Genética para tratar de la septicemia: nueva terapia basada en el perfil inmunológico del paciente
El objetivo principal de los investigadores era proporcionar un tratamiento eficaz basado en las evidencias genéticas en lugar de los síntomas
El 40% de los fallecimientos por septicemia podrían evitarse
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Mejor que los síntomas, un equipo de investigación propone estudiar el perfil genético de los pacientes con septicemia para seleccionar los tratamientos a los que responderán. La septicemia, también conocida como sepsis, es la presencia de bacterias en la sangre, que puede empeorar rápidamente y constituye una urgencia médica seria. El tratamiento temprano incrementa sustancialmente las probabilidades de sobrevivir.
Según expertos españoles, el 40% de los fallecimientos por esta causa podrían evitarse. Se calcula que en nuestro país fallecen cada año 17.000 personas por sepsis: más que por cáncer de mama, colon o páncreas y 14 veces más que las que mueren por accidentes de tráfico.
Cuando se estudia el perfil genético de los pacientes, puede identificarse a las personas que se van a beneficiar de ciertos tratamientos, y también existe la posibilidad de desarrollar terapias dirigidas a perfiles específicos, según el equipo de expertos de la Universidad de Oxford que acaba de publicar un nuevo estudio sobre esta cuestión.
Los investigadores han utilizado análisis previos en los cuales se identificaban subgrupos de pacientes con septicemia. Su objetivo era comprender mejor por qué la respuesta a la terapia es tan diferente entre ellos y cuáles son los mecanismos inmunológicos que lo explican. Su trabajo se ha publicado en la revista científica Cell Genomics.
Aunque sus hallazgos pueden ayudar a diseñar nuevos medicamentos, pruebas de diagnóstico e incluso para organizar los ensayos clínicos del futuro sobre esta enfermedad, el objetivo principal era proporcionar un tratamiento eficaz basado en las evidencias genéticas en lugar de los síntomas. Aseguran que, «en el futuro, este tipo de medicina personalizada podría aplicarse también a infecciones menos graves».
Una muerte cada tres segundos
Se calcula que la septicemia provoca 11 millones de fallecimientos anuales en todo el mundo, lo que representa una muerte cada tres segundos.
En la septicemia hay una respuesta extrema del organismo a una infección que acaba dañando los órganos y tejidos. La respuesta inmunológica es diferente entre unos pacientes y otros. El tratamiento es diferente para cada una de esas respuestas, pero es difícil identificar qué sucede basándose únicamente en los síntomas. Como la progresión de la enfermedad es rápida, administrar la terapia adecuada a tiempo es determinante.
El equipo de investigación del Instituto Wellcome Sanger, Oxford y sus colaboradores había identificado previamente un pequeño grupo de genes cuya expresión permitía asignar a los pacientes a grupos de riesgo elevado en situaciones de septicemia y covid-19. Partiendo de aquel hallazgo, investigaron el impacto de las variantes genéticas para la respuesta a la septicemia. Con esa información se puede clasificar a los pacientes que se beneficiarían de terapias dirigidas, que actúan sobre el sistema inmunológico y su respuesta a las infecciones con mecanismos de acción diferentes.
El equipo analizó los datos disponibles en la base de datos del estudio Avances Genómicos en Sepsis (GAinS), que contiene información sobre 1.400 pacientes con septicemia causada por neumonía y peritonitis, recabados en unidades de cuidados intensivos de todo el país. En un estudio relacionado, se está desarrollando una prueba genética rápida para identificar subtipos de septicemia.
Katie Burnham, autora principal, ha declarado: «Nuestro estudio es un paso adelante para poder tratar la septicemia en función de la genética del paciente y su respuesta inmune individual, en lugar de sus síntomas, que son muy diferentes de una persona a otra».
Han identificado dos grupos de individuos, con respuestas opuestas, en función de los reguladores genéticos que se han empleado en el estudio.
Emma Davenport, del mismo equipo, ha recordado que la septicemia «es una enfermedad complicada y devastadora que afecta a millones de personas en todo el mundo cada año, comprender los procesos moleculares que tienen lugar en la enfermedad, y el papel de la genética en los mismos, puede ayudarnos a obtener respuestas a preguntas que llevamos mucho tiempo haciéndonos, mejorar los resultados de los pacientes y permitir el desarrollo de ensayos clínicos que ofrezcan nuevas terapias dirigidas tan rápido como sea posible».
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