Cistitis intersticial o síndrome de la vejiga dolorosa: ¿en qué consiste?
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Las mujeres tienen entre dos y tres veces más probabilidades de padecer esta enfermedad crónica. Hablamos de la cistitis intersticial o síndrome de la vejiga dolorosa, que tiene como síntomas el dolor en la zona de la vejiga y la presencia de sangre en la orina, entre otros.
Esta enfermedad provoca dolor, presión y molestias en la vejiga y la pelvis, y a veces se denomina síndrome de vejiga dolorosa (SVD).
¿En qué consiste la cistitis intersticial?
Se presenta de forma muy similar a las infecciones del tracto urinario (ITU), siendo algunos de los síntomas, el dolor en la parte baja del vientre: es el síntoma más frecuente y tiende a empeorar a medida que se llena la vejiga. Ganas más frecuentes de orinar, sensación de urgencia incluso después de orinar, sangre en la orina, etc.
Se calcula que las mujeres tienen entre dos y tres veces más probabilidades de padecer CI, según relatan en Intimina.
Otros síntomas son, según Mayo Clinic:
- Dolor en la pelvis o entre la vagina y el ano en las mujeres
- Dolor entre el escroto y el ano en los hombres (perineo)
- Dolor pélvico crónico.
- Necesidad urgente y persistente de orinar
- Micción frecuente, a menudo en cantidades pequeñas, durante el día y la noche (hasta 60 veces al día)
- Dolor o malestar mientras se llena la vejiga y alivio después de orinar
- Dolor durante las relaciones sexuales
¿Cuáles son sus causas?
Existen varias teorías sobre las causas de la CI, pero se desconoce la causa exacta. Aunque algunas conclusiones se dirigen a alguna lesión o inflamación en la vejiga.
- Lesión de la vejiga, que permite que la orina (y las moléculas nocivas) la irriten.
- Acumulación de células inflamatorias en las paredes de la vejiga. Estas células liberan histamina y otros agentes proinflamatorios.
- Lesiones nerviosas.
- Respuesta autoinmune: el cuerpo ataca a la vejiga.
Si experimentas síntomas de CI que afectan a tu vida cotidiana, visita a tu médico de cabecera. Lo primero que hay que descartar es una infección urinaria, normalmente mediante análisis de orina.
Luego, si se descarta, es posible que tengas que llevar un diario, en el que describas la frecuencia y el volumen de tu orina y lo que bebes o comes. A veces, el médico de cabecera te derivará a un ginecólogo o urólogo.
Factores de riesgo
Mayo Clinic desglosa que los siguientes factores están relacionados con un riesgo más alto de cistitis intersticial:
- Sexo. Se les diagnostica cistitis intersticial con mayor frecuencia a las mujeres que a los hombres.
- La edad. La mayoría de las personas reciben el diagnóstico de cistitis intersticial pasados los 30 años.
- Padecer un trastorno del dolor crónico. La cistitis intersticial se puede relacionar con otro trastorno del dolor crónico, como el síndrome de colon irritable o la fibromialgia.
Tratamientos de la cistitis intersticial
Hay varios métodos para tratar la cistitis, pero en la mayoría de los casos, pasan meses antes de que los síntomas mejoren, y es esencial no perder la esperanza y ser perseverante.
Cambios en el estilo de vida
Es importante reducir el estrés o aprender a afrontarlo de forma más eficaz. Mantén una dieta sana y evita los alimentos desencadenantes.
También puedes probar una dieta restrictiva durante una o dos semanas para ver si mejoran los síntomas.
Medicación
Varios grupos de fármacos podrían aliviar los síntomas de la CI, como los antidepresivos, los antihistamínicos y los inmunomoduladores, que reducen la respuesta autoinmunitaria y la inflamación.
- Terapia de neuromodulación: ejercita los nervios para cambiar su funcionamiento.
- Botox: paraliza los músculos, lo que puede aliviar los síntomas.
- Cirugía: es una opción cuando la capacidad de la vejiga está muy reducida.
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