Sánchez, el mayor aliado de los CDR imputados por terrorismo
La amnistía que el separatismo catalán reclama a Pedro Sánchez a cambio de apoyar su investidura no se limita sólo a los líderes del procés, sino a todos aquellos que, según los golpistas, fueron objeto de la «represión del Estado», entre ellos los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) procesados por terrorismo. Los tiempos son fundamentales para ellos, porque de no llegar a tiempo la amnistía para quienes fueron acusados de «fabricación, tenencia, adquisición, transporte, suministro o utilización de armas de fuego o explosivos» y fueran condenados antes de que entrara en vigor la ley con la que Sánchez pretende vender la dignidad nacional a cambio de los siete votos del prófugo de la justicia Carles Puigdemont les supondría ser incluidos en la lista oficial de grupos terroristas de la Unión Europea.
Y de ahí no se sale fácilmente, porque en la UE no hay amnistías a la carta. Cabe recordar que algunos de los cabecillas de los CDR desarticulados en la conocida como Operación Judas se jactaban en los pinchazos telefónicos de sus comunicaciones secretas con el entorno de Puigdemont. Hablaban como si sus acciones fuesen parte de un plan mayor, dirigido directamente por las altas esferas de la Generalitat. Su suerte depende ahora -menudo sarcasmo- de que Pedro Sánchez agilice la amnistía, porque si, como parece probable, la Audiencia Nacional les condena, la Comisión Europea procederá de inmediato «al proceso de inclusión en la lista de personas, grupos o entidades terroristas». En suma, que el mayor aliado de los presuntos terroristas puede ser el presidente del Gobierno de España, lo que no deja de ser una indecencia descomunal. Para ellos también habrá premio y sus actos quedarán impunes. Todo un acicate para que, con vistas al 1-O, los CDR sigan practicando la violencia. Qué más da si luego vendrá Pedro Sánchez a pasarles la mano por el lomo.