La unión de Rajoy y Sánchez hace la fuerza
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. PSOE y PP. Esa sencilla suma abriría un camino de esperanza para España en estos momentos de inestabilidad política y social. Ahora más que nunca, tras los atentados de Barcelona y Cambrils y la infame gestión que los independentistas han hecho de la tragedia, las dos grandes formaciones deben trabajar juntas para darle una salida democrática y constitucional a los grandes asuntos de Estado. El nuevo desafío de Junts pel Sí y la CUP es uno de ellos. Perseverantes en la deriva secesionista —incluso el día que se homenajeaba a las víctimas de los últimos ataques yihadistas— la Ley de Transitoriedad que han presentado este lunes pretende crear un marco legal alternativo al español y, entre otras medidas, promulgar la llamada «Constitución catalana», echar al Ejército de Cataluña y conceder al Govern el control de las aduanas. Por todo ello, la llamada de Sánchez a Rajoy es un primer paso fundamental.
El secretario general le ha transmitido al presidente del Gobierno el «rechazo frontal a lo que supone un engaño y un desafío». Como ha asegurado el portavoz del PSOE, Óscar Puente, la voluntad del Partido Socialista debe ser la de ir de la mano con el Gobierno «ante el desafío independentista». Una decisión óptima tanto para España como para el propio partido de la calle Ferraz, ya que en ese tipo de comportamientos sí se distingue el ADN primigenio del partido que más años ha gobernado nuestro país desde la Transición hasta nuestros días.
Los socialistas también han defendido la presencia de Felipe VI en la manifestación del pasado sábado y han rechazado tanto los abucheos como las pancartas ofensivas. Ahora sólo cabe esperar que este gesto, este importante paso, tenga continuidad y no sea sólo producto del momento. En la lucha contra el terrorismo y a favor de la unidad de España no caben los bandazos. Si el PSOE mantiene el rumbo fijo y controla las veleidades nacionalistas de algunas de sus federaciones regionales, los del puño y la rosa serán una alternativa real al Partido Popular en la política española.