Consejos para viajar y evitar la ‘trombosis del viajero’ en trayectos de más de 4 horas

La trombosis puede manifestarse días e incluso semanas después del viaje

trombosis del viajero
Un viajero simula la espera de un avión.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Cuando viajamos y hacemos trayectos largos, ya sea en tren, coche, bus o avión, pasamos muchas horas sentados hasta llegar a nuestro destino. Durante el trayecto, algunas partes de nuestro cuerpo, como las piernas y/o pies, pueden sufrir ciertas consecuencias negativas. Una de las patologías más frecuentes y conocidas es el denominado síndrome de la clase turista o trombosis venosa. Se trata de la trombosis del viajero, como señala el doctor Luis González de Quirón que consiste en la formación de trombos en las venas profundas de las piernas.

Pero también la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) ha alertado este miércoles sobre el riesgo de sufrir la trombosis del viajero en trayectos de más de cuatro horas debido a la falta de movimiento durante el viaje que puede ralentizar el flujo sanguíneo y aumentar la formación de coágulos en las venas de las piernas.

Según los expertos, el riesgo de trombosis venosa profunda aumenta notablemente en viajes de más de cuatro horas, y especialmente en aquellos que superan las ocho.

La trombosis puede manifestarse días e incluso semanas después del viaje, aunque también hay casos en los que aparece inmediatamente.

La tromboembolia venosa afecta a una de cada mil personas al año, pero esta cifra es más alta entre quienes regularmente realizan viajes largos, especialmente si tienen factores de riesgo como edad avanzada, antecedentes de trombosis, cirugías recientes, embarazo, uso de anticonceptivos orales, obesidad, cáncer o predisposición genética.

Desde esta sociedad se recomienda a los viajeros evitar la ropa ajustada, mantenerse hidratados, realizar ejercicios regulares y contraer y extender las piernas, girar los tobillos y levantar las rodillas durante el trayecto.

También proponen consultar a un médico sobre la posibilidad de tomar medicamentos anticoagulantes si se tiene riesgo de trombosis y evitar el consumo de alcohol y cafeína, ya que contribuyen a la deshidratación.

Síntomas del síndrome del viajero

En los viajes, los síntomas que se pueden dar al permanecer durante mucho tiempo sin movernos son:

  • Dolor en la pantorrilla o el muslo.
  • Coloración azulada.
  • Hinchazón o aumento de la temperatura de la piel.
  • Hormigueo o adormecimiento de los pies y del tronco inferior.
  • Hinchazón de pies y piernas.
  • Dolor y pesadez en pies y piernas.

Pueden darse, en casos más extremos, la generación de un coágulo debido a la acumulación de sangre en las venas. Una vez formado el coágulo, este puede liberarse a la circulación y provocar una embolia de pulmón, que provocará dificultad respiratoria, taquicardia, dolores de pecho y, en algunos casos, pérdida del conocimiento.

Por lo general, los síntomas aparecen durante el vuelo o inmediatamente después, aunque en algunos casos sucede pasadas unas semanas.

Cómo evitar el síndrome de clase turista

Para prevenir la aparición de estos trombos hay una serie de medidas que los médicos de Quirónsalud aconsejan a los pacientes:

  • Elegir asientos próximos al pasillo para moverse sin dificultad.
  • Si la situación lo permite, realizar paseos por los pasillos.
  • Cuando se esté sentado, evitar doblar demasiado las piernas, que se queden colgadas o cruzadas. Se pueden hacer pequeños ejercicios como controlar los músculos de las piernas para relajarlos.
  • La hidratación es algo muy importante para evitar la deshidratación.
  • Viaja con ropa cómoda y flexible para no dificultar la circulación.

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