¿Sobrevivirá Ayuso a la caída de Sánchez?

Son un clásico en la modalidad de parejas. Desde que Sánchez ya en La Moncloa quiso comerse a la lideresa madrileña mediante un acuerdo secreto con el taimado y difunto Ignacio Aguado (Ciudadanos) para hacer la cama cuartelera a Isabel Díaz Ayuso no hay día con tregua, ni semana con moratoria.
El one de Begoña Gómez odia que te odia a la inquilina de Sol y la exitosa novia del empresario detecta sanchistas hasta en el papel higiénico. Pedrito, el chulapo de Ho Chi Minh, siempre creyó (y lo sigue creyendo) que la muchacha de Chamberí era pan comido, que no aguantaría una tarascada y la presidenta autonómica que los desbarres sanchistas y su locura rompedora harían fácilmente su trabajo, esto es, mandaría al autócrata a los garitos del suegro.
No hay tregua, ni respiro. De alguna forma los contribuyentes, unos y otros, han decidido tomarse a chacota el toma y daca. La ventaja del presidente del Gobierno es que tiene todo el poder en su mano, lo usa sin miramiento ni pudor y le importa una higa que sus decisiones se atengan a la Constitución y las leyes, que para eso ha colocado a Conde-Pumpido en el Tribunal Constitucional.
Ayuso tiene su cuota de poder ejecutivo, muy alejado en cualquier caso del omnímodo de su adversario, qué digo adversario, enemigo y muy enemigo. Cuenta, sin embargo, con una neta superioridad respecto al mandarín monclovita. La calle es suya. Se la ha ganado a pulso y puede tomarse un chato en cualquier bar al tiempo que se hace selfis y estrecha manos. Democracia directa, la llaman.
Por contra, Sánchez no puede ir ni al helipuerto sin que tenga que oír «joputa» y ponga en guardia sus docenas de escoltas prestos al desenfunden.
Todas estas diferencias, ¿cómo se sustancian al día de hoy? Como no hay elecciones por encuestas y sondeos limpios y creíbles, por lo tanto, descontar a Tezanos. Díaz Ayuso no parece que vaya a tener problemas para revalidar su amplia mayoría, mientras que Sánchez, deshauciado por Begoña, el hermanísimo, Tito Berni, Koldo y Aldama, lo tiene más crudo. Seguiría prisionero de Otegi, Puigdemont, los distintos y fieros comunistas y las agendas secretas de Ábalos.
Pequeñas diferencias…