El día que no puedes ir al gimnasio, ¿cómo lo compensas?

El día que no puedes ir al gimnasio, ¿cómo lo compensas?
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Entre el trabajo, la familia y los compromisos sociales en ocasiones resulta complicado sacar tiempo para la práctica de una actividad deportiva. Hay mucha gente que intenta aprovechar sus minutos libres para salir a correr o hacer unos ejercicios en casa. El día que no puedes ir al gimnasio, ¿cómo lo puedes compensar? En este artículo te lo explicamos a través de sencillas claves que están al alcance de cualquiera.

Para aquellos que tengan intención de quemar grasas lo más eficaz sería subir cuestas, entre ocho y diez. Esta actividad resultará más efectiva que caminar durante una hora a ritmo moderado. Los intervalos de alta intensidad son mejores para quemar la grasa. Seguro que cerca de tu casa encuentras una cuesta. Camina por ejemplo medio minuto hacia arriba a ritmo rápido y descansa durante el descenso, repitiendo este ejercicio diez veces.

Otra opción que tenemos sobre la mesa es dar un paseo largo. Aunque no tenga la capacidad de reemplazar a la sesión cardiovascular de alta intensidad, también puede ser una buena opción para compensar el entrenamiento en el gimnasio.

Es importante adaptar las cantidades de comida a la cantidad de actividad deportiva que hacemos. En cualquier caso, la alimentación nunca conseguirá reemplazar los efectos del ejercicio. Por eso, el día que te saltes el gimnasio puedes reducir un poco tus raciones ya que no serán precisas las mismas necesidades calóricas. Si te vas a quedar en casa viendo una película en el sofá, tu cuerpo no precisará de tanta energía como si fueses a correr media hora.

Utilizar las escaleras, para subir y bajar, supone un buen ejercicio para ejercitar las piernas. De momento se desconoce el número de escalones que son precisos para empezar a notar los resultados, ya que esto variará en función del ritmo, peso y composición corporal de la persona. Lo que está claro es que cuantas más escaleras se suban, más gasto en calorías sufriremos. Además de la quema de calorías, también se tonificarán músculos como los gemelos, cuádriceps o glúteos.

El día siguiente, cuando regreses al gimnasio, tendrás que ponerte las pilas. No ocurre nada por saltarse una sesión de vez en cuando, pero en cierta manera, si tu cuerpo lo permite podrás compensar con un entrenamiento más intenso o largo. Por lo general, si tienes problemas de tiempo, puedes decantarte por aumentar la intensidad. Y es que la sesión más larga tampoco puede resultar del todo efectiva cuando no somos capaces de conservar la intensidad buscada durante más minutos.

Tan importante como entrenar es descansar correctamente. En este periodo conseguimos que el organismo asimile toda la carga de trabajo. Eso sí, el día que una persona no pueda salir a entrenar por cualquier motivo no debe obsesionarse ni crearse ansiedad.

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