Refrescos sin azúcar y aspartamo: así afectan a tu corazón y cerebro, según un estudio
El aspartamo es un edulcorante artificial de bajo contenido calórico, aproximadamente 200 veces más dulce que el azúcar común

Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
El edulcorante aspartamo reduce la grasa corporal, pero «podría ser nocivo para el corazón y el cerebro», según un estudio realizado con ratones por el centro de investigación CIC biomaGUNE y el Instituto de Investigación Sanitaria Biogipuzkoa.
El aspartamo es un edulcorante artificial de bajo contenido calórico, aproximadamente 200 veces más dulce que el azúcar común. Se utiliza para endulzar alimentos y bebidas sin aportar muchas calorías, por lo que es habitual encontrarlo en refrescos light, productos dietéticos, chicles sin azúcar, postres y algunos medicamentos.
A nivel químico, el aspartamo es un dipeptido compuesto por dos aminoácidos: ácido aspártico y fenilalanina, más un grupo metilo. Cuando se ingiere, se descompone en estos componentes, que el cuerpo metaboliza como si fueran nutrientes comunes.
Así, esta investigación, llevada a cabo por la investigadora Irati Aiestaran, bajo la dirección de los profesores Ikerbasque Jesús Ruiz Cabello de CIC biomaGUNE e Ian J. Holt del IIS Biogipuzkoa, ha evaluado los efectos del consumo de aspartamo a largo plazo en ratones, exponiéndolos durante un año a una dosis equivalente a una sexta parte de la ingesta diaria máxima recomendada para los seres humanos.
En el estudio han concluido que «efectivamente el aspartamo reduce los depósitos de grasa (en un 20%) en los ratones, pero lo hace a costa de una hipertrofia cardíaca leve y una disminución de su rendimiento cognitivo».
Estos hallazgos indican que, «si bien este edulcorante puede ayudar a lograr la pérdida de peso en ratones, esto va acompañado de cambios fisiopatológicos en el corazón y, posiblemente, en el cerebro», añaden.
La dosis diaria de aspartamo utilizada en el estudio ha sido en unidades de equivalencia en humanos de siete miligramos por cada kilo de peso corporal. El estudio demuestra que la exposición prolongada a edulcorantes artificiales «puede tener un impacto perjudicial en la función de los órganos, incluso a dosis bajas, lo que sugiere que las directrices de consumo actuales deben ser revisadas críticamente».
Este trabajo en el que se han estudiado por primera vez los efectos de la ingesta de aspartamo durante todo un año, contribuye a «subsanar importantes lagunas de conocimiento sobre las consecuencias del consumo a largo plazo, y proporciona información crucial sobre los efectos crónicos derivados de niveles de ingesta alcanzables a través de una dieta habitual», han destacado los investigadores de CIC biomaGUNE y del IIS Biogipuzkoa.
Las mismas fuentes señalan que en esta investiación han observado «efectos que no se habían descrito hasta ahora, seguramente por la dificultad y la duración del estudio».
Puntos clave sobre el aspartamo:
Bajo en calorías: no aporta energía significativa debido a que se usa en cantidades muy pequeñas.
- Aprobado por organismos sanitarios: La FDA (EE UU), la EFSA (Europa) y otros reguladores lo consideran seguro para la población general, aunque existen límites de ingesta diaria recomendada.
- Personas con fenilcetonuria (PKU) deben evitarlo: La fenilalanina, uno de sus componentes, puede ser dañina para quienes tienen esta enfermedad genética.
- Debate sobre efectos a largo plazo: Algunos estudios recientes, como el del CIC biomaGUNE, sugieren que podría tener efectos negativos sobre el corazón y el cerebro, aunque la evidencia aún se sigue estudiando.