidad ni de ergonomía, sino que sólo aumenta los precios para aquellos que ya iban a reservar entradas con anticipación en aquellos blockbuster más esperados. Con su programa de lealtad y la concesión de puntos de recompensa se puede renunciar a esas tarifas de mejores asientos, por 25 dólares al mes.
¿Llegarán este tipo de medidas a las salas de cine españolas? ¿Se establecerá el pago extra de ciertos asientos como algo habitual como sucede en trenes o aerolíneas?