Jennifer Aniston habla de su maternidad y nadie estaba preparado para escuchar lo que ha confesado
Jennifer Aniston ha dado unas declaraciones sobre su vida privada que nadie esperaba
La actriz reconoce que le afecta mucho las críticas que recibe por parte del público
"Piensan que no quiero porque soy egoísta y adicta al trabajo, y eso me afecta"
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Nadie lo esperaba, pero ha pasado. Jennifer Aniston ha decidido abrir su corazón para hablar de uno de los aspectos más íntimos y dolorosos de su vida: su lucha durante dos décadas por convertirse en madre. En una entrevista para una publicación británica, ha confesado los motivos por los que no tiene hijos. Durante ese tiempo, las especulaciones sobre su vida privada se convirtieron en un tema y se activaron rumores que, según nuestra protagonista, son completamente falsos. Aniston confiesa que le dolía ver cómo, mientras ella lidiaba con tratamientos fallidos y con la frustración de no poder formar una familia, sus detractores la retrataban como una mujer egoísta, centrada únicamente en su carrera. «Durante veinte años intenté tener mi propia familia», explica cuando le preguntan sobre este tema.
La actriz de Friends recuerda que su fama fue un arma de doble filo. La convirtió en una de las actrices más queridas del mundo, pero también en objeto de escrutinio constante. Cada aparición pública, cada gesto o prenda que usaba bastaban para alimentar nuevos rumores sobre un posible embarazo. Lo que nadie imaginaba era que, mientras esos titulares se multiplicaban, ella atravesaba procesos médicos y emocionales agotadores.
Aniston revela que se sometió a fecundaciones in vitro, siguió tratamientos con medicina natural e incluso probó remedios tradicionales como los tés chinos, en un intento desesperado por cumplir su deseo de ser madre. Sin embargo, con el paso del tiempo, entendió que no todo estaba en sus manos y que debía aceptar la realidad, por más dolorosa que fuera.
«Habría dado cualquier cosa porque alguien me dijera que congelara mis óvulos», admite ahora con cierta melancolía. Quiere que su historia sirva de ayuda, por eso ha hecho un esfuerzo y la ha compartido con el público.
La mentira que perigue a Jennifer Aniston
El tema de la maternidad ha sido un punto especialmente sensible en su vida pública, sobre todo tras su mediática separación de Brad Pitt en 2005. Durante años se insinuó que el matrimonio se rompió porque ella no quería tener hijos, una versión que la actriz desmiente con contundencia. «Eso era completamente falso», afirma.
Aquella etapa coincidió con uno de los periodos más difíciles de su vida personal, marcado por la presión que sentía por parte de sus seguidores. Fue entonces cuando comprendió que su silencio solo alimentaba los juicios ajenos y decidió alzar la voz. En 2016 publicó una carta abierta en The Huffington Post en la que denunciaba el trato cruel que los medios daban a las mujeres, en especial cuando no encajaban en los moldes tradicionales de maternidad o pareja. En aquel texto, Aniston explicó con honestidad que había intentado quedarse embarazada mediante tratamientos médicos, pero que su cuerpo no respondió como esperaba. Esa confesión, tan íntima y valiente, marcó un antes y un después en la manera en que se la percibía.
Jennifer Aniston y su gran problema
Para Jennifer Aniston, la maternidad se convirtió en un estándar de juicio, una especie de medidor de valor que definía si una mujer era «completa» o no. «Conocía a muchas que estaban pasando por lo mismo, que se sometían a tratamientos y lo mantenían en secreto», explica. Tal y como ha confesado, en aquel entonces sintió una profunda soledad, porque el tema de la fertilidad todavía era un tabú, incluso entre las mujeres más cercanas. Por eso, considera importante hablar de su experiencia y hacerlo desde la empatía. No se trata de una queja, sino de una invitación a la comprensión. «No era solo por mí, sino por todas las mujeres que se han sentido juzgadas o incomprendidas por no ser madres», revela.
Aunque el tema sigue siendo doloroso, ha aprendido a convivir con el dolor y ha conseguido pasar página. Dice que, con el paso del tiempo, ha aprendido a no reaccionar ante cada rumor ni a tratar de corregir todo lo que se dice sobre ella. «Mi familia sabe mi verdad, mis amigos saben mi verdad», afirma con convicción. Aun así, reconoce que el problema al que se enfrentó modificó su hoja de ruta y le condicionó mucho, por eso siente que hay gente que jamás la conocerá al 100%, pues ha perdido una parte de su naturalidad.
A pesar de todo lo que hemos contado anteriormente, la actriz se muestra en paz. A sus 56 años, asegura que ha encontrado un equilibrio entre su vida profesional y personal, y que ha aprendido a disfrutar de lo que tiene sin obsesionarse con lo que no pudo ser. Ya no siente que deba justificar su historia, porque la ha convertido en parte de su identidad. «Con el tiempo, las cosas pasan», dice. Y con esa frase resume una verdad sencilla, pero poderosa: la madurez consiste en aceptar el pasado, sin dejar que defina quién eres.
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