Los tesoros de Complutum
![Complutum](https://okdiario.com/img/2025/02/12/opinion-pedro-corral-interior-1-635x358.jpg)
A orillas de los ríos Henares y Camarmilla, en la actual Alcalá de Henares, se extendió desde el siglo I a.C. la más importante ciudad romana del centro de la Península: Complutum, de 50 hectáreas de extensión, junto a la vía que conducía de Augusta Emerita a Caesar Augusta, las actuales Mérida y Zaragoza.
La ciudad de Complutum contaba con foro, basílica, conjuntos termales, mercado y suntuosas domus, algunas de ellas ricamente decoradas con mosaicos y pinturas de excepcional valor artístico, como la Casa de Hippolytus y la Casa de los Grifos, hoy convertidas en grandes atractivos de referencia internacional del Parque Arqueológico de Complutum, abierto al público.
La erupción del desarrollismo urbano de los primeros años 70 dejó definitivamente sepultada la mitad de la ciudad como una pequeña Pompeya madrileña, en una de las mayores destrucciones de patrimonio arqueológico sufridas en España. La reacción del llamado Grupo Arqueológico Local, formada por jóvenes estudiantes de distintas disciplinas, logró frenar la destrucción y el expolio y, no menos importante, reivindicar el yacimiento en el mundo académico a partir de los años 80.
Desde entonces, los sucesivos gobiernos municipales, de todos los colores políticos, reforzaron las medidas para la protección y recuperación de Complutum. Hoy, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares y la Comunidad de Madrid colaboran en el Plan Director de la Ciudad Romana de Complutum, que guía las prácticas en el yacimiento. Desde 1992 goza de la máxima protección del patrimonio histórico como Bien de Interés Cultural, declarado por el Gobierno autonómico de Joaquín Leguina.
Fruto de las actuaciones estratégicas de este Plan Director es la reciente apertura de Antiquarium, el nuevo museo y centro de interpretación e investigación del Parque Arqueológico de Complutum. En su puesta en marcha ha sido decisivo el impulso de la actual alcaldesa popular, Judith Piquet, y de su equipo, entre quienes destacan Vicente Pérez, un concejal de Patrimonio Histórico con una excelente preparación en esta materia, y el jefe del servicio de arqueología municipal, Sebastián Rascón Marqués, todo un sabio que ha dedicado su vida a la recuperación de esta ciudad romana.
El nuevo centro fue inaugurado el pasado diciembre por la alcaldesa Judith Piquet con Mariano de Paco, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, que ha colaborado, junto con la Unión Europea, en la puesta en marcha de este atractivo cultural que engarza como anillo al dedo en una Alcalá de Henares que luce con orgullo y merecimiento el título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad concedido por la UNESCO en 1998.
Junto con el imprescindible Museo Arqueológico y Paleontológico Regional, que dirige otro gran sabio, Enrique Baquedano, Antiquarium consolida a Alcalá de Henares como una de las referencias inexcusables en el mundo de la arqueología en España y en Europa. Para ello, el nuevo centro cuenta también con dos plantas dedicadas a las tareas de investigación, divulgación y conservación, con almacenes, talleres de restauración y salas para talleres familiares e infantiles.
Todo ello gracias a la visión con luces largas de estudiosos, investigadores y políticos responsables que han sabido alentar el interés por el pasado como una fuente de saber científico que asegura además la renovación de las generaciones de especialistas en estos campos. Pero que también han visto en el patrimonio histórico una oportunidad de excelencia educativa para los escolares y un factor de riqueza económica y social para la ciudad mediante el mejoramiento de su ya incuestionable atractivo cultural y turístico.
Esta concepción abierta y avanzada del patrimonio cultural está a años luz de esos chuscos intentos de imponer corsés ideológicos a la divulgación del pasado, tratando de inocular en la mente de los visitantes los prejuicios de dogmas desfasados.
La idea de la conversión de los museos en centros de adoctrinamiento nada tiene que ver con su función esencial, que es la transmisión del saber de manera clarificadora, amena y sugerente, sobre todo para los más jóvenes. Y todo ello para que el mejor conocimiento de la realidad por parte del visitante nutra al mismo tiempo su sentido crítico, al contrario de lo que pretenden estos movimientos sectarios que han invadido también la educación: que la ignorancia y el desconocimiento abran la puerta a la sumisión ciega.
En esta misión, con su espacio de 1.000 metros cuadrados de exposición permanente, Antiquarium merece el título de sobresaliente cum laude. Conocimiento, rigor y amenidad son los sólidos pilares de un centro capaz de ofrecer un completísimo recorrido por el mundo romano a través de una pequeña ciudad de provincias como Complutum, con 600 piezas originales del propio yacimiento.
Además, lo hace con un claro compromiso de accesibilidad para todos los públicos, no sólo mediante la inclusión de sistemas de lectura fácil y táctil, sino también con la puesta a disposición de maquetas, vídeos, audios y elementos interactivos que hacen más pedagógica y a la vez más atractiva la experiencia.
La visita se articula a través de diferentes temáticas, desde el origen de la ciudad y su papel en la Hispania romana, a las técnicas de construcción; la actividad agrícola, ganadera, comercial y textil; el mundo simbólico de los romanos, con el arte y la cultura, la magia y la muerte; o los detalles de la vida privada, desde el peinado a los juegos de mesa.
A este último aspecto, el de la vida cotidiana, responde el que, a mi juicio, es el mayor de los tesoros de Antiquarium, que muestra no sólo el profundo conocimiento de los responsables del nuevo centro, sino también su pasión por hacernos partícipes de sus saberes.
Se trata de la sala denominada Complutenses, en la que se ofrece la reconstrucción de las vidas de varios personajes verídicos que habitaron la ciudad romana entre los siglos I a.C. y V d.C., de cuya existencia ha quedado huella entre los restos hallados en el yacimiento.
Los personajes se representan mediante materiales arqueológicos, fotografías artísticas y vídeos de animación que relatan su historia: una aristócrata, una esclava, un militar, una niña, un médico, un famoso auriga o el propio Hippolytus, el mosaiquista, venido de Túnez para dejar en la casa que lleva su nombre una de las mejores muestras de su arte, con temática de pesca, firmado por él mismo.
Es en esta sala donde Antiquarium alcanza la cima de su atractivo como asombroso viaje al mundo romano, a través de esa extraordinaria máquina del tiempo que es sentir nuestra humanidad acompasada a la de aquellos seres que nos precedieron en los lugares que nosotros habitamos hoy.
Al ver la insegura caligrafía de Varia, una niña que hace dos mil años grabó orgullosamente su nombre en un muro de su domus, como la que un día ya también lejano descubrimos de uno de nuestros hijos en un rincón de casa, uno puede sentir que está sentado a la orilla de la eternidad contemplando su fluir inmutable. Sólo por la inefable emoción que genera este sentimiento merece la pena visitar este extraordinario Antiquarium. No se lo pierdan.
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