Cómo es la siesta perfecta

Cómo es la siesta perfecta
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Después de comer lo que más nos apetece es tumbarnos en el sofá para echar la siesta. Esta costumbre tan española no tiene nada de malo siempre que la persona se encuentre cansada y la alargue durante un tiempo determinado, que no debe durar más de media hora. A continuación te damos más detalles sobre cómo es la siesta perfecta.

Con treinta minutos sería suficiente para levantarse bien, aunque con 15 o 20 minutos el cuerpo ya habrá recargado energías para incrementar su creatividad y mejorar su capacidad cerebral. Entre las 13 y las 15 horas se produce en nuestro organismo un pequeño descenso de energía, que es lo que realmente provoca ese interés por la siesta.

En cualquier caso, la siesta cuenta con una serie de beneficios que debemos tener en cuenta. Entre otras cosas mejora la digestión y el rendimiento de las personas que tengan que trabajar por la tarde, mejora el bienestar global, disminuye el estrés y la hipertensión arterial, reduce el riesgo de sufrir infartos y contribuye al mantenimiento de las funciones cognitivas.

Sin embargo, no siempre habrá la posibilidad de descansar después del almuerzo. Ni tampoco será factible debido a los ruidos u otros problemas que surjan. Eso provocará que aparezca en nosotros un cierto sentimiento de frustración, dolores de tipo artrítico, artrósico o respiratorios.

El problema de dormir más tiempo de lo necesario

El verdadero inconveniente de la siesta lo encontramos cuando ésta se alarga más de la cuenta. Es decir, hay que evitar en la medida de lo posible esas siestas de dos y tres horas, que por lo general echamos cuando por la noche no descansamos el tiempo adecuado. También supone un problema dormir demasiado tarde la siesta, cuando se acerca a la hora del sueño nocturno. Los expertos aseguran que existen algunas posturas que impiden el adecuado descanso, como boca arriba o decúbito supino. Sobre todo porque generan problemas respiratorios.

Obviamente, para echar la siesta es mejor que optes por un lugar como el sofá y no la cama. Si te decantas por esta última opción, debido a que te encontrarás más cómodo es posible que alargues más de la cuenta el tiempo de la siesta.

En lo que se refiere a sitios adecuados, procura encontrar un sitio con poco ruido, escasa iluminación y que sobre todo tenga mucha tranquilidad. Te costará muchísimo enganchar el sueño si lo haces con la televisión encendida y el volumen muy alto, o con niños a tu alrededor. Algunos encontrarán la comodidad en la cama, mientras que otros se decantarán por el cuarto de estar, ya sea el sofá o la butaca. Y es que durmiendo medio sentados resultará más sencillo despertarse y no caer en un sueño tan profundo.

La siesta supone una solución perfecta para aquellas personas que se ven obligadas a madrugar mucho y que tiene por delante una jornada muy exigente, tanto de tareas como de actividades. Esa media hora que descansen después de la comida les servirá para recargar energías y afrontar lo que resta de días con más ganas.

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