Roca Rey triunfa en Granada con dos orejas, Ponce se lleva una y Juan Ortega se va de vacío
Seis toros de Daniel Ruiz, el segundo como sobrero, terciados, noblotes, blandos y mansos. El sexto, además, tuvo genio
El peruano Andrés Roca Rey, con dos orejas -una de cada toro de su lote- ha sido este sábado el triunfador de la tercera de abono del Corpus granadino, una tarde condicionada por el descastado y blando juego de los toros de Daniel Ruiz, y en la que Enrique Ponce y Juan Ortega han paseado un trofeo cada uno.
Lo único que tuvo fuerza en el primero fue la lluvia, que acabó de enfriar lo poco que había en el ruedo. Pese a todo, la técnica de enfermero de Ponce logró que el toro no se viniera abajo pese a no aguantar ni una serie completa.
Dos molinetes seguidos como remate a una tanda por el pitón izquierdo fue lo único que tuvo algo más de enjundia. El público premió el empeño del valenciano y su insistencia casi imposible ante un toro noblón, blandísimo y que no transmitió nada. Oreja para él.
Tardó Ponce en enseñar a embestir al cuarto, un toro con muy poca fuerza y que ni a media altura aguantaba. No había contenido, ni armazón, ni toro. Pero Ponce sabe sacar de donde no hay, y cuando nadie apostaba ya por ver nada, lució esa técnica que atesora y acabó por convencer al astado y al tendido al final de una faena larga y que pudo haber sido de premio de no ser por la espada.
El primero de Ortega devuelto
El primero de Ortega fue devuelto por su manifiesta falta de fuerzas y en su lugar salió un sobrero del mismo hierro que tampoco le fue a la zaga, un toro que ya en el capote descubrió su condición de mansurrón, sin querer saber nada de aquello.
De uno en uno por el derecho se los fue robando el sevillano, que intentó después someterlo por el izquierdo. Pero fue imposible. El toro, muy a la defensiva, echaba la cara arriba a la mínima, lo que hizo que el torero optara finalmente por desistir.
Con el quinto hubo un momento que parecía que aquella iba a ser una obra grande, sobre todo después de la preciosa apertura de faena de Ortega, toreando muy despacio, muy de verdad, con ese pellizco que él tiene. Pero el toro se apagó a la segunda tanda por el izquierdo y la faena también se fue diluyendo poco a poco.
Cortó una oreja, quizás por ese sabor que dejó Ortega en el paladar del aficionado granadino.
Roca Rey tampoco tuvo oponente en su primer turno, algo que sumado a la poca delicadeza que tuvo en los primeras fases del trasteo hizo que el animal se fuera todavía más abajo.
No le hizo bien al de Daniel Ruiz el quite por chicuelinas de manos muy bajas ni los cambiados por la espalda de apertura de faena. El toro aquí sacó la bandera blanca, una señal de rendición que no aceptó el peruano, que siguió exigiéndole por uno y otro pitón en una labor a menos pero que, así y todo, tuvo la recompensa de una orejita.
La que le cortó al sexto sí tuvo su peso en oro tras una faena de auténtico poder y mando. No valían dudas y así lo hizo. Con seguridad y técnica en una faena importante donde Roca Rey dijo quién mandaba allí ante un toro con genio y al que pudo siempre.
Ficha del festejo
Seis toros de Daniel Ruiz, el segundo como sobrero, terciados, noblotes, blandos y mansos. El sexto, además, tuvo genio.
Enrique Ponce, de grana y oro: estocada honda, tendida y desprendida (oreja); y media trasera y desprendida, y tres descabellos (ovación tras dos avisos).
Juan Ortega, de burdeos y azabache: estocada contraria (ovación); y pinchazo hondo y descabello (oreja tras aviso).
Roca Rey, de blanco y oro: pinchazo y estocada caída y atravesada (oreja); y estocada trasera y atravesada, y descabello (oreja).
En cuadrillas, Andrés Revuelta y José Ángel Muñoz «Perico» saludaron tras banderillear al segundo. Francisco Durán «Viruta» hizo lo propio en el tercero. José Manuel Quinta fue muy aplaudido tras picar al sexto.
La plaza registró tres cuartos de entrada sobre el 50 % del aforo permitido, en tarde nublada y con lluvia intermitente
Temas:
- corridas de toros
- Granada