ENTREVISTA Tras 25 años en la cima del toreo

El Juli: «La sensación de torear no se puede sustituir con nada, mi vida siempre estará ligada al toro»

"Mi futuro está dedicado al toro, mi ganadería actualmente es lo que más me llena"

El Juli

«El toreo ha sido, es y será la inspiración y el motor de mi vida, y doy este paso con la más absoluta felicidad por haber cumplido todos mis sueños, incluso más de lo que podía imaginar». Con esas palabras Julián López El Juli anunciaba su despedida en una emotiva carta el pasado mes de julio, en plena mitad de la temporada. Su último paseíllo fue el 1 de octubre en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla, tras 25 años siendo máxima figura del toreo. Un auténtico hito en la historia de la Tauromaquia. Ahora, desde la tranquilidad del campo afronta su nueva vida enfocado en los pilares de su vida: su familia, su ganadería El Freixo y su fundación.

El madrileño jamás se imaginó todo lo que lograría veinticinco años después. El Juli ha conseguido hacer historia en el toreo alcanzando unas cifras vertiginosas. Dio su primer capotazo en la fiesta campera por su primera comunión, siendo un caso único en la historia de la Tauromaquia en comenzar su trayectoria con tan sólo ocho años. Tras las sensaciones que vivió esa tarde, no tardó en convencer a sus padres para que le inscribieran en la Escuela de Tauromaquia de Madrid y a los 10 años estoqueó su primer becerro en el pueblo de su madre.

Enseguida se dieron cuenta sus profesores que las capacidades que tenía eran extraordinarias. Al no poder debutar con picadores en España por su temprana edad, tuvo que trasladarse a México con su padre. Allí vivió los años más duros de su vida, ya que estaba alejado de su familia, hasta que apareció el novillo Feligrés, que indultó en la Plaza México. Fue el 3 de agosto del 1997, y cambió su historia por completo, siendo uno de sus principales hitos de su carrera. Acabó el año con más de 90 novilladas. Llenó plazas y logró triunfos apoteósicos. Regresó a España consagrado ya como novillero. Un caso extraordinario, convirtiéndose en un auténtico niño prodigio del toreo.

Al año siguiente tomó la alternativa en Nimes con apenas 16 años, junto a José María Manzanares y Ortega Cano como testigo, tras haberse encerrado con seis toros en Las Ventas como despedida de novillero. La corrida de alternativa fue televisada en directo por Televisión Española siendo todo éxito convirtiéndose en un auténtico fenómeno de masas.

A sus espaldas tiene una larga carrera de 25 años llena de éxitos en la que ha alcanzado unas cifras astronómicas: casi mil salidas a hombros (969), alrededor de cuatro mil toros lidiados durante toda su carrera y 16 encerronas en solitario ante seis toros. Una vida dedicada completamente al toro, donde ha conocido tanto la gloria como el drama. Nos recibe en su finca Feligrés, sede de su fundación y museo donde se guardan las reliquias de uno de los toreros que ha marcado un antes y después en la historia de la Tauromaquia.

PREGUNTA.- Tras toda una vida dedicada al toro desde niño, ¿cómo está afrontando esta nueva etapa?

RESPUESTA.- Muy bien, estoy muy tranquilo y cogiendo las riendas de mi nueva vida. Antes no tenía tiempo para nada más que no fuera el toro, ahora quiero aprovechar para pasar más tiempo con mi familia y enfocarme al cien por cien en mis proyectos.

P.- Si hace memoria de toda su carrera, ¿cuál ha sido su momento más feliz en una plaza de toros?

R.- Es muy difícil elegir sólo uno después de tantos años, para mí ha habido varias faenas muy importantes que me han dado grandes momentos. Si tengo que elegir alguno de ellos serían tres toros que para mí han marcado los momentos más bonitos de toda mi carrera: el toro Cantapájaros, de Victoriano del Río, en Madrid, el 23 de mayo del 2007); Orgullito, de Garcigrande, que indulté en Sevilla el 16 de abril del 2018; y el de La Quinta, en Madrid el año pasado, el  11 de mayo del 2022.

El Juli
El Juli, en Las Ventas, el 23 de mayo del 2007.

P.- ¿Y el momento más difícil?

R.- Muchos días en los que las cosas no salen bien y no puedes dar a la gente lo que espera de ti esa tarde. Para mí el momento más difícil fue la cornada que tuve en Sevilla en el 2013 con un toro de Victoriano del Río, fue muy dura y me llevó muchas complicaciones después. Ha sido la única cornada en toda mi trayectoria que me ha impactado tanto y creído que realmente perdía la vida. Me costó muchísimo recuperarme, tanto a nivel físico como psicológico.

P: ¿Cómo surgió la decisión de retirarse de los ruedos?

R.- Ha sido una decisión que llevaba sopesando durante bastante tiempo. Mi gente cercana era consciente de ello, pensé que el momento más óptimo era hacerlo a los 25 años de mi alternativa. A pesar de estar muy meditado es muy difícil tomar la decisión de dar el último paso. Para mí ha sido un año muy bonito, en el que he podido saborear hasta el último minuto toreando. La sensación de torear no se puede sustituir con nada, mi vida ha sido por y para el toro, siempre estará ligada al toro.

P.- A lo largo de este año ha recibido varios premios, como la Medalla de Honor de Madrid, el Premio Nacional de Tauromaquia por su implicación en la promoción y defensa de la fiesta de toros, ¿cómo se los ha tomado?

R.- Muy bien, todos estos reconocimientos para mí han sido muy importantes, sobre todo por la etapa que atravieso. Los reconocimientos siempre son agradables, sentir que la gente te valora es precioso y tiene un altísimo valor para mí. Estoy muy agradecido por todos los premios que he recibido a lo largo de mi trayectoria.

P.- Veinticinco años toreando y siendo máxima figura, ¿considera que ha sido un autentico el líder del toreo?

R.- He trabajado mucho y eso siempre da resultados buenos. Siempre he entendido el toreo como vocación, no como profesión. Desde pequeño he tenido una afición tremenda al toro y una ambición muy grande para evolucionar. Gracias a eso he conseguido superarme a mí mismo y alcanzar muchas cosas durante mi carrera.

P.- ¿Qué piensa que ha cambiado como torero de aquel niño prodigio que enloqueció a los aficionados?

R.- El sentido de ser torero y la esencia, siempre he buscado las mismas sensaciones que tenía de niño. La Tauromaquia es muy competitiva, en números sobre todo, y eso a veces te limita porque priorizas estar en la cima. Durante mis últimos años no me he alimentado de lo material sino de lo espiritual y ha sido maravilloso.

P.- Cuenta con una ganadería y una escuela taurina donde es fuente de inspiración de muchos niños que quieren alcanzar la cima donde ha llegado. ¿Su vida estará siempre ligada al toro?

R.- Sí, mi futuro está dedicado al toro, mi ganadería actualmente es lo que más me llena. Mi vida siempre estará enfocada al toro, ya que es lo que más controlo y es lo que me hace feliz.

El Juli
El Juli en su Finca Feligrés, en una sesión de su escuela.

P.- ¿Cuál ha sido su plaza predilecta?

R.- México para mí siempre ha sido especial. De las españolas, Sevilla es la que más me ha dado.

 P.- ¿Ha echado de menos no poder despedirse de México?

R.- Mucho. México me ha dado muchas cosas en mi carrera; de hecho, cambió mi vida. Ha sido una pena que todo surgiera así. Tenía planes para poder hacerlo, pero ha sido imposible. Es una espina que me llevo clavada.

P.- ¿Y si tuviera que elegir ganaderías?

R.- Victoriano del Río y Garcigrande, las dos han marcado mi carrera y me han hecho crecer.

P.- ¿Qué ha sido lo más difícil para llegar a la cima?

R.- El animal es siempre quien define todo. Depende mucho de las condiciones que se tengan, para mí la clave ha sido saber evolucionar en las dificultades que uno tenga y no conformarme nunca con lo que eres.

P.- ¿A lo largo de todos estos años ha experimentado en alguna ocasión la emoción del miedo?

R.- Sí, pero hay que saber manejarlo. Es una sensación que cuando te ataca es muy difícil, se experimenta un instinto defensivo que es totalmente lo contrario al arte de torear. Hay que dominarlo.

P.- En el toreo de la actualidad, ¿si tuviera que elegir el mejor torero cual sería?

R.- Me interesan todos, no podría elegir. Pienso que no hay un torero mejor que el resto.

P.- ¿Le gustaría que alguno de sus hijos fuera torero?

R.- No, que toree sí, pero que sea torero no. Es un sufrimiento tremendo, yo lo he pasado y no quiero vivirlo tan de cerca.

P.- ¿Si no hubiera sido torero, que habría sido?

R.- Me hubiese gustado ser médico sobre todo para ayudar a los demás.

P.- ¿Qué proyectos tiene de futuro tiene?

R.- De momento quiero estar tranquilo un tiempo y organizar toda mi vida. Al final han sido muchos años dedicados al toro desde muy pequeño. El toro es muy absorbente, te exige una dedicación plena y ahora quiero vivir con tranquilidad.

Al final tengo una familia a la que le quiero dedicar todo el tiempo que antes no he podido. Me he sacrificado mucho por la Tauromaquia y mi familia también, pero siempre he sido muy feliz, porque es lo que amo. He disfrutado mucho durante estos años y ahora me toca vivir otra etapa.

Lo último en Toros

Últimas noticias