Demencia digital: éstas son las consecuencias de la exposición excesiva a los dispositivos
Cuando estamos expuestos a pantallas durante más de dos o tres horas al día, los expertos han observado cambios en la estructura y el funcionamiento de ciertas partes del cerebro
¿Qué es la demencia digital? Quizás la padezcas y no lo sepas
Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
¿No eres capaz de recordar ningún número de teléfono ni cumpleaños sin recurrir al móvil? ¿Se te suele olvidar en qué estabas pensando hace pocos segundos? Son consecuencias frecuentes de nuestra dependencia de los dispositivos conectados, que puede agravarse hasta el punto de constituir lo que se denomina «demencia digital». No es una enfermedad como tal, sino un conjunto de síntomas que pueden parecerse a los que se manifiestan como signos iniciales de demencia (de ahí el nombre).
Cuando estamos expuestos a pantallas durante más de dos o tres horas al día, los expertos han observado cambios en la estructura y el funcionamiento de ciertas partes del cerebro. Algunos de los síntomas descritos son dificultad para concentrarse, alteraciones de la memoria, declive del cociente intelectual y peor regulación de las emociones.
¿Se puede prevenir o incluso corregir este tipo de problema? Según la neurocientífica Valerie Stark-McQuillan, está claro que sí. Además de reducir el tiempo que pasamos «enganchados», ella recomienda cinco estrategias para evitar el declive de las funciones cognitivas y mantener el cerebro en forma.
Las cinco claves
Haz ejercicio de forma habitual: La actividad física no es únicamente beneficiosa para los músculos, articulaciones y el corazón, también es «un poderoso instrumento» para cuidar nuestro cerebro, recuerda esta experta. Hay estudios que han mostrado cómo el ejercicio mejora la neuroplasticidad, la habilidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones entre neuronas. Además, también hay trabajos que indican que el ejercicio aeróbico puede hacer que el deterioro de las funciones cerebrales propio de la demencia y otras enfermedades se produzca de forma más lenta.
Que el sueño sea una prioridad: Mientras dormimos, nuestro cerebro tiene mucho trabajo: consolida los recuerdos, se deshace de toxinas y repara conexiones neuronales, entre otras importantísimas funciones. Se sabe hace tiempo que la falta de un sueño reparador afecta a la capacidad cognitiva y puede desembocar en alteraciones de la memoria. Procura crear un ambiente que facilite el descanso bajando la intensidad de las luces y cumpliendo un horario regular para irte a dormir. Sobre todo, los expertos recomiendan evitar las pantallas antes de dormir. Un buen objetivo es dedicar un mínimo de siete horas al sueño para ‘recargar’ el cerebro.
Realiza actividades que estimulen tu cerebro: Pon tu cerebro a prueba con tareas que vayan más allá de lo cotidiano. Leer y escuchar música son dos buenos ejemplos, pero la experta recomienda dar un paso más estimulando diferentes funciones para que el cerebro siga aprendiendo cosas nuevas. Aprender un idioma, tocar un instrumento o pintar están entre las actividades de este tipo, igual que hacer puzles. Otros rompecabezas también han mostrado tener efectos beneficiosos, pero es mejor usar versiones reales que digitales.
Alimenta el cerebro: La nutrición desempeña un papel crucial en la salud cerebral. Nutrientes como las vitaminas, los polifenoles y los ácidos grasos como los omega 3 son clave para el crecimiento de nuevas neuronas. Incluye fruta, verdura y pescado en tus comidas. La variedad de los alimentos también es importante para la formación de neuronas.
Practica la meditación o el «mindfulness»: En un mundo de distracciones constante, la meditación o la técnica conocida como «mindfulness» sirven para darle una pausa a nuestros hiperestimulados cerebros. Diversos estudios han mostrado que la meditación apoyada en esta técnica puede mejorar la memoria, la concentración y el modo en el cual procesamos las emociones.