La sombra de Rubalcaba es alargada

La sombra de Rubalcaba es alargada

Se prodiga el ex sectretario general del PSOE con sus artículos en prensa. Siempre de interesante lectura, pues a nadie sensato se le escapa la innegable inteligencia del señor Rubalcaba. Hace poco podíamos verlo en un supuesto encuentro casual con una dirigente del PDeCat. Nada, absolutamente nada en lo que el químico aparezca es nunca casual. Y normalmente augura tormentas. Como así está sucediendo, pues ya en aquel momento se podía vislumbrar una posible puñalada del partido demócrata catalán a Puigdemont. Estos días, incluso, ya comienzan a decir que el candidato a la Presidencia de la Generalitat bien podría dar un paso a un lado y permitir que fuera otra persona investida para desfacer este entuerto.

Se encontró causalmente con ellos, no fuera a ser que alguien pudiera pensar que Rubalcaba andaba conspirando a espaldas de Pedro Sánchez. Porque todo el mundo sabe que Alfredo no hace esas cosas. Ni lo hizo con Zapatero ni lo hará con Sánchez. Por eso sería absurdo pensar que pueda tener su aparición y sus artículos en prensa con la actitud incomprensible del PSOE. Esas decisiones que tienen a buena parte de la militancia sin comprender absolutamente nada. Como por ejemplo el rechazo ante la oferta de una moción de censura a Mariano Rajoy, con un cheque en blanco, por parte de todas las fuerzas políticas que bien lo harían posible.

No ha sido la única actitud del PSOE que no acaba de comprenderse desde una supuesta visión democrática y de un partido que dice ser de izquierda y republicano. Todo lo que está haciendo ahora mismo el partido socialista carece absolutamente del más mínimo sentido: por no ser, ya no es ni oposición creíble. No era necesario apoyar al PP en la aplicación del artículos 155, pero lo hizo. No era necesario apoyar al PP a la hora de apalear a los que participaron en la votación pacífica del 1 de octubre, y aunque manifestó parecerle excesivo, no ha movido un dedo para que se supiera todo lo que habría que saber de aquel despliegue policial.

No era necesario hablar de políticos presos en lugar de presos políticos. Pero lo ha hecho. No era necesario apoyar al Gobierno en su recurso ante el TC para  suspender el pleno de investidura del Parlamento Catalán, pero lo hizo. Y no es necesario darle palmas a un partido al que la corrupción le estalla entre las manos, que ha destrozado el Estado de Bienestar, la independencia judicial y la imparcialidad de los medios, pisoteando cada día la democracia. No es necesario pero el PSOE lo hace. Si no fuera porque Rubalcaba dijo que se iba a retirar y no iba a interferir, bien podría pensarse que su sombra sobre el PSOE continúa siendo alargada.

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