Así influye lo que eliges para comer en la salud del cerebro
Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
El gusto por la comida es un rasgo complejo que refleja la respuesta hedónica a la misma de los individuos y se considera el factor más influyente que impulsa a la elección y a la ingesta de alimentos, como documenta un trabajo recogido en ‘Current Opinion in Pharmacology’.
Con una gran cantidad de opciones de alimentos disponibles en todo el mundo, las personas desarrollan naturalmente diversos patrones dietéticos. Recientemente, una creciente evidencia científica ha puesto de relieve el profundo impacto de los patrones dietéticos en la salud, incluidas las enfermedades médicas crónicas, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico y el cáncer, así como la salud mental y/o los deterioros cognitivos, como demuestra un estudio de ‘Healthcare’.
Comprender cómo las preferencias dietéticas afectan la salud, especialmente la salud del cerebro, es fundamental para desarrollar intervenciones dietéticas específicas para promover el consumo de alimentos nutritivos y mejorar el panorama de la salud del cerebro.
Nuevos hallazgos
Ahora llega una nueva investigación en la que se constata que una dieta sana y equilibrada estaba relacionada con una salud cerebral, una función cognitiva y un bienestar mental superiores. Tras el estudio, en el que participan investigadores de la Universidad de Warwick (Reino Unido), se arroja luz sobre cómo nuestras preferencias alimentarias no sólo influyen en la salud física sino que también impactan significativamente en la salud cerebral.
Publicado en ‘Nature’, en él se analizaron las elecciones dietéticas de una gran muestra: 181.990 participantes del Biobanco del Reino Unido y una variedad de evaluaciones físicas, incluida la función cognitiva, biomarcadores metabólicos sanguíneos, imágenes cerebrales y genética, revelando nuevos conocimientos sobre la relación entre la nutrición y el bienestar general.
Las preferencias alimentarias de cada participante se recopilaron mediante un cuestionario ‘on-line’ que el equipo clasificó en 10 grupos (como alcohol, frutas y carnes). Un tipo de IA llamado aprendizaje automático ayudó a los investigadores a analizar el gran conjunto de datos.
Una dieta equilibrada se asoció con una mejor salud mental, funciones cognitivas superiores e incluso mayores cantidades de materia gris en el cerebro (relacionada con la inteligencia) en comparación con aquellos con una dieta menos variada.
En el trabajo también se destacó la necesidad de modificaciones dietéticas graduales, particularmente para personas acostumbradas a alimentos muy sabrosos pero nutricionalmente deficientes. Al reducir lentamente la ingesta de azúcar y grasas con el tiempo, las personas pueden encontrarse naturalmente gravitando hacia opciones de alimentos más saludables.
Los científicos creen que los factores genéticos también pueden contribuir a la asociación entre la dieta y la salud del cerebro, lo que demuestra cómo una combinación de predisposiciones genéticas y elecciones de estilo de vida dan forma al bienestar.
Uno de los autores principales, el profesor Jianfeng Feng, ha enfatizado en un comunicado la importancia de establecer preferencias alimentarias saludables en una etapa temprana de la vida. «Desarrollar una dieta sana y equilibrada desde una edad temprana es crucial para un crecimiento saludable. Para fomentar el desarrollo de una dieta sana y equilibrada, tanto las familias como las escuelas deben ofrecer una amplia gama de comidas nutritivas y cultivar un entorno que apoye su desarrollo físico y salud mental», ha aseverado.
Al abordar las implicaciones más amplias de la investigación, el profesor Feng ha enfatizado el papel de las políticas públicas en la promoción de opciones de alimentación saludables accesibles y asequibles. «Dado que las elecciones dietéticas pueden verse influenciadas por el nivel socioeconómico, es crucial garantizar que esto no impida que las personas adopten un perfil dietético saludable y equilibrado», ha afirmado. «La implementación de políticas alimentarias nutritivas y asequibles es esencial para que los gobiernos capaciten al público en general para que pueda tomar decisiones dietéticas informadas y más saludables, promoviendo así la salud pública en general», ha insistido.
Otro coautor del trabajo, el Dr. Wei Cheng, de la Universidad de Fudan (China), ha añadido: «Nuestros hallazgos subrayan las asociaciones entre los patrones dietéticos y la salud del cerebro, instando a realizar esfuerzos concertados para promover la conciencia nutricional y fomentar hábitos alimentarios más saludables en poblaciones diversas».
El Dr. Richard Pemberton, médico certificado en estilo de vida y médico de cabecera de Hexagon Health, que no participó en el estudio, ha comentado en el mismo comunicado: «Esta interesante investigación demuestra que una mala alimentación afecta negativamente no solo a nuestra salud física sino también a nuestra salud mental y cerebral. Este estudio apoya la necesidad de una acción gubernamental urgente para optimizar la salud de nuestros niños, protegiendo a las generaciones futuras. También esperamos que esto proporcione más evidencia para motivarnos a todos a tomar mejores decisiones en nuestro estilo de vida, mejorar nuestra salud y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas».