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La mediación entra en prisión: nacen los ‘facilitadores de paz’ en España

Los facilitadores han sido cuidadosamente seleccionados y capacitados para intervenir en disputas entre internos

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Prisión 'facilitadores de paz'
Cárcel Sevilla II, en Morón de la Frontera. (Foto: SGIP)
Diego Buenosvinos

Por primera vez en España, internos formados como Facilitadores de Paz pisan las galerías penitenciarias con una misión clara: transformar los conflictos en oportunidades de diálogo, comprensión y convivencia.

Así, se ha marcado un hito en el sistema penitenciario español. Un grupo de internos, formados por la Asociación Española de Mediación (ASEMED), ha comenzado oficialmente su labor como Facilitadores de Paz en un centro penitenciario nacional. Esta innovadora figura, hasta ahora inexistente en España, representa una herramienta pionera para pacificar la vida diaria en prisión desde dentro, dando protagonismo a los propios reclusos en la gestión positiva de los conflictos.

El proyecto, impulsado y coordinado por ASEMED, surge de la convicción de que la mediación y la cultura de paz no solo son posibles en entornos de alta tensión como el penitenciario, sino que son necesarias. Los facilitadores han sido cuidadosamente seleccionados y capacitados para intervenir en disputas entre internos, prevenir enfrentamientos y promover el respeto mutuo y la convivencia. Su trabajo contribuirá no sólo a mejorar el clima en los centros penitenciarios, sino también a reducir la reincidencia, mejorar la reinserción social.

En palabras de Jesús Lorenzo Aguilar, director general de ASEMED, «esto no es sólo una intervención puntual, sino el inicio de un cambio profundo en la manera de entender la convivencia en prisión. Apostamos por una justicia restaurativa que humaniza, que escucha, que educa y que reconstruye».

Una experiencia transformadora desde dentro

El programa está concebido como una experiencia transformadora tanto para quienes reciben la ayuda como para quienes la prestan. Los internos formados no solo adquieren herramientas prácticas de mediación, gestión emocional y comunicación no violenta, sino que también asumen un rol activo y responsable en la mejora del entorno que comparten.

«Este paso es un mensaje potente para toda la sociedad», afirman desde ASEMED. «Incluso tras los muros de una prisión, es posible sembrar cultura de paz, y con ella, dignidad, respeto y esperanza».

Los primeros resultados del programa ya están generando interés en el ámbito académico y judicial, y se prevé su ampliación a otros centros penitenciarios del país. La reducción de conflictos violentos, la mejora del ambiente en las galerías y la propia transformación personal de los internos mediadores son algunos de los efectos esperados, que podrían tener un impacto positivo directo también en la reducción del coste emocional y económico que suponen los conflictos carcelarios no resueltos.

Impulsando la mediación

La iniciativa forma parte del compromiso de ASEMED con la promoción de la mediación en todos los ámbitos de la sociedad: educativo, familiar, laboral, comunitario y, ahora también, penitenciario. Desde su fundación, esta asociación ha desarrollado programas de formación, campañas de sensibilización, certificaciones oficiales y encuentros profesionales para promover una forma de gestionar los conflictos más humana, eficaz y reparadora.

Además de su labor en centros penitenciarios, ASEMED colabora activamente con instituciones educativas, administraciones públicas y profesionales del derecho para impulsar la mediación como alternativa viable y efectiva a los procesos judiciales tradicionales.

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