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‘Queremos que al quitarte las gafas digas ¡guau!’: así es la experiencia inmersiva del Titanic creada en España

Titanic
Nacho Grosso
  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

Desde sus inicios en Alicante en 2019, Virtual Zone ha crecido hasta convertirse en un referente internacional en experiencias de realidad virtual, con presencia en ciudades como Madrid, Valencia, Roma, Dubái o Los Ángeles. Detrás de esta expansión está Enric Costa, uno de los fundadores del proyecto, que ahora lidera una ambiciosa colaboración con la multinacional Fever Up. Su última propuesta, Titanic: A Voyage Through Time, permite al público revivir los últimos días del transatlántico desde dentro, con un punto de vista emocional, educativo e inmersivo.

Pregunta. — ¿Cómo nació Virtual Zone y cómo fueron vuestros primeros pasos?
Respuesta. — Empezamos en 2019 con una primera sala en Alicante. Al principio ofrecíamos juegos de otros desarrolladores, y vimos que gustaban mucho. Teníamos valoraciones de cinco estrellas, la gente salía con las expectativas superadas. Con la pandemia decidimos dar un paso más, crear nuestras propias experiencias, mejorando todo lo que habíamos probado hasta entonces.

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P. — ¿Cómo aprovechasteis el conocimiento previo para desarrollar experiencias propias?
R. — Llevábamos muchas horas de sala y sabíamos qué funcionaba: la sensación de vértigo, de velocidad, de tensión. Lo maximizamos. También descubrimos que tematizar con la ciudad tenía un gran efecto. En Alicante, por ejemplo, jugabas en la Plaza de los Luceros o el castillo de Santa Bárbara. Eso conectaba emocionalmente con el usuario y funcionaba tanto a nivel comercial como de comunicación.

P. — ¿Cómo pasasteis de lo local a lo internacional?
R. — Creamos más juegos, y todos fueron nominados entre las diez mejores experiencias de realidad virtual del mundo por una academia internacional con sede en Róterdam. Estábamos al lado de Universal Studios, Red Bull o incluso una división de la NASA. Eso nos dio visibilidad, y ahí entró Fever Up, una empresa española convertida en unicornio que ahora opera desde Nueva York.

P. — ¿Qué papel jugáis en esa colaboración con Fever Up?
R. — Ellos querían crear una división de realidad virtual para proyectar experiencias en teatros virtuales, algo que creemos que va a ser una gran tendencia en los próximos 12-18 meses. A pesar de tener todo el mercado global a su alcance, decidieron apostar por nosotros como estudio de desarrollo. Y ahora lideramos esa división con previsión de entre 20 y 25 aperturas por todo el mundo en el próximo año.

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P. — ¿Dónde se puede vivir la experiencia Titanic: A Voyage Through Time?
R. — Ya está en Los Ángeles, Melbourne, Roma, Dubái o San Antonio. En breve llegará a Chicago, Ciudad de México, Santiago de Chile, París o Japón. En nuestras salas como la de Alicante, es más íntima: grupos de 8 personas. Pero en los teatros virtuales puede acoger hasta 80 personas por hora, en recorridos de 1000 m² donde nadie se cruza con nadie.

P. — ¿Por qué elegisteis el Titanic?
R. — Es una historia que sigue viva en el imaginario colectivo. La película de James Cameron reavivó el interés, pero aún hoy se siguen investigando teorías nuevas. Gracias a la realidad virtual, puedes bajar a 3200 pies para ver el estado actual del pecio, algo que sería imposible en otro formato. También te trasladamos al día del embarque, a bordo, y hasta el momento exacto del choque con el iceberg.

P. — ¿Qué tipo de contenido se incluye en la experiencia?
R. — Hay rigor histórico, aportado por Musealia, que gestiona el museo oficial del Titanic en Inglaterra. Se cuentan historias poco conocidas, como la de un fogonero que sobrevivió al naufragio y a cinco más, ganándose la fama de invencible pero quedando marcado. Mezclamos lo que todos saben con detalles inéditos y mucha interacción: puedes brindar, echar carbón, subir escaleras, todo con tus propias manos.

P. — ¿A quién va dirigida esta propuesta?
R. — A partir de 8 años, a todo el mundo. Vienen familias, personas mayores, colegios. El precio es de 20 euros, con descuento para niños y jubilados. Y muchos centros educativos están interesados en utilizarlo como herramienta para enseñar historia, ciencia o incluso conocer qué es la realidad virtual y sus aplicaciones en medicina, arquitectura o ingeniería.

P. — ¿Qué otras experiencias estáis desarrollando?
R. — En agosto lanzaremos una sobre la llegada del hombre a la Luna. Te conviertes en astronauta, pasas pruebas de fuerza G, gravedad cero, y recorres todo el viaje del Apolo 11. Es ideal para aprender mientras lo vives. Igual que con el Titanic, buscamos temas que permitan recreaciones espectaculares y educativas.

P. — ¿Crees que la realidad virtual sigue teniendo recorrido, ahora que se habla tanto de IA?
R. — La inteligencia artificial es una herramienta que usamos como desarrolladores para optimizar procesos, pero no sustituye a la experiencia. Esto hay que vivirlo, sentirlo. Cada vez cuesta más sorprender a la gente, y esto lo consigue. Es perfecto para regalar, para disfrutar en grupo… Y ese momento de quitarse las gafas y oír “guau” no lo cambio por nada.

P. — ¿Y ahora en qué momento está la empresa?
R. — Estamos en expansión: tenemos salas en muchas ciudades españolas y estamos creciendo con franquicias en Cádiz, Bilbao, Málaga… También fuera, en Pune (India) o con cinco aperturas en EE. UU. Somos ya casi 60 personas, y pronto abriremos una ronda de financiación para escalar más. Es un sector que está despegando y queremos estar presentes en todas partes.

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