Director médico del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas

Dr. Guerra: «La presencia de cálculos o piedras son la causa más frecuente para extirpar la vesícula»

vesícula
"No existe una recomendación 'rígida' en cuanto a la dieta después de extraer la vesícula biliar", afirma.

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La vesícula biliar es un órgano pequeño pero crucial en el sistema digestivo humano, tal y como explican en la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y su función principal es almacenar y concentrar la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. Cuando se consume una comida rica en grasas, la vesícula libera bilis en el intestino delgado para ayudar a descomponer y absorber estas grasas de manera efectiva. 

La vesícula puede verse afectada por cálculos biliares u otro tipo de afecciones más graves, como la inflamación crónica de la vesícula biliar, que a menudo conllevan que tenga que ser extirpada mediante en un procedimiento conocido como colecistectomía. Aunque su función es importante, se puede vivir sin vesícula, según FEAD.

OKSALUD entrevistó al director médico del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), doctor Gonzalo Guerra Azcona,  para conocer en profundidad las funciones de la vesícula y lo que supone vivir sin ella.

PREGUNTA.- ¿Qué función cumple la vesícula biliar en el cuerpo humano y cómo afecta su ausencia al sistema digestivo?

RESPUESTA.- La función principal de la vesícula biliar es el almacenamiento de la bilis. Nuestro hígado produce la bilis que es un producto que necesitamos para digerir los alimentos, especialmente las grasas. Yo suelo decir que es el “detergente del organismo” porque ayuda a emulsionar esas grasas y a digerirlas mejor. Esta bilis  producida por el hígado, se va a acumular en la vesícula y una parte va a salir directamente al intestino y otra se va a quedar acumulada para qué cuando tomemos una comida más rica en grasas o para que cuando necesitamos una cantidad adicional de bilis, la tengamos disponible en ese depósito o reservorio que es la vesícula.

P.-¿Cuáles son las razones más comunes por las cuales se realiza una colecistectomía, es decir, la extirpación de la vesícula biliar?

R.- Cuando la vesícula está enferma en muchas ocasiones es necesaria su extirpación quirúrgica. La causa más frecuente de esta indicación quirúrgica es, sin duda, la presencia de cálculos o piedras en la vesícula. Éstos producen síntomas claros como son dolor, cólicos biliares, pancreatitis, colecistitis o simplemente digestiones muy malas y síntomas digestivos varios que conllevan a  la extirpación de la vesícula quirúrgicamente. Normalmente este procedimiento se realiza por vía laparoscópica.

Otra indicación muy común de extirpación de la vesícula es la presencia de pólipos y cuando tienen un tamaño superior a los 8 o 9 mm también se debe extraer. Hay  situaciones menos frecuentes como puedan ser, por ejemplo, los tumores de vesícula, que obligarían a extirparla y finalmente, existen circunstancias en las que en el contexto de otras cirugías como pueda ser la resección de una parte del hígado o una cirugía de páncreas, nos vemos obligados a quitar también la vesícula durante esas intervenciones.

P.- ¿Qué cambios experimenta el cuerpo después de la extirpación de la vesícula y cómo afecta esto a la digestión de los alimentos?

R.- Básicamente, como ya he comentado antes, al ser la vesícula un reservorio de bilis, lo que va a ocurrir es que ya no vamos a disponer de esa cantidad ‘extra’ de bilis necesaria para poder digerir las comidas muy grasas como los fritos, guisos, etcétera. Nuestra bilis se va a seguir produciendo en el hígado y va a salir directamente al intestino, al duodeno, pero ya no vamos a tener ese extra adicional que teníamos, lo que va a influir en la digestión de algunas comidas. 

P.- ¿Es posible vivir una vida normal y saludable sin la vesícula biliar? ¿Existen limitaciones en cuanto a la dieta o el estilo de vida?

R.- Debido a esta influencia ‘limitada’ que tiene la vesícula, en general no es necesario llevar una dieta específica después de someterse a una colecistectomía pero sí es cierto que después de realizar comidas copiosas, con más fritos o con muchas grasas se digieran peor o sienten mal. Hoy en día no establecemos una dieta especial. Les decimos a los pacientes que vaya probando, que analicen lo que les ocurre y tengan más cuidado con las grasas pero pueden llevar una dieta igual o, incluso a veces, más amplia que antes de someterse a la operación.

P.- ¿Hay alguna relación entre la ausencia de la vesícula biliar y el desarrollo de enfermedades digestivas a largo plazo?

R.- No está claro ni demostrado que haya ninguna afección digestiva que se incremente en cuanto a su incidencia después de extirpar la vesícula biliar. Es cierto que hay una cierta alteración en la recirculación de lo que llamamos los ácidos biliares que es un contenido que está en la bilis y que pasa a circular de una manera un poquito diferente cuando no tenemos vesícula y también es cierto que hay una mayor propensión en algunos pacientes a poder tener diarreas pero no se presentan patologías como consecuencia de haber extirpado la vesícula.

P.- ¿Existen recomendaciones específicas sobre la dieta para las personas que han sido sometidas a una colecistectomía?

R.- No existe una recomendación ‘rígida’ en cuanto a la dieta después de extraer la vesícula biliar pero sí que es verdad, como he mencionado antes, que normalmente aconsejamos al paciente tener cuidado o evitar el exceso de grasa, el exceso de fritos e incluso el consumo de grasas aunque sean cardiosaludables como es el caso del aceite de oliva. La ingesta de grasas va a dar algunos problemas en la digestión cuando no se tiene la vesícula la vesícula pero quitando esta pequeña restricción, el resto de los alimentos deberían poder tomarse de manera libre y no debería existir ninguna diferencia en su digestión de antes a después de haberse extraído la vesícula. 

P.- ¿Qué consejos daría a alguien que ha vivido sin vesícula durante un tiempo prolongado para mantener una buena salud digestiva?

R.- Básicamente mi recomendación es cuidar la alimentación tal y como lo debe hacer cualquier persona incluso aunque no esté operada de la vesícula: restringir en la medida de lo posible las grasas, especialmente las grasas saturadas, las grasas animales y los fritos y consumirlos de manera muy moderada. También aconsejaría que intentaran llevar una dieta fraccionada, es decir, menos cantidad de comida y un mayor número de ingestas porque esto va hacer que el hígado y el sistema biliar se vea menos forzada a trabajar y de esta manera no necesitemos tanto esa cantidad extra de bilis que nos proporcionaba la vesícula biliar. En definitiva, recomiendo seguir una dieta mediterránea saludable como la de cualquier persona.

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