El acusado de matar a Marta Calvo quiso quedar con más mujeres mientras pensaba qué hacer con el cadáver
Jorge Ignacio Palma se sienta en el banquillo acusado de matar a la joven valenciana, causar la muerte de dos mujeres más y de abusar de otras cuatro
El acusado se enfrenta a prisión permanente revisable por haber matado a Marta y haberse desecho de su cadáver, no hallado aún, para hacer desaparecer pruebas
OKDIARIO accede al informe que prueba que el acusado de matar a Marta Calvo es “un depredador letal”
Desde que Jorge Ignacio Palma está en la cárcel no ha habido más mujeres que hayan descubierto en las cavidades de su cuerpo piedras de cocaína de gran pureza cuyo mero contacto con el torrente sanguíneo las convierte en potencialmente letales. Este es el modus operandi del monstruo, su solo comportamiento con las mujeres es suficiente para definirlo así, que desde el lunes 13 de junio se sienta en el banquillo de los acusados en Valencia para responder de la muerte de tres mujeres y los abusos sexuales a un total de siete. Frente a él estará Marisol Burón, la madre de Marta Calvo, a cuyo relato de su muerte ha tenido acceso este periódico y es sencillamente aterrador.
El 7 de noviembre de 2019 Marta Calvo le mandó un mensaje a su madre diciéndole que había quedado con una persona. Dos horas más tarde del primer mensaje Marta le mandó a su madre otro más, éste para enviarle la ubicación de la casa en la que estaba con su cita. Marisol, la madre de la chica de 25 años, ya no recibió más mensajes. Su hija había muerto en la casa de Jorge Ignacio Palma, el hombre que la sometió a una “fiesta blanca” en la que la cocaína de gran pureza fue la protagonista y la causa de la muerte de Marta.
El escrito de acusación contra Palma explica cómo Marisol, angustiada ante la ausencia de noticias de su hija, se desplazó hasta la localidad valenciana de Manuel, a la dirección que Marta le había enviado. Jorge Ignacio Palma abrió la puerta de la casa ante la insistencia de Marisol. Nadie puede saber si el cadáver de Marta estaba aún dentro de ese domicilio mientras Palma le dijo a la madre de la joven fallecida que no conocía de nada a su hija y que él estaba solo en la casa.
Guantes, sierras y desatascador
La realidad de la investigación es terriblemente distinta y así viene reflejado en un escrito de acusación, al que ha tenido acceso este periódico y que desvela un dato que define al acusado de la muerte de Marta: sin saber aún qué hacer con el cadáver de la chica Jorge Ignacio trató de contactar con más mujeres: “En la mañana del día 7 de noviembre de 2019, Marta Calvo Burón fallecía en la vivienda del acusado (…) y, mientras éste trazaba un plan para ocultar los restos mortales de Marta, trató de concertar nuevamente citas sexuales con las mujeres que anunciaban “fiesta blanca” en su perfil de redes sociales. Así lo hizo, al menos, en tres momentos, a las 12.36, a las 12.40 y a las 14.58 horas”.
Palma asegura que cuando se despertó tras pasar la noche con Marta se asustó al verla muerta en su cama, la descuartizó y se deshizo del cuerpo en varios contenedores de basura. Por cruel que suene, lo que él mantiene son unos hechos con escaso castigo penal, pero la investigación cree que es un montaje, una invención, para ocultar lo que realmente le hizo a Marta, cree la acusación y los investigadores que algo mucho más cercano al asesinato que lo que el acusado mantiene.
Para hacer creíble su versión de los hechos mantiene la acusación que elaboró un plan para dejar rastro visible pero erróneo tras el crimen: “Para dar más credibilidad a la versión ofrecida por el acusado respecto del destino de los restos mortales de Marta Calvo, a las 17.59 horas del día 8 de noviembre de 2019 se desplazó a la tienda de Leroy Merlín en Massanassa adquiriendo un líquido desatascador de cañerías. En una ferretería de la localidad de L´Olleria adquirió dos sierras y en el establecimiento de Consum compró bolsas de basura y guantes de látex. Las cámaras de seguridad de Leroy Merlín y de Consum grabaron su presencia en ambos establecimientos”.
Palma se enfrenta a una sucesión de peticiones de condena tanto por la familia de Marta como por parte de la Fiscalía. Los responsabilizan de la muerte de tres mujeres y de los abusos a cuatro más, un total de siete víctimas que de no ser por la muerte de Marta quién sabe cuántas serían hoy. El siguiente extracto de la acusación contra Palma deja claro cómo su perversión llevó al borde de la muerte y más allá a tantas mujeres: “La cocaína que suministraba e introducía el acusado en el cuerpo de sus víctimas era de una pureza muy superior a la que existía en el mercado ilícito de dicha sustancia, puesto que él mismo se dedicaba al tráfico de drogas y manejaba y disponía de grandes cantidades de la misma. El citado método de introducción en el organismo de la cocaína conllevaba el inmediato acceso al torrente sanguíneo y al sistema nervioso central de dichas mujeres, lo que les provocaba euforia y sobreestimulación en un primer momento, pero con el paso de las horas dificultad para respirar, aumento de ritmo cardíaco y de la presión arterial, así como de la temperatura corporal y, en los casos más graves, fallecimiento por infartos, convulsiones, depresión respiratoria, embolias e insuficiencia renal”. Poco más hay que añadir. Que se haga Justicia.