Los colegios de Maine en EEUU abandonan los iPad para regresar a los ordenadores
Las tabletas de Apple son una potentísima herramienta para la educación. Sin embargo, como cualquier otra herramienta, para que funcione hay que saberla usar y adaptar muchas costumbres y modos de trabajo muy distintos a los de los ordenadores tradicionales y, a decir verdad, para ciertas tareas como la edición de textos todavía son más limitadas que los portátiles (aunque esto es algo que está cambiando rápidamente con los nuevos modelos iPad Pro). En cualquier caso, resulta sintomático que escuelas como las del departamento de educación del estado de Maine en EEUU, que fueron noticia por su adopción masiva de los iPad para los alumnos entre 7 y 12 años, han decidido volver a los portátiles gracias a que Apple les permitirá cambiar cada tableta por un MacBook Air. Los responsables de las escuelas señalan que un 74 por ciento de los alumnos y un 88 por ciento de los profesores prefieren un portátil a un iPad para el trabajo escolar y, aunque los alumnos más jóvenes parecen decantarse por las tabletas, los profesores aseguran que los alumnos las usan más como consolas de juego que como herramientas de trabajo.
Evidentemente, en los grados más avanzados en los que los alumnos deben redactar trabajos, elaborar documentos, programar y llevar a cabo muchas otras tareas en las que es necesaria la introducción de textos y trabajar con varias aplicaciones al tiempo, las tabletas pueden estar limitadas ya que su pantalla está pensada para dibujar y crear con aplicaciones táctiles en cualquier lugar, pero no para teclear largos textos o manejar muchas aplicaciones enfocadas a una tarea (iOS 9 sólo permite usar doble ventana con dos aplicaciones al tiempo y todavía ni siquiera soporta arrastrar y soltar como un ordenador convencional).
Los propios directores de de la iniciativa de aprendizaje y tecnología del estado de Maine han admitido que infravaloraron las todavía importantes diferencias que hay entre un iPad y un ordenador, aunque parte del problema ha estado en la falta de formación por parte del profesorado en lo que respecta a la integración del iPad en las aulas (y es que para muchas tareas, a veces el problema es dar con las aplicaciones y el flujo de trabajo adecuados para el iPad). Así, a pesar de que Apple ha hecho un esfuerzo desde sus orígenes para adaptar los iPad al mundo educativo (incluyendo la nueva app “Aula” presentada con iOS 9.3), parece que, de momento los colegios de EEUU prefieren quedarse en la era de los ordenadores.