Para Sánchez, un madrileño vale 117 euros menos que un catalán

Para Sánchez, un madrileño vale 117 euros menos que un catalán

Los Presupuestos Generales han sido el instrumento que ha encontrado Pedro Sánchez para castigar a Isabel Díaz Ayuso. Una patada a la presidenta madrileña en el trasero de millones de ciudadanos. Las cuentas no engañan: cada madrileño va a percibir 117 euros menos que un catalán, un agravio que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha sabido aclarar, tal vez porque no hay manera de justificar desde un punto de vista económico una medida que responde sólo al afán de venganza de un Ejecutivo que no ha digerido todavía su derrota en las elecciones madrileñas del 4M.

Cataluña va a recibir de las cuentas aprobadas por socialistas y podemitas 2.430,74 millones -contando con los 200 que el Ejecutivo tiene que abonar a la Generalitat en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Supremo-, mientras que la Comunidad de Madrid va a recibir 1.1151,46, 1.279 millones menos que la Comunidad donde gobiernan los golpistas que mantienen a Pedro Sánchez en La Moncloa.

El Ejecutivo socialista se justifica con un argumento falaz: que Madrid, por ser la capital de España, se beneficia de otro tipo de inversiones del Estado. Que se explique Pedro Sánchez: ¿A qué otro tipo de inversiones se refiere? Le ha faltado decir al Gobierno socialcomunista, en el colmo de la desfachatez, que como los ministerios están en Madrid la Comunidad se beneficia de las distintas inversiones realizadas en los Departamentos ministeriales. Lo cierto es que en relación con su PIB, Cataluña es la gran beneficiada y Madrid la gran damnificada de unas cuentas reveladoras de la situación política que atraviesa España.

Y es que, más allá de los números, los españoles tienen muy claro que estos Presupuestos castigan a Madrid porque Sánchez no olvida su derrota ante Ayuso y porque Sánchez tampoco olvida que su supervivencia política depende de que los golpistas catalanes le sigan ofreciendo su apoyo. Porque lo que ha hecho Pedro Sánchez es, sencillamente, comprar su continuidad en La Moncloa.

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