Ni Múnich ni Berlín: en este pueblo del País Vasco hacen algo como los alemanes en Navidad
El mercadillo de Bayona tiene una tradición que es igual a la que se practica en Alemania
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Cuando llega el frío y ya hemos sobrepasado la mitad de noviembre, es más que evidente que una de las cosas en las que más pensamos es en disfrutar de nuevo de la Navidad. En el País Vasco en concreto, los mercadillos tradicionales son los grandes protagonistas desde finales de este mes, donde comprar el árbol de Navidad, el Belén, y todo lo que implica decorar la casa para la época navideña. Pero además, se respira un ambiente tradicional que recuerda y mucho al de los mercadillos de Alemania gracias a una costumbre que seguro querrás probar.
En particular, tenemos que hablar del pueblo de Bayona, que en breve (el 3 de diciembre) arrancará una nueva edición de su mercadillo navideño en el que como decimos, comprar todo lo necesario para la Navidad, pero además tienen la costumbre de servir vino caliente, tal y como se hace en los mercadillos de Berlín o Múnich. Es una tradición ya consolidada y que convierte las orillas del Adour en una especie de postal luminosa. Pero Bayona no es el único escenario del País Vasco que vive una Navidad de postal. También Biarritz, o San Juan de Luz, Bidart aportan su propia versión de la Navidad, siempre con ese calor de pueblo, ese ambiente de fiesta que se respira en el suroeste francés. Y lo mejor es que todo queda cerca, de modo que se configura una ruta navideña perfecto para cualquiera que quiera vivir algo distinto sin cruzar media Europa.
Este pueblo del País Vasco hace algo como los alemanes en Navidad
El mercadillo de Bayona instala sus casetas de madera en la Place du Réduit y, desde el 3 de diciembre, abriendo paso a cientos de luces de colores que se reflejan sobre el río. Aquí es donde esa tradición totalmente alemana de tomar vino caliente mientras vas paseando entre los puestos, encuentra su versión vasca. Pero no sólo eso, también puedes encontrar chocolate espeso y hasta castañas recién asadas.
Los artesanos llenan las casetas con ideas de regalo para todos los gustos: prendas de piel, velas, joyas, juegos de mesa y pequeños detalles creados por artistas locales. Más adelante aparece el llamado pueblo gastronómico, que es donde todo el mundo acaba cayendo. Crepes, gofres, chocolates, aperitivos salados y ese vino especiado que está hecho para combatir el frío.
Y junto al mercadillo navideño, Bayona completa la escena con actividades que sorprenden a quien lo visita por primera vez: un concurso de fuegos artificiales, tiovivos navideños y una Gran Noria instalada en la Place de la Liberté, desde la que la ciudad iluminada parece aún más mágica.
El mercado de Navidad de Biarritz y el de San Juan de Luz
Biarritz estrena su mercadillo un poco antes: a finales de noviembre ya tiene instalado su mercado navideño en la explanada del casino. Los chalés, iluminados con tonos cálidos, forman un pequeño paseo donde artesanos, comerciantes y productores locales muestran su trabajo entre boinas, joyería, ropa, turrones, quesos, embutidos y regalos hechos a mano.
Y por la noche celebran Biarritz en Luces, un espectáculo visual y musical que tiñe los lugares más emblemáticos de la ciudad con proyecciones gigantes. Un teatro de luz que convierte fachadas enteras en escenarios animados.
Junto a Biarritz, destaca también el mercadillo de San Juan de la Luz aunque este se ha sumado a esta tradición recientemente, pero con fuerza. Desde finales de noviembre, la plaza Foch acoge su primer mercado navideño estable. Los visitantes pueden pasear entre casetas de artesanos y productores locales, pedir también un vino caliente para entrar en calor y buscar ese regalo especial entre mieles, turrones, quesos, ropa típica o pequeños objetos del folclore vasco.
Otros mercadillos navideños del País Vasco francés
Además de los grandes nombres, hay pueblos pequeños que también organizan sus propias celebraciones y que merecen una visita si se quiere hacer una ruta completa. Entre noviembre y diciembre, estas son algunas de las citas más señaladas:
- Abracadabouille en San Juan de Luz, un espectáculo de luz y sonido a finales de noviembre.
- Bardos, Itxassou y Cambo-les-Bains, con mercados navideños el primer domingo de diciembre.
- Anglet, que celebra un mercado franco-alemán en la Place des Cinq Cantons.
- Hendaya, Bidart, Arcangues, Hasparren, Ordiarp, Saint-Martin-d’Arrossa o Urrugne, con programaciones entre artesanos, villancicos, animaciones infantiles, tómbolas y degustaciones.
Todos ellos son mercados pequeños, muy locales, que viven el espíritu navideño de una forma muy especial. De este modo, son precisamente para muchos visitantes, los que mejor capturan el encanto del País Vasco en invierno. Así que si te gusta el ambiente de los mercados alemanes, con vino caliente, luces cálidas y puestos de madera, no hace falta viajar hasta Múnich o Berlín. Bayona y su entorno han creado su propia versión, cruzada con la identidad vasca, que mezcla tradición alemana y cultura local que seguro te van a encantar.
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