Los riesgos de la digitalización: sedentarismo, adicción y aislamiento social de las personas
La pandemia ha revolucionado la manera en la que trabajamos, estudiamos y nos comunicamos y ha supuesto la plena integración del mundo digital en nuestro día a día. Para 9 de cada 10 personas ha generado un “beneficio indiscutible”, principalmente debido al hecho de poder estar conectados y en contacto con nuestros seres queridos (50%), algo que valoran en mayor medida las mujeres y las personas entre 56 y 70 años.
El beneficio personal que nos proporciona el mundo digital también se explica porque nos permite realizar compras (41%) y gestiones (39%) desde cualquier lugar y sin desplazamientos (34%), así como ganar tiempo para uno mismo (31%), contaminar menos (27%) y conciliar más (22%). Otras ventajas a nivel colectivo son, un mayor acercamiento de los mayores al mundo online (40%) y una nueva manera de relacionarnos con las instituciones (37) y los facultativos (29), entre otros.
Son algunas de las conclusiones del informe Salud y Nuevos hábitos digitales, realizado por Fundación MAPFRE y Salvetti Llombart, con el objetivo de analizar la “salud digital” de los españoles, un nuevo concepto de salud que está comenzando a instalarse en la sociedad y que es calificada de “importante” por el 80%. En este sentido, los ciudadanos la definen desde una doble perspectiva, la positiva, como el uso responsable de los dispositivos y contenidos digitales, y la negativa, que 6 de cada 10 vincula a la adicción al mundo digital y al uso excesivo (30%).
La investigación, resultado de más de 2.500 entrevistas realizadas el pasado mes de septiembre, ha permitido, además llegar a otras conclusiones: que la salud digital ha empeorado durante la pandemia (debido al exceso de uso de las nuevas tecnologías), aunque menos que la salud emocional; que dicho empeoramiento ha sido mayor entre los jóvenes, quienes declaran tener peor salud digital (un 6,7 sobre 10 frente a un 7,1 de la media nacional); y que los hogares con más renta reconocen tener mayor salud digital: en concreto, 7,5, lo que se debe a que los miembros de los hogares más acomodados son quienes admiten tomar más medidas para establecer normas saludables del uso de la tecnología.
Más conectados: jóvenes y rentas altas
Actualmente, los españoles se conectan a internet una media de seis horas diarias, el doble de lo que lo hacen al teléfono móvil, cifras que ponen de manifiesto un claro aumento de la demanda del tiempo de conexión. El 77% lo ha incrementado con respecto a 2019. Destaca el colectivo de jóvenes entre 20 y 26, quienes han aumentado su tiempo de conexión un 90%, y para que los que el impacto negativo en su salud es mucho mayor, debido precisamente a dicho abuso.
La digitalización actual muestra otro rasgo importante además del tiempo de conexión y es el elevado número de dispositivos y aparatos que disponemos, unos cinco de media, entre los que destacan aquellos que nos proporcionan conexión a internet, como el móvil (99%), el ordenador portátil (72%), smart tv (61%), tablet (55%) y ordenador de sobremesa (53%).
La mayoría de las personas (87%) reconoce que no tiene dificultad para utilizar las nuevas tecnologías y que la digitalización forma parte de sus rutinas habituales. En este sentido, destaca el porcentaje de personas que ha comenzado a utilizar canales digitales o que ha aumentado su uso para comunicarse (54%), como las redes sociales, que suben un 37%.
También llama la atención aquellos que han empezado o han incrementado sus compras online un 46% con respecto a antes de la pandemia, los que se han iniciado o han aumentado la gestión de trámites bancarios y con la administración (un 45% más), aquellos que consumen contenido audiovisual a través de plataformas como Netflix o HBO (53%) o música en streaming (32%) en su tiempo libre y los que han optado por el teletrabajo (33%) o han recibido formación online (32%).
La digitalización es sin duda mayor entre los jóvenes y en hogares con mayor renta, donde disponen de un 40% más de dispositivos que los hogares con menores ingresos, un dato, que, a raíz de la investigación, les permite trabajar y formarse en mayor medida que otros grupos sociales.
Una salud digital de “notable”
La salud digital, entendida como el uso responsable de la tecnología, es ahora más importante que antes de la pandemia y el impacto de los nuevos hábitos digitales en la salud arroja un balance más positivo que negativo. De hecho, un 30% de españoles considera que les aporta beneficios y que supera en un 12% a los aspectos negativos. No obstante, con la COVID y el aumento del uso de los dispositivos digitales también ha crecido el grado de concienciación para prevenir ciertos riesgos vinculados a la digitalización.
Entre los riesgos más frecuentes, destaca el cansancio visual (44%), la pérdida de contacto físico, aislamiento social y falta de relación con el mundo real (39%); ausencia de reconocimiento de noticias verdaderas o fake news (39%); conexión constante al trabajo (31%); sedentarismo (32%); escasez de supervisión entre los menores que se conectan a internet (34%); falta de seguridad en la red (32%); adicción a las redes sociales (31%); riesgo de estafas o phishing, que permite obtener datos privados a través de internet (29%), y miedo a engancharse a los juegos online (24%).
Cómo poner fin a la desintoxicación digital
Conocer las ventajas, los riesgos, los hábitos saludables y las implicaciones en términos de seguridad, es la manera en la que los encuestados fomentan la “salud digital”. Los expertos en salud digital recomiendan no abusar de los dispositivos digitales y limitar su uso entre los más pequeños; reservar momentos para la desconexión; fomentar el equilibrio entre lo real y lo virtual, sobre todo entre los más jóvenes; comprobar que las fuentes de información sean fiables; seguir el consejo de profesionales y utilizar esta información para cuidarse más y mejor; aprender a navegar de forma segura por la red; no compartir en las RRSS más de lo necesario; y enseñar a los más mayores el uso de los dispositivos digitales.
Los jóvenes, usuarios más intensivos del mundo digital, no destacan especialmente entre los colectivos que más actividades realizan para tener buena salud digital. Los especialistas también les recomiendan hacer deporte para contrarrestar el sedentarismo (algo que solo reconoce hacer el 48%); que controlen los tiempos de desconexión para asegurase momentos de recuperación o descanso (33%), que realicen
actividades presenciales con otras personas (25%); que se informen sobre los riesgos de internet (23%) y que aprendan buenos hábitos digitales (23%).
El informe hace referencia, además, a una “mayor implicación de las instituciones públicas” (reconocidas como bastante creíbles), para promover información creíble sobre hábitos que puedan ayudar a incrementar una buena salud digital, así como talleres, charlas, páginas web, apps y campañas de concienciación, que permitan fortalecer conocimientos en las áreas más demandadas, como seguridad en la red (52%).
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