Andrea Sorinas: «Se puede comer sano con productos de abrir y listo»
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La industria alimentaria es la principal actividad de la industria manufacturera europea con un valor superior a los 1.093.000 millones de euros de cifra de negocios en 2023 y cuenta con 289.000 empresas según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Dentro de este mercado, España ocupa el cuarto puesto en valor de cifra de negocios (10,9%), por detrás de Francia (19,5%), Alemania (16,9%) e Italia (13,3%) y operan 30.260 empresas.
En una industria tan grande y con tantos intereses creados, saber comprar y comer es una preocupación cada vez en mayor entre la población. Andrea Sorinas, autora de ‘El libro que la industria alimentaria no quiere que leas’ (Libros Cúpula) en entrevista a OKSALUD declara: «Entre el bombardeo de información que cada día vemos en redes, la industria alimentaria engatusándonos con etiquetas ambiguas y eufemismos, y nuestra falta de motivación, pues apaga y vámonos».
Andrea Sorinas es diplomada en Nutrición Humana y Dietética, especializada en obesidad, nutrición clínica y patologías digestivas. Con su proyecto ‘Con Coco Nut’, basado en la educación nutricional, acompaña a pacientes a transformar su relación con la comida. Con este libro, la experta en Nutrición y Dietética, Andrea Sorinas quiere ofrecer soluciones sencillas, prácticas, y muy fáciles de entender, porque hay que «comprar bien para comer bien». OKSALUD la entrevistó para saber qué le llevó a escribir este libro y que hay detrás de todo el marketing alimenticio.
PREGUNTA.- ¿Cuál fue la inspiración para escribir este libro sobre alimentación saludable?
RESPUESTA.- Quería demostrar que se puede comer sano, rápido y fácil. Sin líos. Sin invertir mucho tiempo ni dinero. Nos han hecho creer que comer sano es algo complicado, aburrido, caro y que requiere pasar muchas horas en la cocina, pero no es así en absoluto. Se puede disfrutar de comer sano sin invertir mucho tiempo y manteniendo la motivación, tan solo hay que aprender cómo hacerlo.
P.- ¿Cómo define «comprar bien» en el contexto de una alimentación saludable?
R.- Comprar preferentemente materia fresca sin procesar o alimentos poco procesados, con ingredientes saludables (botes de legumbres, conservas de verduras, vasitos de quinoa o de arroz integral o conservas de pescado al natural o en aceite de oliva…). Y destinar los ultraprocesados (galletas, yogures de sabores, fiambres, salchichas…) a consumo ocasional.
P.- ¿Qué estrategias prácticas propone para evitar caer en las trampas de la industria alimentaria?
R.- Debemos fomentar una mayor conciencia sobre la calidad de los ingredientes. Que los consumidores sepan identificar qué ingredientes deben evitar en una etiqueta, para reducir la ingesta de sustancias perjudiciales y mejorar su bienestar general.
Esto no significa que tengamos que comprar solamente materia prima y pasar muchas horas en la cocina. Se puede comer sano con productos de «abrir y listo». Tan sólo tenemos que aprender a identificar ese fast food saludable que nos hará la vida más fácil.
P.- ¿Podría compartir algunos consejos específicos para identificar alimentos saludables al comprar en el supermercado?
R.- Comprar materia prima sin procesar o alimentos poco procesados. En las etiquetas, debemos evitar ingredientes como: azúcar, harinas refinadas, aceites de mala calidad y sal. Los alimentos ultraprocesados también se caracterizan por contener aditivos como potenciadores del sabor, edulcorantes o colorantes. Además, etiquetas largas nos dan a entender que el producto ha sufrido mucha modificación.
Por ello, uno de los trucos fáciles que menciono en el libro es: «Si tiene una etiqueta muy larga, con palabras que no entiendes, probablemente sea un ultraprocesado. Busca en el estante a ver si encuentras otra opción mejor ¡y listo!»
P.- ¿Cómo podemos mantenernos motivados para seguir hábitos alimenticios saludables a largo plazo?
R.- Hay tres pasos para motivarse a comer saludable, a los que se puede volver cuando la motivación decaiga y queramos recuperarla.
El primer paso es fijarse un buen objetivo, uno efectivo. El segundo, encontrar los motivos por los cuales quieres conseguirlo, realizándonos varias veces la pregunta ¿para qué quiero conseguir mi objetivo?, encontrando los motivos reales y emocionales por los que valdrá la pena el cambio. Y por último elaborar un plan de acciones concretas y específicas para lograrlo.
P.- ¿Cuál es su enfoque para hacer que la alimentación saludable sea accesible y práctica para personas con agendas ocupadas?
R.- Comer sano y rápido es totalmente viable si ponemos en práctica los siguientes consejos:
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- Compra vegetales fáciles: cortar un tomate o un pepino o abrir una bolsa de canónigos cuesta un minuto.
- Llena tu despensa de fast food saludable, esos procesados sanos de abrir y listo (o calentar y listo) que nos sacan de cualquier apuro, como verduras o legumbres en conserva.
- Completa tus platos con proteína rápida como huevos o algo a plancha.
- Cocina en bloque: aplica la técnica del batch cooking y cocina en tan solo 2 horas para toda la semana.
- Cada vez que te pongas a cocinar, haz raciones de más y congela, tu yo del futuro te lo agradecerá.
P.- ¿Cómo aborda el tema del hambre emocional en su libro y qué estrategias sugiere para manejarlo?
R.- No hay que ver el hambre emocional como algo negativo. Es normal tener hambre emocional y no va a desaparecer. En lugar de intentar reprimirla, mi propuesta es aprender a regularla. Conociendo los disparadores, nuestras emociones y atendiéndolas sin juzgar.
P.- ¿Cuál es el mensaje principal que espera que los lectores obtengan después de leer su libro?
R.- Para que el cambio de hábitos perdure en el tiempo, no hay que verlo como una imposición, sino disfrutar del proceso. Dejarnos de prohibiciones, de restricciones, de culpa. No hay alimentos prohibidos, ni buenos o malos, todo depende del contexto y de la frecuencia con la que se consuman. Debemos entender el comer saludable como una forma de autocuidado, no como estar a dieta. En cuanto a qué alimentos escoger, lo más importante sería que los vegetales predominen por encima del resto de alimentos y que aprendamos a leer las etiquetas para poder comprar procesados sanos de esos que nos permiten ahorrar tiempo en la cocina y en definitiva, hacernos la vida más fácil.