Sea ‘plural’: ponga un separatista en su vida

Sea ‘plural’: ponga un separatista en su vida

La última moda en Cataluña dentro del mundo comunicativo no independentista es poner a un separatista en su vida o, mejor dicho, al mando o en lugares destacados. Algunos creen que así parecen que son más “plurales”, “tolerantes”, “progresistas” y “transversales”. Por supuesto lo de ser “transversal” no se aplica en el bando secesionista, que sigue ocupando espacios y colocando a todos los suyos en todos los ámbitos sociales. Luego nos extrañaremos cuando en el siguiente intento de golpe de Estado que den Junqueras, Puigdemont y los suyos no haya nadie que resista. No habrá ningún engranaje social, económico o mediático en Cataluña que no controlen.

Para la jefatura de los informativos del RTVE en Cataluña han escogido a una periodista que no duda en lucir el lazo amarillo que simboliza que España es una dictadura que encarcela independentistas por sus ideas políticas, y no por haber cometido actos delictivos. Se trata de Rosa Maria Quitllet, nombrada por Enric Hernández a pesar de que gusta de difundir mensajes en redes sociales con muestras de apoyo a los “presos políticos”, o al movimiento independentista. Mientras TV3 tiene como jefe de informativos a un ‘blanqueador’ de la banda terrorista Terra Lliure, David Bassa, TVE en Cataluña ha colocado a otra de la ‘colla del llaç groc’. Pluralidad, ante todo: en los medios públicos que están en esta comunidad autónoma para mandar has de ser separatista o separatista.

De hecho, el productor del programa de Xavier Sardà en el circuito catalán de TVE, y el que tendrá Lluís Guilera a nivel nacional, que se emitirán desde Sant Cugat, también es de los que piensan que en España hay “presos políticos”. Se llama Ferran Cera y su apoyo a Mónica Terribas cuando se dedicó a radiar en directo la situación de los coches de la Guardia Civil en los prolegómenos del 1-O ha tenido premio: dos espacios en Televisión ‘Española’. Se ve que para cobrar dinero público a Cera “España” no le parece una especie de semidictadura en la que hay “presos políticos”.

Otra televisión de ámbito nacional, Cuatro, ha apostado por Risto Mejide para uno de sus programas estrella, el ‘Todo es mentira’. El productor es Toni Soler, el empresario televisivo que más ha ofendido a las instituciones comunes de todos los españoles desde los programas que tiene en TV3, el ‘Polònia’ y el ‘Està passant’. Es, sin duda, uno de los empresarios audiovisuales separatistas más importantes de Cataluña, y Mediaset le ha confiado un show de tono informativo para todo el país. Lo de poner un secesionista en tu vida es algo más que una casualidad, es una tendencia que roza la obligación.

Los dos principales periódicos no separatistas de Cataluña, ‘El Periódico’ y ‘La Vanguardia’, tienen dos directores independentistas. El primero, Albert Sáez, lo es tanto que fue el hombre en quién confió Esquerra Republicana durante el tripartito con el PSC e Iniciativa para diversos altos cargos en el ámbito mediático de la Generalitat, entre ellos la presidencia del ente que dirige TV3 y Catalunya Ràdio. El segundo, Jordi Juan, es un secesionista de baja intensidad, educado y que parece razonable, pero que comparte objetivo político con el resto del separatismo.

A esta moda también se ha apuntado Josep Bou, el empresario que encabezó como independiente la lista municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona. Despidió a Joan Castelló, un periodista ligado al centro derecha constitucionalista catalán para fichar a Eduard Batlles. Esta decisión la tomó sin tener el apoyo del PP catalán, que alucinó bastante al ver como fichaba a Batlles, un periodista que presumió con insistencia en redes de su poco afecto al PP, y de su adhesión a la causa independentista.

Por supuesto, todo el mundo tiene derecho a ganarse la vida, sea independentista, federalista o jacobino centralista. Pero no deja de ser interesante como unos, los separatistas, siguen avanzando colocando a sus peones en todos los lugares de influencia, mientras otros, los constitucionalistas, van reculando. ¿Qué no debería haber “istas” en los medios de comunicación y que la selección de personal fuera solo por su capacidad profesional? Totalmente de acuerdo, pero en la Cataluña de Torra y Junqueras es, por desgracia, una quimera. Así que algún día habrá que impulsar la campaña “ponga un constitucionalista en su vida”. Aunque sea solo para compensar.

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