Guillermo del Toro cuenta por qué su versión de Pinocho es en stop-motion
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Pinocho es uno de los cuentos populares más famosos de la historia. Quizás la generación Z, no la tenga tan presente, pero el clásico de animación adaptado por Disney paso de generación en generación, a pesar de tratarse de una película filmada en 1940. Ahora, la casa del ratón devolvió a la vida a su marioneta en un live action duramente criticado. Para más desgracia del estudio californiano, el cineasta Guillermo del Toro última para finales del año su propia versión del relato de Carlo Collodi. Un estreno en la animación, en la que el director mexicano se ha apoyado en Mark Gustafson, un especialista en la técnica stop-motion. En una entrevista reciente, del Toro ha explicado el porqué de la elección de esta costosa forma de trabajar:
“Es la manera perfecta de contar la historia”, comenzó señalando el realizador al Indiewire. El próximo fin de semana, la cinta se preestrenará en el Festival de Cine de Londres, antes de llegar a Netflix el 9 de diciembre. Del Toro siguió explicando los motivos de esta decisión artística, aunque más que la extrañeza de escoger el stop-motion, el director de El laberinto del fauno piensa que lo sorprendente es que no se hubiese contado antes de esta forma: “Todo el mundo es un títere. Ser animado hace que la existencia de Pinocho sea completamente naturalista en la forma en que estás contando la historia. Estoy sorprendido, feliz, de que no se haya abordado así antes. Le viene de forma natural a la historia”.
La técnica del stop-motion consiste en representar una historia a través de unos decorados y personajes hechos a mano. Después el movimiento se va articulando poco a poco, generando la ilusión del movimiento. Una forma de grabar altamente costosa que, sin embargo, deja unos resultados sorprendentes. Guillermo del Toro necesitó de más de 15 años para conseguir llevar el proyecto a cabo, sirviéndose del veterano codirector de Fantastic Mr.Fox.
Esta versión tendrá lugar en la Italia fascista de Mussolini, donde todos actúan como marionetas. Bajo este decadente contexto, un talaldor de madera alcohólico llamado Geppetto se lamenta por la muerte de su hijo Carlo. Para honrarlo, talla un trozo de madera de un pino en el que vive Pepito Grillo (Ewan McGregor), el narrador de esta historia. El resto ya lo conocemos, el niño cobra vida y el insecto se encarga de supervisar sus extrañas aventuras.