Somos niños, pero olemos la censura desde lejos
Con el peregrino argumento de que Eduardo Inda era menor de edad en 2015, cuando se abrió la cuenta de OKDIARIO en Twitter, la red social ha bloqueado durante horas la cuenta de este periódico digital. El mensaje con el que Twitter justificó su decisión es surrealista: «De acuerdo con nuestros términos de servicio, todos los usuarios de Twitter deben ser mayores de 13 años de edad, y determinamos que no cumplías con este requisito de edad en el momento en que se creó esta cuenta». Eduardo Inda se mantiene en plena forma, pero, a pesar de su jovialidad, cuando OKDIARIO creó su cuenta en la red del pajarito tenía más de 13 años, si bien se agradece que Twitter entienda que, dada la presencia física del director de este diario, la excusa pueda colar. Bromas aparte, el bloqueo es de una enorme gravedad y supone una forma de censura intolerable que lleva aparejada un tremendo perjuicio para un medio digital que cuenta con más de 12 millones de usuarios únicos y se sitúa entre los diez medios digitales con más audiencia de España. En suma, somos niños, pero olemos la censura desde lejos.
Twitter nos ofrecía una solución: Si quieres «obtener más detalles y saber si es posible restablecer el acceso a la cuenta» hay que rellenar un formulario y esperar a que te respondan. Obviamente, mientras Twitter reparaba su «error», OKDIARIO salió perjudicado. Lo que tardó el pajarito en caerse del nido, lo sufrió este periódico, que vio como Twitter eliminaba todos nuestros contenidos.
En cualquier caso, que Twitter nos honre con un «error» de esta naturaleza nos anima a seguir adelante. Qué casualidad que, de un tiempo a esta parte, la red social bloquee las cuentas de quienes no le bailan el agua a la izquierda. Decenas y decenas de personas situadas en el espectro ideológico del centro derecha han denunciado que Twitter les ha bloqueado o suspendido sus cuentas por «incitación al odio», mientras mantiene abiertas las de dictadores de izquierdas como Nicolás Maduro o Raúl Castro, golpistas como Carles Puigdemont o proetarras como Arnaldo Otegui.
En suma: somos jóvenes -no tanto como asegura Twitter-, pero estamos curtidos en mil batallas. No vamos a tardar lo mismo -horas- que tardó la red social en comprobar que Eduardo Inda tenía más de 13 años en 2015. Se lo decimos ya: que el pajarito no se esconda y pinte sus plumas de rojo. Aunque, en el fondo, da igual: por su trino le conoceréis.
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