La emotiva despedida al pequeño Gabriel en el ‘pescaíto’ más grande de Almería
Al final de la avenida Federico García Lorca de Almería, a escasos metros del mar, se encuentra una figura cubierta por mosaicos que recuerda que en ese lugar se encuentra enterrada una ballena varada. Este monumento marítimo, conocido como la ballena del cable inglés, se ha convertido, espontáneamente, en un altar en memoria de la vida del pequeño Gabriel Cruz.
El «pescaito» Gabriel, como tantas veces ha insistido su madre, quería ser biólogo marino y los vecinos de la capital almeriense no han tenido dudas a la hora de elegir un punto de la ciudad para recordar y rendir homenaje al pequeño, asesinado por Ana Julia Quezada, la pareja de su padre. La memoria del pequeño Gabriel descansa ahora
Avenida abajo aún son muchos los establecimientos que lucen los carteles de búsqueda de Gabriel, que llegaron a casi todos los puntos de la provincia después de que se perdiera su rastro el 27 de febrero en Las Hortichuelas Bajas de Níjar (Almería).
La mirada del niño acompaña a muchos de los que descienden esta vía principal de Almería para llegar hasta la ballena que se encuentra protegida por el antiguo cargadero de mineral, el popular Cable Inglés de Almería.
Una vez allí, el visitante es recibido por un número incontable de velas, flores, carteles y cartas de niños de la ciudad que recuerdan a Gabriel y cómo «ha despertado la bondad de la gente».
Como si fuese un pequeño santo, muchos encienden una vela, rezan allí y piden por Gabriel. Asimismo son muchos los que no pueden evitar que una lágrima se escape al leer alguna de las cartas dedicadas al «pescaito».
También junto a la ballena se encuentran muchos juguetes, especialmente peces de peluche, y en el suelo se puede leer una pintada que reza: «El rincón de Gabriel».
El nombre del niño también luce sobre los mosaicos de la ballena pero algunos visitantes temen que el viento y la lluvia puedan terminar llevándose este peculiar altar, o que sean los propios servicios municipales de limpieza los que lo hagan.
Mientras tanto, pequeños, grandes y mayores continúan acudiendo a la ballena, como también lo hicieron antes de marcharse los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) que investigaron la desaparición de Gabriel, que han aportado su granito de arena colocando allí una corona de flores dedicada al niño que quería ser biólogo marino.
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