ASESINATOS EN BARBATE

La Guardia Civil envía otra vez sus zódiacs contra narcolanchas en Chiclana y Sancti Petri

Se repite la peligrosa situación de Barbate sin que Interior lo remedie

No se han registrado heridos en los dos incidentes

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Agrupación de Narcolanchas en Chiclana en la tarde del lunes.
Ángel Moya

La escena que dio pie al asesinato de dos guardias civiles en Barbate, se ha vuelto a repetir con tres narcolanchas en Chiclana (Cádiz) y otras tantas en Sancti Petri la tarde del lunes. Allí se volvieron a enviar pequeñas zódiacs de la Guardia Civil contra las narcolanchas para intentar identificar o al menos espantar a los narcos. Esta vez los delincuentes no se revolvieron contra los guardias y no hubo que lamentar víctimas.

Los hechos tuvieron lugar en la tarde de ayer en la costa cerca de Chiclana y de nuevo se envió una embarcación auxiliar de los Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil para enfrentarse a 3 potentes narcolanchas que permanecían en la zona a causa del temporal.

El episodio se suma a otro incidente, esta vez en Sancti Petri con los mismos protagonistas. Por un lado, los narcos sus potentes lanchas, por el otro los guardias con su zódiac mucho menos potente. En esta ocasión, los narcos decidieron huir y no enfrentarse con los guardias.

En el vehículo, con la zódiac cargada en su remolque, viajan hasta Barbate el capitán -reincorporado de su permiso- y sus subalternos del GEAS, además de efectivos del Grupo de Acción Rápida (GAR), especialistas en misiones antiterroristas y bregados en la lucha contra las organizaciones criminales de narcos. El objetivo es puramente disuasorio: que las lanchas y sus tripulantes, cuando les vean, huyan. No hay previsión de detenerles ni de incautar las lanchas.

La escena, muy similar a la que arrancó con el enfrentamiento de los narcos con la Guardia Civil en Barbate y saldó con dos agentes asesinados, se debe según fuentes del Instituto Armado a que otras embarcaciones de mayor calado no podrían recorrer con el temporal la distancia desde sus bases a las agrupaciones de narcolanchas.

Muchas de esas embarcaciones de la Guardia Civil tampoco podrían desempeñar esa misión porque están reparándose debido a que han excedido con mucho su tiempo recomendado de uso.

Por qué se sigue haciendo

Igualmente, desde las asociaciones de la Guardia Civil se preguntan por qué siguen dándose éste tipo de órdenes tras la tragedia de Barbate y el asesinato de dos de sus compañeros.

En Barbate se decidió enviar una lancha del GEAS porque no había otra embarcación a mano. La idea era movilizar una zódiac de la Guardia Civil por tierra y botarla en el puerto de Barbate para «espantar» a las narcolanchas. La mala mar, la misma que había empujado a los narcos impunes a resguardarse en el puerto, impedía enviar otra embarcación mayor.

El vehículo llegó a Barbate cuando apenas quedaba luz natural. En el puerto se aglomeraban los amigos de los narcos para observar el desenlace. De las ocho narcolanchas iniciales, cuatro ya se habían ido. Luego se marcharon dos y quedaron otras dos. Kiko el Cabra estaba a los mandos de una de ellas, deseando liberar todo su ánimo de venganza contra los guardias después de que el 31 de enero, su socio del alma se matara al intentar embestir una embarcación de la Guardia Civil.

«Coged la zódiac y meteos al agua»

Los narcos no tenían intención alguna de marcharse pese a la presencia de los recién llegados GEAS y así lo hicieron para regocijo de sus seguidores. A los guardias les dijeron: «Coged la goma y meteos al agua, y que os vean».

Según relatan fuentes de la Guardia Civil, la instrucción provocó inquietud entre los agentes, en vista de que su zódiac de apenas 6 metros y con un motor de unos 80 caballos iba a tener que vérselas con una planeadora de cerca de 5.000 kilos y dos fuerabordas que suelen superar los 350 caballos. Temían que iban a «ser toreados», explican desde la unidad.

Finalmente, fue una tragedia captada en vídeo por los testigos que jaleaban a Kiko el Cabra. El delincuente, tras ejecutar algunas maniobras temerarias, embistió la pequeña zódiac de los guardias. Dos muertos y un agente que ha perdido un brazo. En menos de 24 horas, se detuvo a los ocho responsables, los seis que ocupaban la narcolancha y los dos que fueron a la playa a buscarles.

A pesar de todo, y sólo 48 horas después de la tragedia de Barbate, se han vuelto a enviar las zódiacs de la Guardia Civil contra las enormes narcolanchas sin que Interior lo remedie.

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