Zapatero y Sánchez, la misma indignidad, el mismo partido, la misma traición
Cuando pasen unos lustros y se escriba la historia moderna del PSOE indefectiblemente se rememorará el momento en el que ese partido eligió traicionar el sistema del 78 para hacer «una nueva Transición» (así lo llamaba Zapatero) en alianza estratégica con los enemigos jurados de la democracia, empezando por aquellos que asesinaron a 857 de nuestros conciudadanos para tratar de impedir que triunfara la Constitución y que España tuviera una oportunidad de vivir en democracia.
Porque así comenzó todo, con un Zapatero al frente de la Secretaría General del PSOE que estuvo desde el primer momento decidido a sectarizar a las bases socialistas, convirtiendo a la derecha en el enemigo y «normalizando» (así lo ha llamado hoy en una entrevista con Herrera) a los herederos y defensores de los terroristas para blanquear la historia de terror de ETA y terminar formando con ellos una mayoría parlamentaria que prosiguiera la demolición de nuestro sistema constitucional.
Ha dicho Zapatero en la citada entrevista que con ETA acabó él. Es tan obsceno, tan miserable que casi no encuentro palabras para describir la sensación que me ha producido escucharle alardear ante el micrófono. Me resulta imposible transmitir el rechazo, la desazón, la indignación y el dolor que he sentido ante su soberbia, su desprecio al trabajo y al sacrificio de la Policía y la Guardia Civil, a la resistencia de los ciudadanos, a la fortaleza de quienes se enfrentaron a ETA y siguieron viviendo en tierra hostil, al sacrificio y la generosidad de los miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado que fueron los auténticos escudos de nuestra democracia, los que ponían sus cuerpos delante de los nuestros para protegernos a riesgo de perder (como de hecho ocurrió) su propia vida… ¿Cómo se puede ser tan miserable?
Porque es miserable atribuirse un éxito personal en una batalla librada por tantas personas, con tanto sufrimiento, con tanto dolor… que no encuentro palabras que no sean insultos para calificarlo. Es tan miserable despreciar lo que supuso la cooperación internacional, la ilegalización de Batasuna, el efecto internacional y entre las filas de ETA y sus asociados del Pacto por las Libertades y contra el terrorismo, las movilizaciones ciudadanas, las manos blancas… que sólo alguien que tenga muchas vergüenzas que ocultar de esa etapa negra de sus negociaciones con ETA puede hacer tal alarde de mezquindad.
El precursor de Sánchez en pactar con ETA merece pasar a la historia por haber reconocido a ETA como interlocutor político, lo que siempre persiguió la organización terrorista asesinando a inocentes. Fue Zapatero quien les ofreció entrar en las instituciones y hacer borrón y cuenta nueva. Fue él quien inició el proceso de blanqueamiento de ETA, fue él quien tardó cuarenta y ocho horas en romper sus negociaciones con ETA después de que la banda asesinara a dos inocentes con una bomba en el aeropuerto de Barajas.
Y ahora presume de haber acabado él solito con ETA: «Sí, mi Gobierno lo hizo, sí estoy orgulloso, sí, lo reivindico…». Qué asco da… Qué asco y qué vergüenza tanto socialista calladito ante tanta infamia…. ¿Nada que decir ante esto, vieja guardia que protestáis por cómo y con quien ha hecho las listas vuestro señorito Sánchez? Qué asco que el PSOE se haya convertido en una caja de resonancia de la traición al Estado, a las víctimas, a la democracia, a su propia historia…
Pero la infamia no termina ahí. El mismo Zapatero que presumió durante la campaña de las elecciones del 28M de haber prometido al «entorno» de ETA que les garantizaba la entrada en las instituciones «si dejaban el terror»; el mismo Zapatero que en esa misma entrevista defendió los «acuerdos entre actores políticos dispares», santificando así el reconocimiento político que hizo a ETA y al que su sucesor Sánchez ha incorporado a los golpistas, calificando a ambos de «progresistas»; ese mismo Zapatero que, tras 857 crímenes de ETA de los que 452 de ellos aún están sin juzgar, le espetó a Edu Madina, en la UCI tras el atentado en el que perdió la pierna: «Te voy a regalar una Euskadi en paz». Ese mismo Zapatero le insiste hoy a Herrera, que sí, que él terminó con ETA «y a cambio de nada»…
¿A cambio de nada? Primero que tú no has acabado con ETA. Que quienes hemos vivido en primera persona el terror, todos y cada uno de nuestros días desde que ETA instauró la primera víctima, sabemos que ETA dejó de matar (que no se disolvió, que ahí sigue, persiguiendo su proyecto totalitario mientras pisa moqueta y reagrupa y homenajea a sus «héroes» asesinos de inocentes) gracias al trabajo incansable, generoso y sacrificado de muchos miles de anónimos escudos de la democracia, a los que tú traicionaste y de los que sigues burlándote adjudicándote un mérito que no te corresponde.
La historia real es que tú te rendiste políticamente ante ETA cuando reconociste a la banda como interlocutor político del Gobierno y prometiste a sus jefes dar protección a los integrantes de los comandos («esto lo arregla el Constitucional»); la historia real es que tú prometiste a los jefes de ETA limpiar su historia de terror, romper de facto el Pacto por las Libertades y contra el terrorismo y llevar al Parlamento Europeo una resolución en la que, textualmente, se hablaba de «superar el conflicto vasco»; la historia real es que todo eso lo hiciste cuando ETA ya estaba operativamente derrotada, cuando no les quedaban comandos activos, cuando las fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la cooperación internacional habían destruido para siempre su capacidad para rearmar sus comandos y para seguir matando. Tú les salvaste cuando estaban muertos; tú les reivindicaste para forzar tu objetivo de excluir a la derecha democrática y hacer un pacto de sangre con los que tanta sangre inocente habían derramado. Tú eres un traidor. Tú humillas la memoria de las víctimas de centenares de miles de españoles de bien que tuvieron que irse del País Vasco para dar a sus familias un futuro en libertad.
Y hoy presumes de que tú acabaste con ETA «a cambio de nada»… Cuánta desvergüenza… Tú que cuando la banda ya estaba muerta le diste una razón y un marco para seguir defendiendo su proyecto totalitario desde la moqueta de las instituciones… Tú que les ofreciste cobertura política para que sintieran que sus crímenes merecieron la pena… Tú, que iniciaste el camino de la ignominia y la traición que tu sucesor, Pedro Sánchez, ha rematado obteniendo un cum laude de infamia y de traición, el único título que se ha ganado por méritos propios.
Puedes estar orgulloso de cómo ha gestionado tu herencia Pedro Sánchez. Tú le preparaste el camino y él ha rematado la faena de forma brillante para lo que ha contado con la inestimable ayuda de los silentes corderos que conforman lo que antes era un partido político y ahora es un rebaño que sólo bala cuando siente que se le acaba la yerba. Las ovejas, ya se sabe, no tienen problemas morales… Tú y él habéis elegido estar con el bando de los verdugos y negar a las víctimas incluso el relato de la verdad. No habrá días en el calendario para perdonar tanta ignominia, tanta traición.