La espera no ha merecido la pena: Cristóbal Balenciaga se merecía una serie mejor
Ya se ha estrenado una de las grandes apuestas españolas del año pero, sin embargo, Cristóbal Balenciaga es una serie que se queda a medias. Visualmente es impecable, tiene un empaquetamiento estético y una reconstrucción mimada de los vestidos más icónicos del modisto español. La ficción de Disney+ es un festín para los amantes de la moda. La intención de explorar el alma del genio y de contar una historia intimista es aplaudible pero insuficiente. El problema es que no llegan a cuajar todos los ingredientes y puede llegar a aburrir al espectador. Eso sí, la labor de Alberto San Juan como protagonista absoluto es digna de todos los premios del año.
Ya es hora de que revisemos los grandes nombres de nuestra historia a través de la ficción. Tenemos personajes de sobra para hacer miles de series pero normalmente pecamos, en España, de ciertos complejos. La noticia, de hecho, no es que, ahora, se haya hecho una serie sobre Cristóbal Balenciaga, sino que no se haya hecho antes. ¿Ha merecido la pena la espera? No demasiado.
Creada por Lourdes Iglesias, Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, la producción se centra en los 30 años que el artista pasó en París, desde que presentó su primera colección de alta costura en la capital francesa y hasta que llegó a convertirse en el rey de toda ella.
La vida y obra de Balenciaga es apasionante y trascendental por muchos motivos, pero, sobre todo, es morbosa por el misterio que se creó en torno a la figura de un genio al que no le gustaba mostrarse y que observaba la vida (su propia vida) a través de las cortinas de su taller.
Lo malo que tiene la serie es que no llega a tener en cuenta qué quiere contar más allá de recrear los vestidos y detallar (con mucho lujo) toda la época.
Y a pesar de tener a Alberto San Juan dándolo todo con un personaje tan mítico y tan difícil (expresa muy poco), la historia no llega a encontrar un foco narrativo y se adentra en las sendas del biopic clásico. Y aunque hablamos de portento visual, es cierto que la fotografía, quizá, esté demasiado quemada, lo que hace que todo parezca falso. La dirección de arte es buena pero previsible. La dirección, correcta pero no aporta gran cosa a nivel visual.
A nivel historia, la serie comienza con Balenciaga siendo ya Balenciaga, eso es un handicap. Uno no consigue entender ni al personaje ni a su mundo creativo. Todo se cuenta de manera demasiado sosegada pero poco sutil. Eso sí, el guion tiene momentos gloriosos. Los momentos con Coco Chanel y con Dior son sublimes, muy bien dialogados y planteados.
La serie es cara, se nota. Se ha querido contentar a los paladares más exquisitos de la moda (de ahí que el diseño de vestuario esté a un nivel superior, a la altura de un Oscar) pero el envoltorio no es suficiente a la hora de contar una historia. Uno tarda mucho, en Cristóbal Balenciaga, en encontrar un objetivo narrativo, si es que lo hay. Y es que, no todas las vidas, por increíbles que sean, pueden ser la base de una serie o película. Hay que ficcionar la realidad, hay que saber qué se quiere contar y cómo. Cristóbal Balenciaga lo tenía todo para ser una serie más que redonda pero, desgraciadamente, se queda a medias. Eso sí, ya le gustaría a la mitad de producciones españolas que se han estrenado en los últimos meses estar a su nivel.
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