Todas las razones de por qué te sientes cansado aunque hayas dormido
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Hace ya muchos años que sabemos que dormir bien, de seis a ocho horas diarias, es indispensable para gozar de una buena salud. Sin embargo, hay personas que duermen esta cantidad de horas todas las noches, sin interrupciones, y aún así no tiene energía al día siguiente. ¿Alguna vez te has preguntado por qué te sientes cansado aunque hayas dormido? Veamos algunas respuestas posibles.
En principio, hay que insistir en que el descanso nocturno es esencial para que el cuerpo y la mente se recuperen del desgaste sufrido en la jornada. Últimamente, cada vez estamos más expuestos al estrés y menos a entrenar. Pero la forma de recuperarnos es la misma. Mientras dormimos, las neuronas se restauran y disminuye el nivel de estrés oxidativo en el cerebro, por lo que debes dormir aunque no sientas cansancio.
Por qué te sientes cansado aunque hayas dormido
Si sueles convivir con esta sensación tan poco agradable, puede que estés cometiendo errores cuando estás despierto y no tanto cuando duermes. Suponiendo que trabajes en una oficina o hagas teletrabajo frente al ordenador, recuerda que deberías tomarte pequeños descansos de un par de minutos; aprovechando a desviar la mirada y caminar un poco para reactivar tus músculos. No deberías pasar sentado, sin levantarte, más de media hora.
La falta de descansos diurnos, por cortos que sean, es una de las causas recurrentes por la que algunas personas están cansados tras haber dormido. Cuando no desconectamos, el estrés se acumula y puede producir insomnio por la noche retrasando la llegada del sueño.
Nuestro día influye en nuestra noche
Durante el siglo pasado, los científicos insistieron en la idea de que según habíamos dormir influiría en cómo sería nuestro día. Ahora, los investigadores son conscientes -y deberíamos serlo todos- de que nuestros días también influyen en nuestras noches. Si a lo largo de la jornada acumulamos estrés, las probabilidades de que no descansemos debidamente serán elevadas. Aún cuando hayamos dormido seis horas sin interrupciones.
La actividad frenética a la que nos vemos sometidos por nuestro ritmo de vida que nos obliga a trabajar todo lo posible, cuidar de la familia, hacer ejercicio, etc. es la peor enemiga a la que podríamos enfrentarnos. La mayoría se olvida por completo de dedicarle un rato a la meditación, a leer un libro, o a no hacer nada. Justamente, el no hace nada tiene mala fama. Y ese es un inconveniente, porque a veces nos hace falta simplemente no hacer nada para combatir el estrés. Como todo lo medimos en términos productivos, creemos que si no estamos generando riquezas estamos desperdiciando el día. No es así en absoluto.
¿Qué dicen los estudios?
Por supuesto, no es una problemática que afecte únicamente a los españoles sino que se trata de un tema popular entre la comunidad científica internacional. Un informe del University College de Londres, junto con la BBC, demostró que 2 de cada 3 individuos no descansan lo suficiente. Tras entrevistar a 18.000 voluntarios, una de las autoras de las conclusiones -Claudia Hammond- explicó que «la vida y cultura modernas dificultan que valoremos el descanso».
«Estar ocupados siempre se ha convertido en signo de triunfo en la mayoría de sociedades», añade la psicóloga sobre este tema que se ha transformado rápidamente en uno de los que suscita más interés entre los doctores. Y atrae porque depende del contexto. Si éste cambiase, tal vez descansaríamos mejor.
En las redes sociales intentan rebelarse
A pesar de que claramente la mayoría siguen ensimismados en su búsqueda de la máxima rentabilidad, en las redes sociales ha aparecido un movimiento llamado #bedrotting, o que se identifica con ese hashtag, en el que básicamente invitan a «pudrirse en la cama». Sin llegar a tal extremo, pretenden que reflexionemos sobre el escaso margen que nos dejamos para relajarnos.
¿La siesta podría ser la solución?
Como despertarnos más allá de las ocho o nueve de la mañana no es una alternativa por la que podamos optar, pues los compromisos arrancan temprano, algunos piensan que una siesta por la tarde podría ser la solución para el cansancio y el estrés acumulados. Esta tradición española está siendo adoptada lentamente por otros países, donde los empleados comprueban sus beneficios al descansar del trabajo una hora y despejar la mente de las complicaciones.
Dormir aproximadamente media hora luego del almuerzo favorece las desconexiones neuronales y ayuda a regresar al ámbito laboral con más energía. Naciones como Japón, de hecho, han constatado que darles un momento a los trabajadores para dormir la siesta podía optimizar su rendimiento.
Allí, la filosofía Inemuri -estar presente mientras se duerme- enseña a dormir la siesta como prevención de enfermedades del cerebro.
Así que ya puedes ver qué haces mal durante la noche y durante el día para no rendir y estar cansado al día siguiente. Realmente no es tan complicado.
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