Dr. Escalada: «Los tratamientos antiobesidad deberían ser financiados por la sanidad pública»
"Debemos deshabituarnos de la presencia del sabor dulce y a aprender a consumir alimentos con menos cantidad de azúcares o edulcorantes"
"Ya se están presentando proyectos basados en IA en congresos para nuestra especialidad"
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El doctor, Javier Escalada, es director del departamento de endocrinología y nutrición Clínica Universidad de Navarra, con dedicación preferencial en el estudio diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus, obesidad, enfermedad hepática, esteatósica metabólica y osteoporosis. También es especialista en el estudio y tratamiento endocrinológico de tumores gastroenteropancreáticos. Con este reputado especialista hablaremos en OKSALUD para que nos detalle cómo son las patologías asociadas a la obesidad, sus consecuencias o los nuevos tratamientos antiobesidad.
Y es que, Escalada cree que la sociedad conoce razonablemente bien ‘por separado’ las diferentes enfermedades asociadas/causadas por la obesidad (diabetes, hipertensión, apneas del sueño, problemas articulares, cáncer, infertilidad). También que los nuevos fármacos para el tratamiento de la obesidad han supuesto un cambio de paradigma en el abordaje de esta enfermedad y que la IA ha llegado con fuerza al sector de la medicina y también a su especialidad.
Pregunta.- La obesidad es una pandemia silenciosa que causa patologías asociadas muy graves, ¿por qué cree que hay tal desconocimiento en la sociedad?
Respuesta.- En mi opinión, la sociedad conoce razonablemente bien ‘por separado’ las diferentes enfermedades asociadas/causadas por la obesidad (diabetes, hipertensión, apneas del sueño, problemas articulares, cáncer, infertilidad), pero lo que no es conocida en la enorme influencia de la obesidad sobre la aparición de las mismas y que combatiendo la obesidad muchas de ellas serían mucho menos prevalentes. Creo que puede haber diferentes motivos para ello, pero el principal es que se hacen campañas muy centradas en las citadas patologías sin insistir sobre la importancia del abordaje de la obesidad en su prevención y tratamiento.
P.- Tampoco está reconocida la obesidad como enfermedad, y las autoridades sanitarias se niegan a incluirla en el catálogo de patologías y, en consecuencia, los tratamientos no son tan adecuados como deberían…
R.- No estoy del todo de acuerdo con esta afirmación. Aunque ha costado mucho y todavía hay quien se resiste a considerar la obesidad como una enfermedad crónica, sí está reconocida como tal por muchos organismos internacionales.
Sin citar a las sociedades científicas, que tenemos muy claro ese concepto (SEEN, SEEDO, EASO, etc), a nivel internacional, varias organizaciones como la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Médica Americana (AMA), han reconocido la obesidad como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, lo que ha llevado a un mayor enfoque en la prevención y el tratamiento de esta afección. En España, si bien se disponen de planes y estrategias para combatir la obesidad, como el Plan de Prevención de la Obesidad Infantil y la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS), aún no se ha reconocido oficialmente como una enfermedad crónica.
Por otra parte, está tema de la financiación de los fármacos antiobesidad, que siempre han estado fuera del sistema de financiación, pero que espero que en un futuro no muy lejano cambie, especialmente teniendo en cuenta la evidencia científica que los nuevos medicamentos están aportando, con reducción clara y evidente no solo de peso, sino de enfermedad cardiovascular y renal e incluso de mortalidad.
P.-A pesar de ser un país dietas muy completas y sencillas como la mediterránea o atlántica, ¿por qué comemos tan mal hoy día?
R.-Hay varios factores que podrían contribuir a esta situación, como nuestro actual estilo de vida acelerado, y nuestro horario de trabajo, con comidas fuera de casa, que puede llevar a optar por alimentos rápidos y procesados en lugar de preparar comidas caseras más saludables y de llevar a elecciones alimenticias menos saludables debido a la falta de opciones nutritivas.
A ello se suma una falta de educación nutricional, que lleva a no saber qué
constituye una dieta equilibrada y saludable. Y podríamos añadir el papel de la publicidad y de marketing. La industria alimentaria invierte grandes cantidades de dinero en publicidad para productos procesados y poco saludables, lo que influye en las decisiones de compra. Por no hablar de que los alimentos ultraprocesados suelen ser más baratos que los productos frescos y de calidad.
P.- Han llegado hasta nosotros nuevos fármacos como Mounjaro de Lilly… para ayudar a bajar peso en casos de obesidad. ¿Son ciertamente la panacea como se dice?
R.- Los nuevos fármacos para el tratamiento de la obesidad han supuesto un
cambio de paradigma en el abordaje de esta enfermedad. Hasta la aparición de los agonistas del receptor de GLP1 (liraglutida y semaglutida, fundamentalmente), los fármacos que habían ido apareciendo fueron o fracasando por escaso efecto sobre el peso o desapareciendo por aparición de efectos secundarios importantes. Actualmente, contamos con moléculas realmente eficaces y seguras. En el caso de Mounjaro (tirzepatida), fármaco que supone una innovación, ya que presenta una acción dual sobre GLP-1 y GIP, ha demostrado pérdidas de peso medias de hasta el 22,5% tras 72 semanas de tratamiento, el 96% han respondido al tratamiento con este medicamento con una pérdida de peso del 5% y 4 de cada 10 pacientes han perdido más del 25% de su peso inicial, que son cifras similares a las alcanzadas tras cirugía bariátrica.
Sin embargo, no podemos olvidar que este tratamiento farmacológico debe de encuadrarse de un enfoque holístico, en el que es fundamental un adecuado abordaje dietético, un cambio en el estilo de vida con el objetivo de un estilo más activo evitando el sedentarismo y analizando qué factores pueden estar influyendo en la obesidad, como puede ser el estrés, un inadecuado descanso nocturno, etc.
Todo ello es clave para conseguir que la pérdida de peso conseguida se pueda mantener en el tiempo, a largo plazo, y que la pérdida de peso sea de calidad, con la menor pérdida posible de masa muscular.
P.-Por otra parte, hemos descubierto que el azúcar es lo peor, pero no nos damos cuenta de que los edulcorantes no son mejores. Entonces, ¿qué debemos hacer para endulzar los alimentos?
R.- En relación con el consumo de azúcar, considero que son varios los mensajes que tenemos que lanzar y los objetivos a conseguir. En primer lugar, diría que debemos evitar el consumo de azúcares añadidos en la medida de lo posible y leer las etiquetas para estar atentos a los ingredientes y la cantidad de azúcares añadidos en productos envasados. Junto con ello, deberíamos elegir alimentos integrales y promover el consumo de frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, que contienen azúcares naturales y una amplia gama de nutrientes. En cuanto a los edulcorantes, deberíamos usar los edulcorantes naturales y con moderación, como puede ser la miel, y utilizar pequeñas cantidades, ya que aunque son naturales, siguen siendo azúcares, usando para la hidratación agua, infusiones y tés sin azúcar.
Por otra parte, los edulcorantes acalóricos o bajos en calorías, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugirió ya en el año 2023 que los edulcorantes acalóricos o bajos en calorías no se utilicen como medio para controlar el peso ni para reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, catalogando esta recomendación como ‘condicional’. Este calificativo de ‘condicional’ lo aplica para evitar una reacción ‘rebote’ de volver al consumo de azúcar, y por resumir, anima a los consumidores a deshabituarse de la presencia ubicua del sabor dulce, venga de donde venga, y a aprender a consumir alimentos con menos cantidad de azúcares libres o edulcorantes. Es decir, menos ultraprocesados (una vez más).
P.- En el caso de la obesidad y patologías asociadas, ¿España cuenta con la mayoría de las novedades terapéuticas?
R.- Afortunadamente, en España contamos con la mayoría de las novedades terapéuticas. Y no digo que todas porque, en el caso de Mounjaro, no disponemos (de momento) de las dosis más altas (12,5 y 15 mg), pero sí de las dosis de 2,5-5-7,5-10 mg y del resto de moléculas actualmente aprobadas para el tratamiento de la obesidad (liraglutida y semaglutida).
El principal problema que seguimos teniendo es la falta de financiación de estos tratamientos por la Seguridad Social, de manera que son tratamientos que tienen que pagar íntegramente las personas con obesidad que consideramos adecuadas para dichos tratamientos.
P.- Por último, ¿es partidario de la inteligencia artificial para la gestión de datos y mejor seguimiento de los pacientes en el ámbito de la Endocrinología y Nutrición?
R. -Sí, la inteligencia artificial (IA) tiene un gran potencial para mejorar la gestión de datos y el seguimiento de pacientes en Endocrinología y Nutrición. Su capacidad para procesar y analizar datos a gran escala, ofrecer personalización y mejorar la eficiencia del tratamiento puede llevar a mejores resultados de salud para los pacientes. Sin embargo, su implementación debe hacerse de manera ética y con una atención cuidadosa a la privacidad y seguridad de los datos.
Como aperitivo, ya se están presentando proyectos basados en IA en congresos de nuestra especialidad, algunos de ellos con el objetivo de seleccionar aquellas personas que van a responder mejor a fármacos antiobesidad. La IA ya está aquí.
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