Sánchez ya no es ese guapo y joven presidente, dice la prensa extranjera

Porque, cuando no eres más que eso, tarde o temprano cae la tramoya. Y ésta cayó hace tiempo, sólo que el actor principal se resiste a hacer mutis por el foro. Y nuestra vergüenza e ignominia están durando demasiado. ¡Gracias, socialistas! Nunca lo olvidaremos. Por un tiempo, Sánchez, cabalgó en la ola de guapura que abrió otro personaje vacío y políticamente correcto como Justin Trudeau. Aunque tengo la sensación de que el canadiense era un tonto woke convencido y de que el nuestro es un personaje sin principios que podría interpretar cualquier papel con tal de retener el Falcon.
Sí, hacía tiempo que la imagen de España no se había empañado tanto. Otro joven presidente que tenía su punto, Felipe González, acabó su carrera de mala manera («¡Váyase Sr. González!») abrumado por la corrupción en su partido. Entonces el escándalo fue la trama de contratación fraudulenta que financió ilegalmente las campañas electorales del PSOE. Y tampoco fue fácil. De nuevo tenemos que dar las gracias a los jueces valientes que fueron y son capaces de aguantar la presión.
Pero ahora es mucho peor porque a la posible, supuesta o lo que sea de momento, trama de financiación ilegal del PSOE se une la ambición patológica de un personaje sin escrúpulos aupado por un grupo de cómplices también sin escrúpulos, familiares o amigos. La manipulación política y el daño a las instituciones más sagradas de los españoles van a ser aún más difíciles de restañar. Así lo cuenta The Spectator: «Esta degradación institucional es quizás la consecuencia más peligrosa del mandato de Sánchez. España ya no solo sufre la corrupción de políticos individuales; el sistema se ha remodelado para proteger a quienes ostentan el poder y castigar a quienes lo cuestionan».
No hay un número exacto de diarios extranjeros que hayan denunciado específicamente la política de Pedro Sánchez. Sin embargo, varios medios internacionales de renombre han publicado artículos críticos sobre su gestión política, especialmente en relación a los escándalos de corrupción que han afectado a su gobierno y al PSOE en 2025. The Times literalmente destroza a Sánchez suponiéndolo involucrado en un supuesto jaleo de sobornos, describiendo su situación como la «peor crisis hasta la fecha» y pidiendo su dimisión por considerarlo un problema para España y Europa.
The Guardian se enfoca en la presión sobre Sánchez para convocar elecciones debido a evidencias de corrupción relacionadas con Santos Cerdán. The Telegraph ha descrito a Sánchez como un presidente «envuelto en corrupción» y critica su negativa a convocar elecciones. El Financial Times ha destacado la disculpa de Sánchez por el escándalo de corrupción y el «penoso espectáculo» de su gestión. Le Monde ha calificado la dimisión de Santos Cerdán como un «nuevo golpe» para Sánchez, señalando una posición política complicada. O, en Italia, La Repubblica lleva días explayándose a gusto sobre la familia de Sánchez, sobre todo su mujer, y los escándalos sexuales que asolan en el partido.
Pero The Spectator lanza la advertencia clave: «A Sánchez le gusta presentarse como el capitán de un barco. Pero poco le importa si el barco es el Titanic, mientras él sea el que esté al timón. Y en lugar de afrontar esta amenaza con urgencia, la oposición parece creer que si espera lo suficiente, el poder simplemente caerá en sus manos. Pero lo subestiman. Sánchez no es el Capitán Ahab, es Moby Dick. Destruirá a cualquiera que intente derrocarlo. Y al hacerlo, ofrece un modelo a seguir para otros movimientos de extrema izquierda en Europa: consolidar el poder, corromper las instituciones y reescribir las reglas».
Calado y bien calado. Alguien debería estar tomando notas seriamente. Un guapo y joven narciso no desaparece por ética o convicción.