Cinco consejos para una vuelta al cole saludable

La vuelta al cole es un momento emocionante para los niños y sus padres, pero también puede ser un período de riesgo para la salud, especialmente en lo que respecta a los resfriados y enfermedades contagiosas. Con la preocupación constante por la prevención de esencial seguir las pautas de los expertos para mantener a los pequeños protegidos. Aquí presentamos seis recomendaciones para asegurar un regreso a clase exitoso desde el punto de vista de la salud:

1. Actualizar las vacunas y exámenes médicos

Antes del regreso a clases, los expertos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) asegúrese de que sus hijos estén al día con sus vacunas y exámenes médicos, sobre todo si padecen alguna enfermedad crónica. Desde esta asociación ponen el foco en que el pediatra es el profesional de la salud de referencia para la mayoría de las familias y, por tanto, debe ser el nexo con los docentes y padres para favorecer el correcto desarrollo de los alumnos con alguna patología. Para ayudar a la comunidad docente, cuentan con la  Guía de Ayuda para Centros Docentes, para ayudar con el manejo práctico de los problemas de salud pediátricos más frecuentes. 

Conviene consultar con el pediatra antes de iniciar el curso para confirmar que están correctamente protegidos contra enfermedades comunes y mantener la inmunización al día como forma de prevenir futuras enfermedades.

2. Fomentar una Dieta Equilibrada

Una dieta equilibrada es esencial para mantener a los niños saludables y es vital para reforzar el sistema inmune de pequeños y adolescentes. Desde la Academia Española de Nutrición y Dietética, explican que hay que asegurarse de que los niños consuman una variedad de alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros. También hay que evitar los alimentos procesados y azucarados en la medida de lo posible. 

De acuerdo con su edad y proceso de crecimiento, hay que darles todos los nutrientes necesarios que garanticen su equilibrio interno; por ejemplo, alimentos con Vitamina A, que reduce el impacto de infecciones; Vitamina C, que regula la respuesta inmunitaria o Vitamina D, el cual favorece la salud de los huesos.

3. Mantener una buena higiene corporal

El lavado de manos es una de las mejores formas de prevenir la propagación de gérmenes, tal y como explican en la Asociación Española de Pediatría (AEP).  Hay que enseñar a los niños a lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente antes de comer, después de usar el baño y al llegar a casa desde la escuela. Si las autoridades sanitarias locales requieren el uso de mascarillas en la escuela, hay que asegurarse de que las utilicen correctamente. 

También es importante evitar cambios bruscos de temperatura y procurar que los niños vayan vestidos con prendas delgadas de algodón y abrigarlos de forma gradual, conforme cambie el clima y que puedan ponerse o quitarse las prendas con facilidad. Además, en casa hay que mantener en las aulas y en casa una adecuada ventilación, ya que el aire renovado evita la concentración de virus en el ambiente.

4. Garantizar un Buen Descanso

El sueño es crucial para la salud y la energía de los niños. Desde la Clínica Universitaria (CUN) de Navarra, explican que los niños necesitan entre 10 a 12 horas de sueño diario ininterrumpido. Además, conviene despertarles con tiempo suficiente para evitar las prisas y el estrés por llegar a tiempo al colegio. Recomiendan que se dediquen algunos minutos para realizar alguna pequeña actividad divertida antes de empezar el día.  

Es conveniente establecer una rutina de sueño regular y asegurarse de que los niños duerman lo suficiente para su edad. Un buen descanso fortalece el sistema inmunológico y mejora el rendimiento académico porque dormir lo suficiente es esencial para mantener una buena salud física y mental, especialmente para los más pequeños, ya que la falta de este puede provocar irritabilidad, debilidad o dificultad para concentrarse. 

Desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) explican que tener un orden y unas rutinas con los menores es fundamental. Hay que crear hábitos con un orden, que con el tiempo serán las bases de valores como la disciplina y la responsabilidad.

5. Reforzar el sistema inmunitario. La prevención de resfriados y otras enfermedades comunes es una responsabilidad compartida que requiere esfuerzo y cuidado constante. Los expertos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se estima, como promedio, que un niño padece entre 5 y 6 al año, aunque dependerá mucho del momento de la infancia en que se encuentre. Este número aumenta los primeros años de escolarización o de asistencia a la guardería. Esta situación de susceptibilidad aumentada es transitoria, y al cabo de un par de malos años, el número de episodios anuales de catarro disminuye claramente. 

No hay manera de evitar los contagios de los resfriados más allá de lavarse las manos y evitar a las personas enfermas, tal y como explican en AEP.  Los expertos de esta asociación recomiendan la vacunación contra la gripe como «solución parcial».

También se pueden reforzar las defensas de los niños y niñas con una buena alimentación, desde la Academia Española de Nutrición y Dietética explican que para asegurar la salud inmunitaria de los menores recomiendan que no falten sustancias como la fibra; minerales como el hierro, selenio, zinc y cobre; vitaminas como la B12, B9, B6, D y C; y grasas como los omega 3.