El césped artificial a debate

Adiós a los campos de fútbol que conocíamos hasta ahora: ¿causan peligro para la salud?

Los resultados muestran cantidades importantes de plástico con origen en el césped artificial: llegan a suponer el 15% de los plásticos de más de cinco milímetros de longitud que flotan en el medio acuático

La Comsión Europea ha publicado un reglamento para reducir la contaminación por micropláticos en un 30% antes de 2030

Campos de fútbol
Campos de fútbol con césped artificial
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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En los últimos años, la proliferación de los campos de fútbol de césped artificial han crecido de tal manera que se calcula que hay más 10.000 en nuestro país, además de otros de dimensiones más pequeñas, sin cuantificar o, las múltiples zonas de ocio en parques y jardines que utilizan estos materiales para juegos y deportes. Así, el debate que se ha establecido ahora en la sociedad en sí puede ser potencialmente cancerígenas estas zonas de ocio por la composición de sus materiales.

Hechos de fibras sintéticas que imitan la hierba, en muchos casos utilizan pedazos de neumáticos para imitar el suelo y son empleados para la práctica deportiva al aire libre debido a su resistencia a la intemperie, menores costes, y no necesitar ningún tipo de mantenimiento, implicando a su vez menores puestos de trabajo.

La misma Unión Europea ha planteado este debate en materiales plásticos y otros productos recientes como la purpurina y que ha aumentado lo llamativo de sus recientes prohibiciones. Y es que, se calcula que cada año, además del riesgo para la salud de las personas, llegan a nuestros océanos más de 8 millones de estos residuos plásticos, algo realmente inasumible por la potencial destrucción paulatina del medio ambiente.

En este sentido, la Comsión Europea ha publicado un reglamento para reducir la contaminación por micropláticos en un 30% antes de 2030. En este documento de la UE, se añade también los rellenos artificiales en las superficies de las pistas deportivas, aunque se precisa que se otorgará una moratoria de 8 años.

Pero volviendo al material artificial que se utiliza en los campos de fútbol y similares, hay que recordar que el caucho con el que se rellena, se obtiene principalmente de neumáticos y que éstos tienen diferentes tipos de contaminantes como hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP).

Uno de los últimos estudios sobre esta materia, fue publicado por la revista Environment Science & Techonology, en él se habla de que no hay indicios de que sean tan contaminantes. «Un número limitado de estudios ha demostrado que las concentraciones de compuestos orgánicos volátiles y semivolátiles en el aire sobre los campos de césped artificial generalmente no eran superiores a las del fondo local, mientras que las concentraciones de metales pesados ​​y contaminantes orgánicos en los drenajes de los campos estaban generalmente por debajo de los niveles respectivos».

Solicitan una investigación

Por su parte, en los Países Bajos se ha solicitado una investigación sobre los posibles efectos cancerígenos motivado por las sustancias presentes en el césped artificial como en los campos de fútbol. Explican que estos materiales son granulados de caucho SBR, obtenido de neumáticos reciclados, y que estos materiales pueden estar favoreciendo la aparición de casos de leucemia y linfoma no-Hodgkin, entre otros problemas para la salud de las personas.

La investigadora y profesora titular del departamento de Química Analítica Nutrición y Bromatología en la Universidad de Santiago de Compostela, María Llompart, ha señalado por su parte que «tras realizar un estudio sobre la composición y las emisiones del SBR concluye que su uso en superficies de juego infantil debiera estar legalmente prohibido o regulado por sus posibles riesgos, dada la alta concentración de algunos compuestos tóxicos».

Fuente de contaminación marina

Un estudio en el que participa la Universidad de Cádiz (UCA) identifica los restos de césped artificial como fuente importante de contaminación del medio acuático. Los investigadores Andrés Cózar y Rocío Quintana forman parte del equipo que ha analizado las muestras recogidas en la superficie del río Guadalquivir y del mar de la costa catalana.

En una nota, la UCA ha recordado que en la Unión Europea se instalan cada año entre 1.200 y 1.400 campos deportivos de césped artificial, material que simula el césped natural mediante el uso de fibras sintéticas, principalmente de plástico.

Ahora, un estudio, en el que han participado el catedrático Andrés Cózar y la investigadora Rocío Quintana, del departamento de Biología de la Universidad de Cádiz, y que ha sido coordinado por el grupo de investigación Consolidado en Geociencias Marinas de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, ha caracterizado y cuantificado, por primera vez, la presencia de restos de césped artificial en muestras recogidas en aguas superficiales de la desembocadura del río Guadalquivir y la costa catalana.

Los resultados muestran cantidades importantes de plástico con origen en el césped artificial: llegan a suponer el 15% de los plásticos de más de cinco milímetros de longitud que flotan en el medio acuático, según ha explicado.

«Las fibras de plástico que hemos encontrado son principalmente de polietileno y polipropileno que coinciden con las tendencias actuales de producción mundial de césped artificial y que normalmente se encuentran flotando en el medio acuático», ha explicado William P. de Haan, primer autor del artículo.

Según los investigadores, este trabajo resalta que «las fibras de césped artificial son una fuente importante de plásticos en el medio acuático y proporciona una guía detallada para poder identificarlos en futuros estudios, con el objetivo de conocer mejor su distribución y los impactos específicos que puedan tener sobre el medio ambiente».

Los investigadores analizaron 200 muestras de agua recogidas del río Guadalquivir y 217 en la costa de Barcelona, y encontraron fibras de césped artificial en la mayor parte de las muestras procedentes del mar (67%) y en una proporción importante de las obtenidas en el río (37%). Las concentraciones encontradas son, de media, 50 veces más altas en la superficie del mar que en las aguas fluviales.

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