La Policía detiene en Madrid al presunto asesino de una mujer en Italia

La Policía detiene en Madrid al presunto asesino de una mujer en Italia
Mohamed Barbri y Samira El Attar

Agentes de la Brigada Móvil de la Policía Nacional que llevaban a cabo un control aleatorio de pasajeros de la Estación Sur identificaron este martes a Mohamed Barbri, tras llamarle la atención la actitud esquiva del sospechoso. En ese momento, y tras constatar que le costaba en vigor un señalamiento de Sirene, las oficinas de intercambio de información de los estados europeos firmantes del tratado Schengen, los policías condujeron al sospechoso a comisaría. Allí Barbri intentó despistar a la policía declarando que había venido a España para pegar carteles con la intención de pedir ayuda para buscar a su mujer desaparecida.  Sin embargo, tras contactar con las autoridades italianas, estas informaron que en ese mismo momento se estaba tramitando una euroorden contra Barbri por el homicidio y ocultamiento del cadáver de su esposa Samira El Attar en la localidad italiana de Padua.

Samira desapareció sin dejar rastro el pasado 21 de octubre tras dejar a su hija en la guardería de Padua donde estaba matriculada. Mohamed, de 40 años, siempre fue sospechoso de la desaparición de su mujer. Celoso patológico, le había instalado un sistema de control en el móvil a su mujer, que descubrieron por casualidad sus familiares. Las peleas por celos en el matrimonio eran habituales, y según declaró su familia a los investigadores italianos la situación  había empeorado desde que Samira manifestó a su esposo su voluntad de encontrar trabajo. Él la quería en casa, aislada y controlada, por eso tras su desaparición la familia de Samira le exigió que entregara el cadáver de Samira. No tenían ninguna duda de que el presuntamente la había asesinado por celos y había escondido su cadáver.

Tras dos meses de investigación y con la policía italiana pisándole los talones, Mohamed desapareció de Italia el pasado uno de enero. Entonces cogió un autobús en Milán rumbo a Barcelona, pero una llamada de móvil le traicionó.

Desde Barcelona, y con el teléfono de un amigo tunecino, el marroquí llamó a un primo suyo, aunque se arrepintió y colgó de inmediato fue suficiente para que la policía italiana rastreara la llamada y llegara al convencimiento de que el sospechoso pretendía llegar a Marruecos a través de España. No tenía restringidos sus movimientos ni requisado su pasaporte a pesar de la protestas de la familia de Samira, por lo que la Justicia italiana reaccionó por fin alertando a la policía española.

Ahora Mohamed será entregado de inmediato al juez italiano que lleva el caso, fruto de la euro orden emitida por Italia tras la buena actuación de la policía española. Allí tendrá que explicar por qué tardó 24 horas en denunciar la desaparición de su esposa o por qué casualmente fue el sospechoso quien encontró un zapato y otros efectos de la víctima en una zanja cercana a su domicilio dos meses después de la desaparición.

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