Twitter: La sobrecogedora imagen de los efectos del Alzheimer en una madre

Hoy, 21 de septiembre es el día mundial del Alzheimer. Esta temida enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo sigue sin tener una cura. Los fármacos actuales intentan retrasar la pérdida de memoria que acaba produciéndose a un ritmo distinto. Los recuerdos se van borrando poco a poco de una mente que ha vivido intensamente, solo el amor de los familiares es capaz de intentar darle un sentido a una vida que ya no existe. El Alzheimer lo destruye todo, pero no ha sido capaz de vencer los sentimientos que genera.

La imagen de los efectos del Alzheimer en una madre

#Redditor Sara Wuillermin shares a heartbreaking photo of how #Alzheimers impacted her mother: https://t.co/Hac352anK4 Side by side, these crochet squares represent her mother's progression. #FightALZ pic.twitter.com/iGNMAA3eRK

— Alzheimer's NJ (@AlzheimerNJ) December 5, 2017

Sara Wuillermin solo tenía 22 años cuando a su madre, de 54 años le diagnosticaron Alzheimer. Si nunca han tenido un familiar que ha sufrido esta enfermedad o no han estado en contacto con ella, es casi imposible hacerse una idea de lo que está por llegar. Sara decidió plasmar en una solo foto lo que le había hecho el Alzheimer a su madre.

Una mujer que hacía crochet y le encantaba, no es capaz ni de saber coger la aguja o el hilo. Todo se ha perdido y no ha quedado nada, solo un intento de hacer algo que no termina de salir bien. Así queda su mente, lo que era, ya no es y nunca podrá serlo. Encontrar la manera de volver atrás en el tiempo o pararlo, puede ser una idea que ha pasado por la mente de Sara en más de una ocasión.

Todo desaparece, poco a poco, como un incendio, provoca un humo, cada vez más y más espeso. Hay días en los que se levanta y aún se puede ver algo, pero otros que ya no. Las casas desaparecen, las caras se borran y toda una vida queda oculta. El Alzheimer es realmente terrible, imposible de entender desde fuera, se vive de cerca. Viendo a esa madre que ya no es, que está presente, pero no sabe quién es.

No recuerda que ha sido capaz de dar vida, no recuerda que ha dado amor en todas las direcciones, solo está presente, pero ya no es. Como el hilo del crochet ha desaparecido poco a poco hasta que aquel bonito cuadro ya no está, solo queda la imagen de lo fe, un recuerdo externo, una foto que no podrá volver a vivirse. Pese a que la madre, ya no es una madre, sino un ser que no recuerda todo lo grande que fue, los hijos sí lo hacen, son a la vez, padres y madres de esa fuente de amor que se va volviendo cada vez más vulnerable.

En esta pandemia los enfermos de Alzheimer han sufrido el doble. Por un lado, muchos ya no están, propensos a las infecciones no han podido superar el coronavirus. Pero, por el otro, la falta de recursos y la vulnerabilidad de este colectivo se ha visto durante el confinamiento y la desescalada. Solos, abandonados y sin poder salir a la calle, su estado cognitivo se ha deteriorado más y más. Sin solución a sus problemas, sin medios para asegurar su futuro, muchos familiares y enfermos de Alzheimer celebran su día, con los centros médicos y de día aún bloqueados.