He probado el nuevo Echo Studio y disfruto de la música en formato grande
El nuevo Echo Studio es mejor en todo, principalmente en audio
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Desde hace años convivo con distintos altavoces inteligentes, pero el nuevo Echo Studio ha conseguido algo que no esperaba, hacerme sentir que por fin el audio doméstico ha alcanzado un nivel realmente inmersivo sin complicaciones técnicas. Es más pequeño, más potente y más consciente del espacio que lo rodea. Y lo mejor de todo, no hace falta saber nada de sonido para disfrutarlo.
Así es el nuevo Echo Studio
Un rediseño con sentido
El nuevo Echo Studio mantiene la esencia del modelo original, pero con un cuerpo más compacto (un 40 % más pequeño) y un aire más sofisticado. La textura de su tela 3D tiene un tacto premium y cumple una función acústica real: deja que el sonido fluya sin obstáculos. Su forma esférica, con rejillas casi imperceptibles, transmite equilibrio y elegancia, algo que se agradece en un altavoz pensado para integrarse en el salón, la oficina o el dormitorio.

Al encenderlo por primera vez, el anillo luminoso azul da la bienvenida con una animación más suave que en versiones anteriores. Es un gesto mínimo, pero anticipa lo que viene: un dispositivo que trae diseño, potencia y discreción.
Configuración rápida desde la app Alexa
El proceso de configuración es tan sencillo que apenas me dio tiempo a prepararme un café. Solo tuve que enchufarlo, abrir la app de Alexa en el móvil y seguir los pasos que aparecían en pantalla. En menos de cinco minutos, el altavoz estaba conectado al Wi-Fi, vinculado a mi cuenta de Amazon y listo para funcionar.
La aplicación detecta automáticamente el dispositivo y permite ajustar desde el ecualizador hasta las preferencias de sonido, crear grupos con otros Echo o activar el modo de audio espacial. También ofrece una demostración para comprobar cómo adapta el sonido al entorno, algo que en este modelo cobra todo el sentido.
Se calibra solo, y lo hace muy bien
Una vez conectado, el Echo Studio analiza la acústica de la habitación utilizando sus micrófonos y sensores. No hay que calibrarlo ni tocar ninguna opción, en unos segundos se adapta a la disposición de muebles, paredes o techos. Y el resultado se nota desde el primer acorde.

Cuando empezó a reproducir música, el impacto fue inmediato. Los graves son tan profundos que se sienten físicamente, pero sin saturar. Las voces flotan con claridad, y los instrumentos parecen distribuirse de forma natural por toda la estancia. Lo he probado con distintos géneros, desde jazz hasta clásica, y el nivel de detalle es sobresaliente. Es ese tipo de sonido que te hace redescubrir canciones que creías conocer.

Dolby Atmos y audio espacial: su gran baza
El salto de calidad más evidente llega con el Dolby Atmos y el audio espacial, que amplían la escena sonora más allá de los límites físicos del altavoz. No es solo un efecto envolvente, hay profundidad, aire y una sensación tridimensional que antes no existía.
Gracias a la nueva arquitectura interna, con un woofer de 3,75 pulgadas y tres drivers de rango completo, el Echo Studio proyecta el sonido en distintas direcciones y logra llenar la habitación sin esfuerzo. Incluso a volúmenes bajos mantiene la riqueza tonal y la claridad, algo que pocos altavoces inteligentes consiguen.

El cerebro del hogar digital
El Echo Studio no se queda en el terreno del audio. Incorpora un hub de hogar digital con soporte para Zigbee, Matter y Thread, lo que significa que puede gestionar directamente luces, enchufes o sensores sin necesidad de accesorios adicionales.
En mi caso, lo he integrado con un par de bombillas inteligentes y un enchufe conectado al termo eléctrico. Bastó con pedirle a Alexa que los detectara para poder controlarlos con la voz o desde la app. Lo más interesante es que no solo reacciona a órdenes, sino que también puede actuar de manera proactiva gracias a Omnisense, la nueva plataforma de fusión de sensores de Amazon.
El Echo Studio percibe lo que pasa a su alrededor
Omnisense aprovecha distintos sensores, de temperatura, luz y presencia, para que el altavoz entienda lo que ocurre en casa. Es capaz de ajustar rutinas según si hay alguien en la habitación o si la temperatura supera cierto nivel. Esa inteligencia ambiental se nota en pequeñas cosas: el altavoz sabe cuándo llegas, cuándo te vas o cuándo te quedas en silencio trabajando, y ajusta su comportamiento en consecuencia.

También estrena gestos táctiles mejorados. Basta un toque en la parte superior para pausar la música o posponer una alarma. Lo he probado varias veces al salir del salón o al recibir una llamada, y la respuesta es inmediata. Es una función simple, pero tremendamente práctica.
Chip AZ3 Pro: potencia e inteligencia en segundo plano
El nuevo chip AZ3 Pro es el responsable de buena parte de la fluidez del sistema. Gestiona las tareas de sonido, la detección ambiental y las respuestas de Alexa con mucha más agilidad. Se nota, por ejemplo, cuando lanzas varios comandos seguidos o cuando le pides al asistente que ajuste la música mientras gestionas dispositivos domésticos al mismo tiempo.
Además, está preparado para futuras funciones de Alexa+ basadas en inteligencia artificial generativa, lo que significa que este altavoz irá mejorando con el tiempo, sin necesidad de cambiar de modelo.
Alexa más natural y útil que nunca
He notado que la voz de Alexa suena más cálida, menos robótica. Los micrófonos captan bien incluso con música de fondo, y las respuestas llegan sin pausas. Puedes pedirle información, gestionar calendarios o controlar rutinas, pero también disfrutar de su papel como asistente de sonido, si algo no se escucha como debería, basta con pedirle que ajuste los graves o los agudos. Durante mis días de prueba, lo he usado tanto para música como para podcasts y radio en streaming, y la experiencia ha sido impecable. Incluso los mensajes de voz y llamadas suenan con claridad sorprendente.

Diseño pensado para durar
El Echo Studio está fabricado con materiales reciclados y se nota sólido, bien ensamblado y silencioso incluso a volúmenes altos. El anillo luminoso, además de indicar actividad, sirve como indicador de estado ambiental o conexión. Todo el conjunto transmite sensación de precisión y calidad, algo que lo sitúa muy por encima de otros altavoces inteligentes del mercado.
Un sonido que cambia la percepción del espacio
Después de una semana con él, tengo la sensación de que Amazon ha dado un paso grande en su línea Echo. No es solo cuestión de potencia, el nuevo Echo Studio crea un entorno sonoro vivo, dinámico y con una naturalidad que sorprende. No hace falta configurar nada, ni ser experto en audio, ni disponer de un equipo adicional.
Por 239,99 euros, ofrece una experiencia premium que combina música, automatización y diseño con un equilibrio difícil de encontrar. Cada vez que lo enciendo y Alexa responde, el salón se transforma.