Director de Investigación Clínica de la Fundación MD Anderson Cancer Center Madrid

Dr. Enrique Grande: «El tabaco es el primer factor de riesgo en cáncer de vejiga»

cáncer de vejiga
"En España se estima que se diagnostican un 23.000 caso al año", afirma.

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El cáncer de vejiga es una enfermedad que ha estado en constante aumento en todo el mundo, representando un desafío significativo en la salud urológica. Es un tumor mucho más frecuente de lo que a veces nos transmiten las estadísticas, tal y como explican en la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y ocupa el noveno lugar en cuanto al número de diagnósticos de cáncer a nivel mundial y el quinto en España.

La concienciación sobre los factores de riesgo y la importancia de revisiones médicas regulares son cruciales en la lucha contra el cáncer de vejiga. La investigación continúa en busca de nuevas terapias y enfoques de tratamiento para abordar este desafiante problema de salud urológica. En última instancia, la educación y la detección temprana son nuestras mejores armas en la lucha contra el cáncer de vejiga. Entrevistamos al jefe del Servicio de Oncología Médica y director de Investigación Clínica de la Fundación MD Anderson Cancer Center Madrid, el Dr. Enrique Grande, que nos desvela cuáles son las pruebas más efectivas para detectarlo y los últimos avances.

PREGUNTA.- ¿Cuáles son los síntomas iniciales que podrían indicar la presencia del cáncer de vejiga?

RESPUESTA.- El síntoma más frecuente es la hematuria, es decir, la presencia de sangre en la orina. Cuando el paciente ve la orina, se alerta y, normalmente, consulta con un profesional médico para hacer un diagnóstico. En este sentido, el color de la orina puede orientarnos para saber la localización del tumor; así, si la hematuria es roja, indica que se encuentra en la vejiga, mientras que, si tiene un color más oscuro indica que se encuentra en la zona del riñón o del uréter.

Otro síntoma es la frecuencia con la que orina el paciente, estando esto relacionado directamente con el tamaño que pueda tener el tumor en la vejiga. Cuando tenemos orina en el interior de la vejiga, esta se hincha como un globo, de forma que cuando queremos expulsar la orina, tiene que comprimirse. Si tenemos un tumor y existe una parte dura que está ocupando espacio, vamos a tener menos capacidad en la vejiga para almacenar la orina y, por tanto, vamos al baño con más frecuencia. Esta situación se puede asociar con cierta molestia e incluso puede haber mayor número de infecciones urinarias porque no llegamos a vaciar la vejiga del todo quedando una parte de orina remanente. Esto es el caldo de cultivo perfecto para las bacterias. 

En fases más avanzadas, cuando el tumor crece un poco más empieza el dolor, también pueden aparecer ciertos bultos en las ingles asociados a la inflamación de los ganglios, además de cansancio a nivel general.

P.- ¿Cómo se diagnostica el cáncer de vejiga y cuáles son las pruebas más efectivas para detectarlo a tiempo?

R.- Cuando el paciente acude porque presenta sangre en la orina o tiene dolores, se hace una cistoscopia, que consiste en introducir una pequeña cámara por la uretra para ver y analizar el interior de la vejiga. 

Si se confirma que hay un tumor en la vejiga, hay que hacer una biopsia que se denomina RTU, resección trans-uretral, un tipo de cistoscopia más compleja. 

Además, tenemos que hacer el estudio de extensión, que significa que tenemos que ver si hay metástasis en otras localizaciones o en localizaciones más frecuentes, como son los ganglios linfáticos a la altura de la zona pélvica o en el pulmón. Estos son los dos sitios donde este tumor tiene más tendencia a expandirse. 

P.- ¿Cuáles son los factores de riesgo más comunes asociados con el cáncer de vejiga? ¿Existe una relación entre el tabaquismo y el cáncer de vejiga? 

R.- El factor de riesgo número uno es el tabaco. De hecho, se estima que la mitad de los diagnósticos de vejiga se podrían evitar si el paciente nunca hubiera fumado. Es un riesgo enorme y fácilmente evitable, porque al inhalar los carcinógenos del tabaco, estos pasan a la sangre a través de los alveolos pulmonares y, finalmente, se depositan en la vejiga. 

También este tumor era comúnmente conocido hace años como el tumor de las peluqueras, todo ello porque determinados productos que se utilizaban anteriormente en las peluquerías producían carcinógenos. De tal manera que la clienta no tenía problemas porque la exposición era corta, pero sí sus trabajadoras porque la exposición era más alta. 

Por otro lado, un porcentaje de un 10%, o incluso menos, tienen asociado un factor genético. Existen familias que tienen asociada una serie de mutaciones que originan algunos tumores, entre ellos el cáncer de vejiga. 

P.- ¿Cuáles son las opciones de tratamiento más comunes para el cáncer de vejiga? ¿Qué suponen los avances en los tratamientos como avelumab?

R.- La mayoría de los tumores, aproximadamente el 70%, se diagnostican cuando el tumor todavía no ha infiltrado la capa muscular de la vejiga, estos son denominados tumores superficiales, que no invaden el músculo de la vejiga. La mayoría de estos tumores se curan con las resección trans-uretral. Además, en los casos de alto riesgo se puede acompañar esa técnica de la instigación intravesical dentro de la vejiga con la inmunoterapia tradicional BCG. 

Con esto curamos aproximadamente al 80% de los pacientes, pero hay un 20% que no curamos. Este porcentaje depende de diferentes factores y, uno de ellos, es el momento en el que llega el diagnóstico, si ya el tumor ha infiltrado al músculo de la vejiga, esto lo hace más agresivo. En estos casos, las opciones terapéuticas pasan por cirugía, radioterapia quimioterapia e inmunoterapia, siendo esta última una forma que tenemos de aumentar la actividad del sistema inmune del paciente, haciendo que su organismo aprenda a reconocer las células tumorales para atacarlas. 

En este sentido, en los últimos años hemos comprobado que la inmunoterapia aumenta la supervivencia global de estos pacientes que presentan un tumor avanzado o con metástasis. Concretamente, en el caso de avelumab, esta supervivencia se ve prolongada en aquellos pacientes que ya han recibido quimioterapia con platino, y consolidamos la respuesta mediante la administración de avelumab para intentar prolongar al máximo el beneficio clínico inducido por la quimioterapia. 

P.- ¿Cuál es el porcentaje de recuperación en los cánceres de vejiga?

R.- Cuando damos quimioterapia de inducción, antes de dar avelumab, vemos que la quimioterapia de inducción beneficia aproximadamente al 70-80%, los que serían los candidatos potenciales para recibir avelumab. Y con avelumab reducimos un 30% el porcentaje del riesgo de muerte. 

P.- ¿Cómo afecta a la calidad de vida de los pacientes y de sus familias?

R.- El cáncer urotelial es una enfermedad oncológica devastadora por lo agresivo que es el crecimiento del tumor, lo que no solo contribuye a una pobre supervivencia, sino que también condiciona a una calidad de vida pésima por el crecimiento de las lesiones derivadas de la enfermedad. Es un hecho que necesita de nuevos fármacos, nuevas alternativas de tratamiento, dando paso a una mejor calidad de vida. Cuando estos tumores crecen, suelen crecer tanto a nivel de la pelvis, ganglios linfáticos, hígado y pulmones. Todo esto genera molestias, dolor e insuficiencia en la función del hígado y los pulmones, lo que provoca que la calidad de vida de estos pacientes se deteriore de una forma muy rápida.

P.- ¿Cuál es la prevalencia en España y cuáles son las tasas de supervivencia a largo plazo para los pacientes con cáncer de vejiga?

R.- En España se estima que se diagnostican un 23.000 caso al año. Es el quinto tumor más prevalente en nuestro país y el cuarto más diagnosticado en hombres. Lo que hace que sea una de las principales preocupaciones dentro del ámbito de la oncología.

P.- ¿Cuáles son las medidas de concienciación y prevención que se están llevando a cabo para abordar el cáncer de vejiga a nivel mundial?

R.- En nuestro país tenemos una de las mayores tasas de incidencia de este tipo de cáncer en comparación con el resto de los países. Debemos ser más sensibles y tener mayor conciencia del tipo de tumor que es. Si no lo controlamos cuando el dolor está localizado en la vejiga va a ser incurable y va a producir una afectación grave en la calidad de vida. Tenemos que hacer concienciación acerca de esta patología porque es un tumor que, en la mitad de los casos, lo podemos evitar y que cada vez tenemos más y mejores fármacos que podemos utilizar para evitar las recaídas, para conseguir una mejor supervivencia y calidad de vida.

Por eso, campañas como ‘Pongamos el cáncer de vejiga en el mapa’, impulsada por Merck, son importantes para que la sociedad conozca esos factores de riesgo asociados a la patología, como es el tabaco, y la sintomatología que puede presentar. En el marco de esta campaña, se impulsó la encuesta ‘El cáncer de vejiga en España: conocimiento y percepción de la enfermedad’ dirigida a público general que mostraba que casi la mitad de los españoles (46%) nunca había oído hablar del cáncer de vejiga y un 90% admitía no disponer de suficiente información sobre él. Por tanto, la información es vital para prevenir y para recurrir a los profesionales médicos en los casos que sean necesarios. 

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